Vamos a encuadernar, empecemos por ordenar las hojas
En mi nota anterior describí mi sorpresa ante la actualidad al verla como un libro mal encuadernado. Comentarios de lectores me hicieron reflexionar sobre la oportunidad de ordenar las hojas y reencuadernar el libro.
Por Juan Carlos Sánchez
Jorge Vázquez el primero y Edie Daniel Duré después plantean el interrogante: ¿Y ahora qué hacemos? Siguieron otros.
No es propio del periodista de opinión proponer soluciones, sí intentar una aproximación a la realidad. Algunas ideas me animo a poner en la pantalla dejando el debate abierto en manos de más aptos.
No dejemos que nos roben lo que es de todos o de las mayorías.
Ni plazas, ni héroes, ni himnos, ni marchas, ni banderas. Alfonsín incorporó bombos y cotillón a los actos y no le fue mal, le robó la idea al peronismo. Galtieri ocupó la Plaza de Mayo durante la guerra por Malvinas dos veces, una para ser aplaudido y otra a modo de despedida. Kirchner “retornó” luego burlándose de Perón al que nunca nombró en cinco años hasta que se hizo peronista. Finalmente Abuelas, Madres e HIJOS, D’Elía y Pérsico se terminaron quedando con la vieja Plaza de la Victoria con la autoridad de quien la considera el patio trasero de su casa.
Corría el año 1851. Urquiza traicionó a la Confederación Argentina y en alianza con el Imperio del Brasil invade la República Oriental del Uruguay preparando el avance sobre Buenos Aires y Rosas. El 9 de Julio el Restaurador concurre al Te Deum y al desfile militar. Es raro verlo a Rosas. Es un día lluvioso y de viento huracanado que derrumba la vieja Recoba. Un presagio. La muchedumbre se precipita a la Alameda por donde llega el Gobernador pero ya ni la plaza ni el triunfo eran suyos. Es la última parada de Rosas, caerá ante el Ejército de Operaciones comandado por Urquiza y la alianza brasileña.
Los que estaban en la vieja Plaza de la Victoria, hoy de Mayo, no eran ya sus dueños. La traición los había desalojado. Tuvieron que esperar casi un siglo para retornar.
Acostumbrarnos a mirar al otro como si estuviéramos frente a un espejo.
No es tan difícil, casi siempre el otro es mejor que el yo si somos críticos de nosotros mismos en la soledad del cuarto de baño.
Ese fulano /a con quien nos encontramos nunca es del todo un desconocido, algo de nosotros tiene, algo en común. Será el tango, la chacarera o la cumbia; la cerveza, el tinto o el dulce de leche; el faso, el sexo o el fútbol, el amor la familia, a los hijos, a la celeste y blanca; la Fe, las ganas, las ansias. Si me miro al espejo miro a millones, si miro la multitud me encuentro.
Nunca pensar un país SIN el peronismo aunque no esté en la cabeza de la fórmula.
Eso lo saben todos, por eso la ansiosa búsqueda de la “pata peronista” de todo movimiento o partido político.
Y esta es otra clave. Ni Alfonsín ni de la Rúa terminaron su mandato. El primero quiso gobernar absolutamente a solas, el segundo con un peronismo transversal y progresista encarnado por Chacho Álvarez. Advertencia batracia (los viejos vemos bajo el agua, como los sapos): Anótelo, se pueden conseguir votos peronistas y ganar una elección, lo imposible es mantener a los peronistas en el corral.
Hay algo inexorable en el país: La mística pre parto que las madres peronistas transmiten a sus hijos desde la placenta. Por eso Evita vuelve en millones, Perón sigue vivo, Menem le gana las elecciones Kirchner y es ídolo de muchos pese a la ferocidad con que se lo atacó durante una década y Rucci se levanta de los disparos y apunta con su dedo a la cúspide del poder. Por eso hace un par de años aparecieron los afiches “No jodan con Perón” cuando en la cumbre de su poder Néstor Carlos Kirchner amagó con traer a Isabel Perón detenida a declarar por el terrorismo de estado, extradición de por medio.
Por eso se canta la “marchita” luego del Himno Nacional Argentino en los actos de “los muchachos” y Kirchner se hace el peronista y se elige presidente del partido de Perón. El papanatas lo sabe, lo dije en mi anterior nota. Se disfraza oportunamente y hay quienes creen que es carnaval aunque estén secos.
No buscarle la quinta pata al peronismo ni pedírsela.
Que es lo mismo que no culparlo de todo ni esperar todo de él. El dueño de la empresa de demolición –una más entre tantas- tiene nombre y apellido, Néstor Carlos Kirchner, y no es peronista.
Sin el peronismo no será posible gobernar en el futuro para reparar el daño que es demasiado profundo. Esto no implica pedirle todo y ni siquiera un cambio de maquillaje, hay que esperar que sea tal cual fue fundado, humanista y cristiano, nacional y popular, con eso basta y sobra.
Los gobiernos que vengan serán contradictorios al presente y el peronismo siempre fue la mejor contención para esas raras ideas internacionalistas. Mientras no se pervirtió como en estos últimos tiempos kirchneristas, lideró las acciones que fortalecieron el ser nacional siempre en construcción. Hoy hay una rara sensación en el aire: No hay vocación por votarlo. Lo dice en un comentario privado Darío Schueri, excelente analista, y tiene sus razones a las que agrego que en parte es por la confusión que los Kirchner instalaron sobre el partido de Perón. Es el último “favor” que le hicieron a modo de venganza póstuma al viejo General que los botó de la Plaza de Mayo. Esto representa un peligro: Que quienes vengan mantengan modelos éticos similares a los del kirchnerismo y no asuman la responsabilidad de retornar a las fuentes de la nacionalidad y de la República en orden a los grandes temas que conmueven la epidermis nativa.
