Esta claro que no fueron Néstor Kirchner ni Alberto Fernández los inventores de la campaña sucia. Pero también está claro que este gobierno, y el jefe de Gabinete en especial, rindieron verdadero culto a esa repudiable práctica política, así como el espionaje desaforado, pinchadura de mails y teléfonos y otras prácticas extorsivas.
Algo de esa moneda de la que hicieron uso y abuso –recordar casos Enrique Olivera, Juan José Álvarez y Jorge Telerman, sólo por poner algunos ejemplos-, parece estar regresando por estas horas hacia la Casa Rosada y en particular hacia la candidata Cristina Kirchner.
Al menos eso se desprende de las propias palabras del Presidente, quien dramatizando hoy afirmó: "Se va a implantar y ustedes lo verán en las próximas horas, una campaña sucia contra Cristina".
Kirchner atribuyó la maniobra a los supuestos "resultados de las encuestas y la potencialidad que tiene como candidata", y agregó que cuando dicha campaña trascienda "se van a dar cuenta de la desesperación que tienen".
Las declaraciones las formuló en uno de sus habituales actos en el Conurbano, esta vez en Florencio Varela. Aunque nunca aclaró a quien se refería, Kirchner dijo estar dispuesto a "soportar todo, porque hay lobbies de intereses empresarios muy fuertes que en momentos electorales tratan de presionar para obtener algún rédito o ventaja".
Luego, revelando que pese a los trascendidos restándole importancia, algo molesta en la Casa Rosada la cumbre del peronismo crítico en San Luis, Kirchner rechazó las acusaciones de "hegemonismo, autoritarismo y que queremos perpetuarnos en el poder".
"Fíjense que la mayoría de los candidatos de enfrente son los mismos de siempre, parece que por esos lados la renovación no existe o no pueden encontrar nuevos candidatos", sostuvo.
Fte:La política on line
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