jueves, 30 de octubre de 2008

FIN DE FIESTA

FIN DE FIESTA ¡SÁLVESE QUIEN PUEDA!

Por Lilia D.Strout (PH.D.)

Eso es lo que piensan los pesimistas, que abundan en el país.

Pero los expertos, "los que saben más", son optimistas. Ellos tienen mejores noticias para las mentes receptivas. Haciendo frente al irreal dólar que ha sido comparado con "papel higiénico" ( una comparación no muy académica que no sólo huele mal ) se levantan voces prometedoras de éxito y prosperidad para enfrentar las páginas negras de los aguafiestas, de cara al desastre de la economía mundial del ancho y ajeno mundo.

La voz cantante de este optimismo es un economista inglés, Stephen Wheeler. Aclaro: no detesto a los ingleses, por quienes siento gran simpatía- excepto por lo de las Malvinas- vieja historia de despojo. Wheeler, apodado "el gurú" económico de los K. aseveró que "nuestro país es uno de los más fuertes del mundo" según se lee en INFOBAE 20/10/08. ¡Por fin alguien cree en el peso! Debe ser un peso pesado con el que nadie quiere comerciar. Según el economista y matemático, el valor del dólar es irreal y el del peso, real. Al parecer ¿real deberá entenderse como "royal"? No vamos a entrar en comparaciones con el doliente dólar. Hay un simple detalle que nos inspira a ser cautos sobre este experto inglés, asesor de la presidenta. Primero, cuánto cobra por su asesoramiento? ¿Recibe su pago en dólares o en pesos? Ese simple dato podría darnos la clave de sol/fa del son que mueve la economía que parece entonar un tango tristón y melancólico, con un acordeón lastimero, de los tiempos que corren.

Un paréntesis (impertinente) ¿dónde están nuestros economistas y matemáticos egresados de nuestras universidades? ¿Han emigrado todos a USA y al exterior para aumentar sus conocimientos ( "para no regresar", como dice el tango, y suele ser la norma) ? ¿Por qué lo habrán hecho? Hay tantas respuestas como emigrados posibles. País de inmigración se ha convertido en lo opuesto. "Por algo será", vieja consigna de un pasado tenebroso.

Además, eso de la "posición ideal" de Argentina en la alusión del gurú a los alimentos, evidencia un desconocimiento de la pobreza alarmante en el país de las míticas vacas, bla, bla, donde hay gente que se muere de hambre según la prensa maligna. ¿Acaso el economista en cuestión se ha convertido mágicamente en el ministro sin cartera y asesor semi-oficial de la pareja reinante?¿ Influyó acaso su "expertise" en el cacareado pago total del Club de París por necesidad de cuidar las reservas? La decisión sobre el Club de París parece broma. No puedo creer que sea serio y lo tomo en el sentido de lo que me sugiere. Me suena y recuerda a la vez 1) el "can can" de las alegres bailarinas parisinas, visita obligada de los turistas y 2) a la rica, inteligente pero pícara ( se hace la tonta ), provocativa y atractiva heredera del clan de los Hilton, que ocupa diariamente las páginas de los diarios internacionales y que seguramente tiene un "Club (de fanáticos) de París." Tomándose la vida en solfa pretende jugar como candidata a la presidencia, quizá una nueva manera de divertirse. Se parecerán nuestros candidatos y gobernantes a la rica heredera? Ojalá. Oh Alá! para decirlo al tenor de los tiempos que corren en el que se declaran guerras para alimentar nuestros autos, extensiones de nuestro ego, al que hay que alimentar con dinero y poder.

Pasemos de lo cómico a lo trágico. De los tiempos en que ser argentino era ser "rico" según una ya mítica expresión ( "Rico como un argentino" ) al tiempo actual, presente, que significa - por lo general- pobre, porque su moneda no vale nada y cada día es más caro comprar un dólar para ahorrar o para el futuro o para viajar- para los que pueden o necesitan hacerlo. Mientras que para la mayoría cuesta más comprar alimentos básicos para subsistir. Porque todo se dolariza y los sueldos están en pesos nacionales que valen tanto como la falsa moneda de una famosa canción ( "La bien pagá"). Y el país sufre el dolor de " ya no ser" como dice un tango. Y entran a jugar palabras inalcanzables para el hombre de la calle. Piensen por ejemplo en la palabra "coyuntura" en la Argentina, un comodín de la economía. Deberán leerse 1,060.000 entradas para resolver su duda. Los invito, si pueden digerirlo, la información está al alcance de sus dedos, en Google.

Un tanto pesimista y agorero frente al panorama mundial, el economista inglés augura cierre de bancos y falta de efectivo. Siguiendo con sus "sabios" consejos- a pesar de la amenaza de la obvia debacle mundial de la que no se salvaría el país, el peor preparado, aconseja a los argentinos que poseen ahorros en el exterior que los repatrien, porque los perderán. Sin duda no habla de pesos argentinos, sino de dólares. Obvia contradicción de su concepto sobre el papel higiénico, perdón, del dólar. Para contrarrestrar sus vaticinios agoreros explaya su optimismo y sabiduría ( sin ahorrar palabras de desventuras futuras) y recomienda retirar nuestras reservas en el Primer mundo (¿qué es eso? ¿un consejo absurdo como ninguno?) y ponerlas a trabajar en el Sur. ¿Se trata acaso de una advertencia de la inminencia de tiempos futuros estadounidenses posiblemente contagiados del cólera de García Márquez ? Vale recordar que la Presidenta, fastidiada por expresiones negativas, se quejó recientemente por el uso cotidiano y peyorativo -en relación a la economía- de la palabra "malaria". Quizá la versión argentina del "cólera" del Nobel colombiano. Palabras más, palabras menos, estamos frente a una economía enferma. O será acaso de economistas enfermos de poder?

Prohibido prohibir. Quizá el experto economista necesita congraciarse con sus amos ( los K.) y haciendo un despliegue de su flema británica trasmite su optimismo e invita a compartirlo con una versión "light." Aunque nunca un verdadero caballero inglés compararía el dólar con el papel higiénico.

Valdría la pena investigar los éxitos comerciales e inversiones del gurú financiero de los K. Ellos podrían darnos un panorama del futuro destino

del país que se estremece por la incertidumbre del presente económico mundial inestable. Con conocimiento de causa se acabarían los rumores sin fundamento. Si sus empresas han resultado exitosas, el país estaría en buenas manos. Los invito a poner su nombre en Google y podrán tener una visión apropiada sobre quién asesora a nuestros gobernantes. Y así se acabarían los rumores negativos sobre el tema. Recuperada mi computadora de un virus inesperado ( ni cólera ni malaria ) no he podido hacerlo todavía, pero espero grandes sorpresas.

Ahora, manos a la obra. Leeré lo que pueda sobre otro gran desastre, el traspaso ( o malpaso ) de las jubilaciones privadas. Gracias al cielo no me afecta, no me jubilé en el país ni reclamé lo que me pertenecía después de haber trabajado allí alrededor de 20 años. Argentina fue generosa conmigo, becas internacionales y mi esfuerzo personal, hicieron el resto. Lo siento por mis coetáneos que trabajaron toda su vida para el país.¿ Es acaso un pecado original que nos condena desde el nacimiento? Pero, no es verdad eso de que estamos condenados al éxito, según algunos, nada ingenuos: los que mandan?

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