Buscar en la historia aquello que nos une.
¿Qué es lo bueno del otro?
Nadie es totalmente malo, definitivamente perverso. Como Jaimito, “en el fondo es bueno”. Lo son los peronistas y los radicales, los militares y los curas, los evangelistas y los travestis. Es malicioso cargarle a unos u a otros el San Benito de la maldad absoluta. Hay valores dispersos en todos lados. ¿Cómo somos los argentinos?
Nuestras raíces son hispánicas e indígenas abonadas con etnias europeas, asiáticas y algo de africanas. De España obtuvimos la Fe, de los pueblos nativos la conciencia de pertenencia ancestral a la tierra, de los inmigrantes mucha de la voluntad de transformarla. Así somos y aún no terminamos de encontrar nuestra identidad, por eso pudo instalarse el indigenismo o esa paparruchada de los pueblos originarios. No existen, consumen Coca Cola, los llaman Pepe y fueron a clase a un colegio salesiano. Tampoco existen los gauchos de bombachas y botas de potro, vinieron los gringos a labrar la tierra y comerciar y ahora nos venden mocasines y remeras. No hablamos con acento madrileño ni castellano, tenemos el lunfardo, nuestros giros idiomáticos y acento regional. Avanzamos mucho en esa definición pendiente de nosotros mismos y tenemos algo de cada uno de ellos.
Básicamente somos gente de Fe quizá producto de las recurrentes crisis en las que nos metemos, quizá atávicamente, quizá por la catequesis. Somos familieros, gustamos tener mascotas -que señala el sentido de pertenencia a un hogar-; saboreamos la vida sin demasiadas especulaciones; supimos ser solidarios y quizá aun lo seamos sin saberlo; nuestras mujeres gustan parir y nuestros hombres exhiben su paternidad orgullosamente. ¿Qué tal si nos miramos hacia adentro, íntimamente, intentando encontrarnos? Entonces cuando nos miremos al espejo veremos millones y entre millones nos veremos.
Para todo esto debemos primero ignorar esta historia sesgada y tramposa que nos imponen vaciada de verdad, tradición y valores.
No permitamos que nos distraigan ni entretengan.
Cuando ud. esté leyendo esta nota el país habrá soportado un nuevo paro de maestros y otros empleados públicos. ¿Los gremios docentes son oficialistas de Macri o de Kirchner? ¿Los movimientos de izquierda, los partidos guevaristas, marxistas, disfrazadamente obreros que acompañaron la movilización de los maestros son oficialistas de Macri o de los Kirchner? ¿El desorden institucionalizado es propio de Macri o de Kirchner?
Hay más preguntas posibles pero respondiendo estas puede verse mejor “bajo el agua” y no dejarnos engañar. ¿Me explico bien hacia donde voy, a lo que apunto?
El único beneficiado con el escandelete porteño es el kirchnerismo, logró una tregua en los medios de prensa mientras la Nación se sigue derrumbando.
Se perjudican los chicos, las familias, la sociedad toda, la educación y también Macri. Doble triunfo para los Kirchner. Circo barato, sólo payasos con trajes remendados y carpa que filtra la lluvia. Me mojo, la Argentina no tiene techo, tampoco piso, barro y piedras no más.
Los maestros fueron los primeros en hacerle un paro a Hermes Binner pese a haberlo apoyado en la campaña. Fue cuando el Gobernador santafesino apoyó decididamente la protesta federal del campo. ¿Casualidad?
Hicieron lo mismo con Schiaretti, Gobernador de Córdoba en idéntica situación.
¿A quién le interesa distraer al vulgo y si de paso le hace daño al adversario, mejor?
Hoy el gran tema argentino es la selección nacional de fútbol. Lo explica dolorosamente Enrique García-Mansilla en una nota de esta misma edición. Le siguen en importancia la inseguridad en San isidro y el resto del país y la crisis mundial que según la profecía de la PresidentA nunca rozaría a la Argentina. Raro, los yankis son inteligentes, ¿cómo aceptaron la visita de la MuchachA? Es mufa, hagan memoria. Antes fue “Braden o Perón”, luego “ni yankis ni marxistas”, ahora “Kristina o sobrevivir.” Lo que toca… ¡Chau…! ¡Miren los hijos…!
Termino.
No quedan opciones, o unidad nacional o crisis y derrumbe.
Como el final parece anunciado y próximo surgen los extremistas de siempre disparando a tontas y locas para cualquier lado. No acertarán y perderemos tiempo y soldados y finalmente serán los que piensan quienes triunfarán. Quizá sean los buenos, ojalá, quizá no.
Busquemos ese punto de coincidencia que nos permita la unidad de acción desde la unidad de concepción. Busquemos al otro. Lamentablemente “el enemigo de mi enemigo es mi amigo.”
e-mail del autor zschez@yahoo.com.ar
28 Oct 08
Más información www.politicaydesarrollo.com.ar
Contáctenos politicaydesarrollo@gmail.com
miércoles, 29 de octubre de 2008
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