jueves, 30 de octubre de 2008

DELINKUENTES

DELINCUENTES DE AYER; DELINCUENTES DE HOY

Por el Lic. Claudio Valdez

Los medios de comunicación transmitieron las honras fúnebres y el traslado al cementerio de una nueva víctima de la delincuencia: el gendarme Roberto Centeno, quien fuera baleado en la cabeza en su puesto de vigilancia en el asentamiento marginal conocido como “Fuerte Apache”.

El hecho actualiza aquellos años de “la década del setenta” en que las Fuerzas de Seguridad, Policiales y Fuerzas Armadas despedían en los cementerios a sus víctimas por el accionar de la delincuencia terrorista de “organizaciones subversivas”. La imagen de dolor es la misma que la de aquellos nefastos años, cuando también eran asesinados empresarios, gremialistas, policías, profesores, funcionarios y militares.

Los gobernantes actuales, que alardean de ser promotores de la democracia en nuestra Nación y de la imposición de “los derechos humanos de la O.N.U.” solo han logrado como todo éxito “volver a los hechos del pasado”. Sus contraculturales decisiones permitieron incrementar la miseria moral y material de la población, instigaron a enfrentamientos entre compatriotas y encubrieron con diligencia hechos de violencia contra cualquier significativo disidente. Consecuencia: muerte y más muerte de personas honestas y aún de jóvenes de malvivir, que estimulados por demagógicas políticas terminan siendo “utilizados” y hasta asesinados por oportunistas “asociaciones ilícitas”.

Los gobernantes y dirigentes de la hora deben responder por estos despropósitos, que los muestran como charlatanes inútiles y consumados estafadores de la población yendo por “la vida, el honor y las fortunas de los argentinos”. El Artículo 29 de la Constitución Nacional los tipifica como “infames traidores a la patria”.

Pocas dudas pueden plantearse de que este será el cargo final que deberán afrontar “los politiqueros” que han gobernado, desde que sus perversiones políticas y jurídicas, sus voluntades contraculturales, sus engaños y sistemáticas mentiras son la causa de la desdicha presente y del tenebroso futuro que cargamos sobre nuestros descendientes.

Politiqueros que simpatizaron con delincuentes en el pasado y que con predilección por los delincuentes de hoy empeñan sus esfuerzos en lograr garantismos, abolicionismos y

legitimaciones condenando a nuestra sociedad a ser víctima de la insensatez.

En tanto, hoy como ayer, demasiada gente continúa siendo víctima mortal de los delincuentes.

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