EL KIRCHNERISMO LE GANÓ DE MANO AL CAMPO Y PLANTÓ SU CARPA FRENTE AL CONGRESO
Buenos Aires - Antes que el ruralista Alfredo de Angeli desembarque en la Plaza de los dos Congresos, en la Ciudad de Buenos Aires, la Agrupación Compromiso K instaló una carpa gigante frente al Parlamento nacional para apoyar todo lo que dice el Poder Ejecutivo. Obviamente, la causa es defender, como se pueda, las retenciones a las exportaciones de granos. Salvando la distancia y como dice el gaucho "por si las moscas.." repasemos un poco la historia.
Uno de los referentes de este grupo que lleva la insignia “K” (letra que el publicista Braga Menéndez supo extraer del apellido del ex presidente Néstor Kirchner para trasformarla en marca propagandística) explicó que, desde el lunes, darán charlas y conferencias referidas a la iniciativa de la presidenta Cristina Fernández.
El dirigente kirchnerista Damián Barijhoff adelantó que también se juntarán firmas que apoyen el Gobierno y dijo que la carpa se montó "para acompañar a los legisladores a que debatan libremente, sin presiones, y a conciencia".
A la movida de Compromiso K también se sumaron mujeres que integran movimientos sociales cercanos al Ejecutivo. Ellas armarán su tienda en frente, en la vereda del Congreso. "Vamos a defender al Gobierno para seguir con las políticas que ayuden a resolver el problema de miles de familias que todavía sufren necesidades", dijo Sandra Cruz, diputada provincial y una de las impulsoras de este anexo.
Frente a esta puesta en escena del kirchnerismo, la gran pregunta ahora es: ¿Qué va a pasar cuando el lunes lleguen los ruralista encabezados por De Angeli? Para el diputado porteño Juan Cabandié, "no habrá inconvenientes, están en su legítimo derecho". "La discusión se tiene que dar en el Congreso", resumió.
Por su parte, grupos piqueteros que defienden la gestión K emitieron un comunicado en el que anuncian: "Si ellos van a ir al Congreso, nosotros también. Nuestro movimiento concurrirá a la Plaza del Congreso para contribuir al debate".
Para tener en cuenta resulta bueno repasar un poco la historia, como dice el gaucho "por si las moscas". En 1930, Stalin lanza su ambicioso plan de colectivización de la tierra, proceso que debe completarse en dos años y que se aplicará con especial virulencia en Ucrania, "el granero de Europa" y uno de los mayores productores de trigo del mundo. Muchos campesinos ucranianos se resisten, lo que provoca la ira del dictador, que ordena requisar los productos agrícolas y comestibles durante un año para doblegar la oposición de la población a la colectivización.
Es irónico como uno de los territorios con los paisajes más hermosos del mundo, compuesto de fértiles estepas, pinos salpicados de nieve que se alzan hasta el cielo y ríos cristalinos, a su vez haya sido víctima de algunos de los mayores baños de sangre de la historia. Tras 200 años de dominio Zarista el pueblo Ucraniano creyó haber alcanzado su libertad en 1917, cuando la revolución comunista en Rusia logra destronar a los Zares. Inmediatamente restablecieron su capital en la histórica ciudad de Kiev y volvieron a cantar sus canciones nacionales en público después de de décadas de prohibición. Quizás a causa de la alegría de los primeros días nunca creyeron que el rigor del martillo comunista caería con todo su peso sobre la población. Pero una vez en el poder y después de haberse reorganizado el flamante régimen comunista al mando de Lenin se propuso la meta de “reclamar” las tierras ucranianas como propias, territorio que gracias a su fertilidad era extremadamente valioso.
Con este fin se enviaron varios destacamentos del Ejército Rojo con órdenes directas: “Retomar Ucrania a cualquier precio y bajo cualquier medio”. Esto desembocaría en una valerosa y fatídica resistencia que duraría cuatro años y en la que los ucranianos no solo debieron de enfrentarse contra las tropas comunistas, sino que además debieron simultáneamente resistir le avance del Ejército Blanco -leal a los Zares- y varios conjuntos de tropas polacas y alemanas que se disponían a carroñar las partes occidentales del país. Como resultado cientos de miles de hombres perdieron su vida, cientos de miles de mujeres fueron abusadas y toda la población fue hambreada hasta los huesos, ya que Lenin decretó que el grano producido en Ucrania debía ser enviado a las grandes ciudades Rusas.
Ucrania se encontraba totalmente vacía de comida, siendo los ancianos, los niños y las mujeres embarazadas los primeros en caer. Según relatos de sobrevivientes cuando los perros, los gatos y los pájaros se acabaron las calles comenzaron a plagarse de cadáveres, mientras que al mismo tiempo los graneros se encontraban abarrotados con “grano de reserva”.
La dura cortina de hierro que impuso el régimen comunista hace imposible hoy en día saber la cantidad exacta de muertes, pero las estimaciones más conservadoras varían de 5 a 7 millones. En total 1/4 de la población Ucraniana cesó de existir, y se calcula que en el peor momento por día morían de hambre unas 25 mil personas. De ésos 7 millones se calcula que de 2 a 3 millones fueron niños nacidos entre 1932 y 1933.
Cualquier relatividad, preocupación o paradoja que se le encuentre a esta pequeña reseña histórica, queda al soberano albedrío y reflexión del lector.
http://www.cronicayanalisis.com.ar/politica.asp#3235
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