viernes, 31 de octubre de 2008

EFECTO TANGO

Del efecto jazz al efecto tango


De acuerdo a los socialistas argentinos, el mundo ya no es lo que era antes del “derrumbe del capitalismo” y las recetas neoliberales. ¡Qué-vuel-va-Carlos… (Marx). El país se encuentra “blindado”, encapsulado y protegido de todos los males que azotan a esos malditos yanquis. Amén. Sin embargo, a pesar del desplome estadounidense todo el mundo quiere comprar dólares y bonos de su Tesoro; Asia y Europa observan con preocupación la baja de sus economías y monedas, y los precios de los commodities apuntan peligrosamente hacia el suelo. Vamos a ver cuándo Argentina y Brasil realizarán su intercambio comercial a través del peso y el cruceiro como prometieron sus primeras figuras.

Hace mucho tiempo se dijo adiós al patrón sal, después al patrón oro y ahora al patrón dólar: el nuevo jefe de la galaxia es el bono del Tesoro estadounidense. ¡Lo que es la confianza! Veamos que pasó: George W. se puso el mameluco y se ensució hasta la coronilla; luego, Obama o McCain acomodarán los muebles y regarán las plantitas. Es un gran equipo. Y eso a pesar de las “terribles” diferencias que existen entre republicanos y demócratas. Cómo sería si pensaran lo mismo.

Por aquí abajo, en un territorio donde sopla el viento del subdesarrollo y la corrupción en gran escala (algunos se autosatisfacen llamándolo país emergente) el dólar sigue en ascenso y se recibió la desagradable noticia que un juez del Norte inhibió 500 millones del papel verde pertenecientes a aportantes de diversas AFJP depositados en Estados Unidos. Llama la atención los conceptos proferidos por la presidente Fernández de Kirchner en la Cumbre Iberoamericana realizada en El Salvador. En ese lugar embistió contra los Estados Unidos a quien responsabilizó otra vez por su manejo de la economía mundial, y criticó la “distorsión comunicacional” de quienes entienden que el traspaso de los fondos ahorrados en las AFJP por futuros jubilados a la órbita del Estado es una simple nacionalización de ese patrimonio. Además, la Presidente aclaró que esos fondos “son de los aportantes”.

Si en realidad esto fuera así, no debería existir inconveniente para que los argentinos y argentinas que son considerados adultos para elegir con quien desean formar pareja, tener hijos, ir a la guerra, elegir a sus representantes o la marca de dulces que prefieran, puedan administrar por sí mismos sus ahorros. Porque estamos hablando de dinero perteneciente a mayores de edad y que están en pleno dominio de sus facultades mentales, ¿verdad?

Pero supongamos por un instante que esos argentinos permitieran que los gobernantes “administraran” durante cuarenta años ese ahorro forzoso llamado jubilación. Llegado el momento del pase a retiro, ¿podrían presentarse ante la ventanilla de un banco en el que deberían encontrarse depositados y retirar el capital más los intereses acumulados durante cuatro décadas de trabajo debido a que esos fondos les pertenecen (“son de los aportantes”)? ¿Podrían acaso colocar esos montos en bonos del tesoro norteamericano, instalar un kiosco o un puesto de flores, colocarlo a plazo fijo o prestarle dinero al gobierno argentino al 15% anual como lo hizo el amigo Chávez? ¿No? ¿Por qué no?, si el dinero es de los aportantes.

En algún momento habrá que comenzar a llamar en Argentina a las cosas por su nombre: los gobernantes deberán se llamados administradores; los comunicadores, periodistas; los progresistas, izquierdistas; y a quienes se quedan con lo ajeno, ladrones. ¿Es muy fuerte?
SALINAS BOHIL
CORREO DE BS AS

No hay comentarios: