sábado, 6 de octubre de 2007

JUICIO A LA CORRUPCIÓN

LA FALTA DE REPERCUSIÓN DE LAS PRESENTACIONES JUDICIALES QUE APUNTAN CONCRETAMENTE A LOS HECHOS DE CORRUPCIÓN QUE TANTO NOS PREOCUPAN, es parte de la demostración del que “dirige”, y así lograr, en gran medida, que se ponga socialmente a su cargo la “dirección de conciencia” aunque parezca notable la manera en que la Corporación Política en el Poder Publico “dirige”. Es la voluntad de la Corporación Política en el Poder Publico para conseguir que el alienado (la ciudadanía) admita la realidad que se le contrapone y que se pretende que sea más coercitiva que su delirio, se apela nada menos que al cuerpo mismo del poder: un cuerpo imponente, un cuerpo que se impone un cuerpo que adquiere, las dimensiones de un asilo (campo de concentración) . Una vez más, la pregunta acerca de ese cuerpo (el poder): “¿Por qué no un director administrativo (dictadura o tiranía), por qué un médico (el poder de los representantes del pueblo)?” Respuesta: porque el médico (el poder de los
representantes del pueblo) sabe mejor que el enfermo (la ciudadanía) lo que corresponde al enfermo (la ciudadanía) y a su enfermedad (derechos, garantías, Estado de Derecho) y de esta manera el poder de los representantes del pueblo al robo, al enriquecimiento ilícito, a la defraudación la califican como “desprolijidad” , utilizando el “maquillaje” de los mecanismos de control (que ellos controlan y manipulan) a tal punto que se permiten ostentar con manifestaciones obscenas de riqueza, simultáneamente, con quienes permanecen en la más absoluta indigencia.
Atentamente
Osvaldo Buscaya

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