NUESTROS BISABUELOS

Ya lo hicieron nuestros bisabuelos


A mis 62 años, nunca como ahora experimenté tanta humillación y frustración por el felón destrato a nuestra apaleada Patria. He sufrido demagogias, mentiras, corrupción sistémica, conculcación de libertades, nepotismo, ausencia de sentimiento nacional y de responsabilidad cívica. Agravios infringidos a la República por dictaduras militares y gobiernos electos.
Pero siempre se puede bajar otro peldaño en la escalera a la decadencia. Tal este execrable imperio de la anomia, al vejatorio ultraje que padecen las instituciones de la República, hasta su virtual pulverización.
El deplorable elenco que lleva a cabo esta demolición republicana no surge como los lirios del campo. Es un emergente nuestro. Somos responsables por ello. A nosotros nos pasa "nosotros". Se trata de alguna patología originada en lo más profundo de nuestro cuerpo social.
De 1880 a 1910, pasamos de la nada al esplendor. En los últimos 60 años, ningún país retrocedió como nosotros. Algo nos pasa.
Pero tengo embrionarias esperanzas. Tras el ya audible crujido de rancias estructuras, amanece la generación de nuestros hijos. Tienen la mirada en un mañana de hacer y sumar. Quieren crecer por sobre los escombros del resentimiento, la mentira y la muerte. Invito a acompañarlos. Aunque respondan a diversas ideas, tendrán una acción común. Pondrán un ladrillo sobre otro para construir, sin preguntarse si esos ladrillos fueron horneados en los 70 o en los 90.
El viejo carpintero que construye una hamaca en una plaza para que sea utilizada por su bisnieto, cuando él ya sea olvido, hace Patria. Ya lo hicieron nuestros bisabuelos. ¿Por qué no insistir?


Raúl Lissarrague