La Presidenta argentina sigue su gira con Venezuela como destino y Chávez de anfitrión. Populismo de primera categoría cara a cara. ¿Quién da más? Matrícula de honor para la esposa de Néstor en la asignatura de demagogia pero suspenso en la de relaciones internacionales.
La auto-proclamada adalid número uno de los derechos humanos ha hecho escala en Caracas. Una vez obtenida la bendición del jefe de los liberticidas, Fidel Castro, ahora ha recibido la misma loa por parte de Chávez, el aspirante a la eternización (en el poder).
No perdamos de vista un elemento: ambos mandatarios tienen problemas pues cada vez son más contestados por su ciudadanía. Respaldarse mutuamente es la estrategia. Por ello, no han escatimado medios para la vociferación y publicitación de su encuentro. En este sentido, el venezolano ha obligado, en un liberticio más que no será el último, a transmitir el encuentro con la mandamás argentina.
La relación no es nueva. En 2004 entre Néstor Kirchner y Chávez se empezó a gestar un partenariado que abarcaba varios apartados, desde el económico al tecnológico, pasando ¿o priorizando? por el ideológico. Si Cristina Kirchner en Cuba no hizo mención a la ausencia derechos humanos que vive la Isla-cárcel, en Venezuela ha repetido actuación.
Consciente o inconscientemente, Cristina Fernández está eligiendo a desastrosos compañeros de viaje. La política exterior argentina, más allá del tridente Chávez/Morales/Castro, es nula. Pese a ello, la Casa Rosada se hace apología de lo brillante y acertado de la estrategia escogida, cuyo resultado es cada vez mayor aislamiento de Argentina en la esfera internacional.
Por el bien de su país, esperemos que la Señora Kirchner no copie las alianzas contra-natura en las que se está especializando Chávez (y Morales) con Irán o Hamas, en su deseo de buscar el enfrentamiento permanente con Estados Unidos.
En cuanto al Presidente venezolano, la presencia de la mandataria argentina le va a venir bien, sobre todo como cortina de humo. La tensión en su país aumenta, como la ausencia de libertades. La oposición hace valer su descontento y la reacción del gobierno es la represión brutal, sin escatimar medios. En este aspecto, los K le llevan ventaja pues basta una llamada a D´Elia para tener una concentración pro-gubernamental o a Hebe "derechos humanos" Bonafini para que afirme que Cristina Kirchner es muy blanda (y candorosa) pues no ha aplastado a los manifestantes.
Editorial El Diario Exterior
Más información www.politicaydesarrollo.com.ar
Para suscribirse editor_politicaydesarrollo@yahoo.com.ar
Contáctenos: politicaydesarrollo@gmail.com
.jpg)
.jpg)
.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario