Aprendices de brujos...
“Las brujas no existen, pero que las hay…las hay”. Y los cazadores de “brujas”… ¡tambien!, es un negocio que crece a la sombra del refran.
Por Horacio Palma
Y hay muchos que se esmeran para ver “brujas” en cada rincón, y como no soportan el miedo de sus brujas inventadas, salen a cazarlas. Sea como sea.
Sabemos que Internet ha logrado democratizar la información. La red de redes ha venido a dar aires de libertad a la información y a la opinión de la gente común, la de a pié, la de la calle.
La web hoy descubre, lo que antes los grandes medios se afanaban en ocultar. La masividad y la libertad de la red, ha derrotado definitivamente el discurso único de los poderosos de las noticias, que ejercían el monopolio de opinión.
Y eso, es algo que muchos no terminan de digerir.
Es fácil exigirles tolerancia a los demás, cuando siempre se impone el discurso de uno. Pero difícil es practicarla, cuando uno debe bancarse el discurso de los demás.
Y eso comenzó a ocurrir en Argentina hace un tiempo. De pronto, los medios y los periodistas que se llenaban la boca con términos políticamente correctos como “tolerancia”, “libertad de expresión”, “memoria”, etc. comenzaron a inquietarse en el momento que la red de redes tiró abajo el dique que contenía la opinión distinta. Y desbordó la “memoria” de los otros.
Es que durante años y años, en Argentina sólo se escuchó la historia de quienes cooptaron los organismos de derechos humanos. Casualmente, todos ellos, de estrecha relación con los terroristas que en los 70, desataron la mayor masacre subversiva de la historia Americana.
Y fue entonces, después de muchos años de vanidades amasadas en una mentirosa Historia Oficial, que aparecieron voces. Otras voces. Y aparecieron rostros. Otros rostros. Y aparecieron luchas. Otras luchas. Y luchadores dispuestos a dar batalla.
Y entonces lo de siempre, los predicadores de la “tolerancia” ajena… desataron su furia intolerante ante la libertad de expresión.
Página 12 ha sido unos de los medios que, desde siempre, ha militado paciente y denodadamente para desacreditar a todos aquellos que se pusieron a contar la “otra parte de la verdad”.
Página 12 hizo punta e hizo escuela en esto de cazar brujas.
Utilizando el mascarón de proa con la cara de Cecilia Pando, Página 12 miente cada vez que puede. Miente intrigas, logias, sectas, hermandades. Y siempre sus “brujas” se llaman “fachos”.
Por mi profesión, conozco a muchos de los periodistas “acreditados” en estos temas. Me consta que saben bastante bien la verdad. Saben perfectamente qué lucha desvela a Cecilia. Qué lucha luchan las demás Agrupaciones. Con qué esfuerzo, un centenar de heroicos periodistas levantan sus voces en páginas de Internet, periódicos digitales, pequeños medios gráficos de Capital y del interior del país, y con cuánto sacrificio, cada vez más personas se abocan a la vocación pura de contar la verdad no oficial…y gratis.
Los conozco. Estos periodistas “especializados” están en todos nuestros actos. En todos nuestros homenajes. En todas nuestras misas. Leen todo lo que publicamos, y lo archivan. Tienen oídos prestados, e informantes de confianza. Así y todo… se esmeran en mentir. En desacreditar la lucha y el trabajo. Tienen el mandato de “encontrar brujas allí donde no las hay”. Para eso les pagan.
¿Por qué?, pues no se me ocurren muchas respuestas.
Por miedo quizá. Por bronca tal vez. Por intolerancia… seguro.
Por miedo, digo, al ver que cada día son más las voces y las plumas que se animan.
Por bronca, digo, al ver que ni 25 años de mentiras y lavados de cerebro pudieron callar la verdad. Por intolerancia, seguro, porque a todos ellos les molesta la libertad de expresión.
Decía que los medios y los periodistas saben la verdad. Saben que no hay esas brujas detrás de los que gritamos la Verdad Completa. Y aún así: mienten. E insisten tercamente en la mentira.
Les cuento una anécdota. Hace unas semanas, un amigo de la red me escribió enojado por un artículo mío (supuestamente mío) que Juan Salinas había criticado en una revista digital
http://revista-zoom.com.ar/articulo2625.html
Esta nota luego la reprodujo otra página de Internet
http://www.frentetransversal.com.ar/spip/article4679.html
Claro que yo nunca escribí lo que Salinas afirma tan suelto de cuerpo. Tan suelto de cuerpo… que la “cagó” fiero.
Juan Salinas, independientemente de su currículum, es un periodista avezado. Es decir, sabe lo que hace. Y cómo lo hace. Y por qué lo hace. Y sabe bien como son las cosas. Aún así, utilizó las mentiras de un hacker que firma Manuel Baldomero Ugarte, para militar en su caza de brujas. Digo, le bastaba a Salinas, periodista viejo, una rápida ojeada por Internet, o comunicarse conmigo, para chequear las mentiras que, aún así, se empeñó en publicar. Su intolerancia pudo más que su vocación por la verdad. Su miedo pudo más que su intolerancia. Su bronca, pudo más que su profesionalismo. Claro, para eso le pagan.
Y sean Juan Salinas y Manuel Baldomero Ugarte la misma persona, o no. Es obvio que son la “misma cosa”.
Pero ojo, pues Juan Salinas es uno más. Es una gota de rencor, en un mar de intolerancia.
Leo la nota repugnante y mentirosa de Juan Salinas… y me duele la falta de respeto hacia los presos políticos de nuestro país. Allí está el rencor montonero.
Por eso, y más allá de las presentaciones judiciales, vayan estas palabras como un sincero desagravio hacia todos los soldados presos injustamente, agraviados por las mentiras de esta política de revancha montonera.
Sepan ellos, y sepan todos, que mi lucha, mi esfuerzo y mi voz… también es la de ellos.
En eso estoy desde hace años. Y no tengo intención de claudicar.
Un abrazo...Horacio R. Palma
Ramos Generales
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martes, 28 de octubre de 2008
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