martes, 27 de enero de 2009

LA VISIBLE AUSENCIA


La visible ausencia

Falta una dirigencia de fuste, capaz de debatir, de discutir sin sonrojarse, dispuesta a ser mencionada por los periodistas sin temblores del placard y sus cadáveres, de presentar propuestas, de mantener una línea interna partidaria para ofertarse como alternativa eleccionaria pero, caramba: ¿en qué partido?

Por Raúl Acosta


Un dirigente peronista, que emigró por las dudas y retornó a la seguridad del empleo público (lo es, en diversas formas cobra/vive del Estado desde 1983), dijo al encontrar al periodista en la calle, entre el amarillo y el rojo de un semáforo: "Leo lo que publicás, son escritos desprolijos, pero por suerte no me has mencionado. Vos criticás duramente al peronismo.".

Una colega, al leer la nota sobre el partido radical, agonizante, miró al periodista y sentenció: ".no existen los partidos, no existen más, este es otro siglo, hay que ser más fashion, menos lúgubre, a nadie le interesa la política, ya fue.".

Entre la paranoia del dirigente, siempre bien pagado y el blondo periodismo posmo, siempre bien facturado, la región sur debería a reconocer sus faltas.

La más importante falta de la región sur es dirigencial.

Terminado este mandato de Miguel Lifschitz el socialismo ofertará a Clara García, Miguel Zammarini, Horacio Ghirardi y los Asegurado Brothers, todos para un cargo: intendente de Rosario. Acaso baje al territorio Rubén Giustiniani. Debería. Para gobernadores estarán Antonio Bonfatti, el mencionado Lifschitz y el doctor Barleta, ex rector de UNL, actual intendente de Santa Fe. En el banco Di Pollina. Es todo lo que hay en stock. No es poco. Cuidado, están en la góndola, tienen fecha de vencimiento.

El radicalismo sureño, en esa alianza, no tiene nombres. El peronismo sureño no tiene nombres ni decisiones. Todo volverá a resolverse entre Reutemann y su lado oscuro: Obeid. El sur aplaudirá al final de la función.

El radicalismo del sur, ante las decisiones socialistas, ni eso. Luis Cáceres ("el Changui", titular partidario provincial, está pidiendo el dinero de los votos obtenidos, para pagar cuentas partidarias; no se lo dan.)

La preocupación de la dirigencia del sur es la información. Estar informado y ser mencionado. El mayor peligro, por tanto, es una información equívoca. La catástrofe una mención que ilumine asuntos confidenciales.

Falta una dirigencia de fuste, capaz de debatir, de discutir sin sonrojarse, dispuesta a ser mencionada por los periodistas sin temblores del placard y sus cadáveres, de presentar propuestas, de mantener una línea interna partidaria para ofertarse como alternativa eleccionaria pero, caramba: ¿en qué partido?

Días pasados éste, el diario de la región sur de la provincia, con influencia en varios millones de habitantes de la misma (la región sur abarca siete departamentos santafesinos, llega hasta San Nicolás, provincia de Buenos Aires y bastante más allá de Cruz Alta, provincia de Córdoba) informaba de un encuentro de juventudes socialistas en Salta, hasta donde se trasladó el gobernador Hermes Binner y la plana mayor partidaria.

Pregunta inquietante: ¿existe la jotapé, la juventud peronista.?

El viejo partido de Alem admitía jóvenes de 30 años, tope máximo para pertenecer a "la juventud radical". ¿Existe? ¿Existe un padrón real de afiliados?

No hay yerro periodístico si se insiste en que los dos partidos de masa no contienen masa, y su núcleo duro es longevo, resistente, pero no juvenil. No hay divisiones inferiores, "canteranos", como dicen los relatores del fútbol español. En Rosario los actores políticos no son terrenales, son ideales, virtuales. La verdadera vida requiere actuación. El acto, no la gacetilla del acto.

A qué encuentro juvenil han ido Reutemann, Obeid, Spinozzi, Oscar Lamberto,
Arielito Dalla Fontana y a cual encuentro de la juventud radical asistieron
Reynaldo, Milano, Cáceres, Stubrin Jrs., Campero, Usandizaga. ¿Quién?).

¿Son partidos de viejos los dos tradicionales partidos argentinos?

Se insiste: no hay dirigencia real, pronto no alcanzará con un candidato mediático.

Es recurso antiguo el resumen del acto transmitido por tevé, o el reportaje.
El mensaje por Internet fue fundamental para Barak Obama y su campaña, la conexión diaria, el seguimiento de las actividades reales de los posibles votantes. El correo celular (SMS) identifica a la generación digital. Con Obama los yankis tienen el primer presidente digital. Chau mundo analógico. Recordarlo.

Ineficaces con/por el antiguo método, el comité, la básica, la agrupación estudiantil, la biblioteca del barrio, el ateneo, los dos partidos, análogos en un mundo digitalizado, llegaron al final de la ruta: los que mandan no son dirigentes, apenas los últimos gerentes. Reemplazables. Carne de la Ansés.

Las viejas técnicas no están. Las nuevas le son ajenas. El dirigente político del siglo XX va en coche al muere. No deja buena huella.

Su ausencia es visible en una región y un país con muchas convulsiones, espasmos, pero sin diagnóstico eficaz. Lejano, por tanto, el remedio, la cura.

Sin ningún diálogo con la realidad, que vive con otro lenguaje, el dirigente político no tiene conversación posible con el mundo. Un mundo real que, acaso, tampoco desee conversar con él.

Razones tiene la blonda colega, voraz lectora de Fukuyama. Quejarse no es posmo. Razón tiene el montonero, empalidecido ante la posibilidad que se lo mencione. Honesta paranoia. Aspira a una vejez sin premuras. "Rauli, ya fue, la política partidaria ya fue.", dice la rubia camino al Caribe. "Acaso lo vea a Fidel, está enfermo, pobrecito", farfulla desde la escalerilla. El montonero calla, ha ido varias veces a "la isla", pero ahora no hay tantos pasajes de favor.

Fuente http://www.lacapital.com.ar/


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