miércoles, 28 de enero de 2009

MIEDO EN LA JUSTICIA

La Nación - 29-Ene-09 - Opinión

Cuando la Justicia tiene miedo

Tres jueces de la Cámara de Casación han dado una lección a cinco colegas que no quieren actuar en una causa contra Kunkel

La Cámara de Casación ha puesto al descubierto que, tal como se ha informado reiteradamente, muchos jueces temen investigar al Gobierno y a sus funcionarios. En esta oportunidad, la Sala III de la Casación mostró también que el temor no lo sufren sólo los jueces, sino también cinco camaristas de la propia Casación, el máximo tribunal penal del país.


En efecto, un fallo de la Sala III reveló que cinco camaristas se negaron a intervenir en una causa contra Carlos Kunkel, diputado oficialista muy allegado al matrimonio presidencial y una de las espadas del Gobierno, junto con Diana Conti, en el Consejo de la Magistratura, el órgano encargado de elegir a los jueces y de investigar a aquellos sobre quienes recae un pedido de juicio político.

Precisamente, los cinco camaristas que se han excusado de intervenir en el expediente contra Kunkel argumentaron que tienen denuncias, pedidos de juicio político o concursos abiertos en el Consejo de la Magistratura. El expediente en el que no quieren intervenir es una denuncia por injurias del diputado Francisco de Narváez, del peronismo disidente, porque Kunkel lo acusó de poseer una "fortuna mal habida".

Sin embargo, es digno de destacar que, como contracara de la cuestionable actitud de los camaristas que se inhibieron de actuar, los integrantes de la Sala III de la misma cámara, Angela Ledesma, Eduardo Riggi y Guillermo Tragant, resolvieron que la decisión de sus colegas era desacertada porque ser juez, explicaron, también obliga a soportar las presiones sin perder la imparcialidad y la independencia.

En su fallo, tal como informó LA NACION, los tres camaristas agregaron que, si bien Kunkel forma parte actualmente del Consejo de la Magistratura, "esto no impide que los magistrados de esta Cámara cumplan el supremo mandato constitucional de ejercer su jurisdicción en los casos que son llamados a resolver." Y destacaron también que quien en el futuro podría tener que apartarse en el Consejo sería Kunkel y no los jueces. Tras este fallo, la Sala II de Casación debería retomar el sumario contra Kunkel. Es una sala que interviene en casos muy importantes, como el de la voladura de la Fábrica Militar de Río Tercero, y la actitud que ha adoptado en el sumario de Kunkel podría poner en duda su independencia.

Con la excepción de uno, todos los demás integrantes de la Cámara de Casación han sido denunciados ante el Consejo de la Magistratura, y dos de los cinco camaristas que se excusaron son subrogantes y concursan para ocupar los puestos vacantes en la Casación.

Es preciso tener en cuenta que el Consejo recibe toda clase de denuncias, fundadas y no fundadas. El problema radica en que, tras la modificación operada en el Consejo por el Gobierno, donde el oficialismo puede hacer y deshacer a su antojo, una denuncia sin fundamento, en vez de ser rechazada tras un primer análisis, puede ser admitida para iniciarse la correspondiente investigación aunque no haya pruebas. Y esa "investigación" puede mantenerse abierta, aunque sin movimiento, para ser usada como elemento de presión sobre el magistrado. Por supuesto, también se da la situación inversa: un juez cercano al oficialismo puede ver rechazada una denuncia en su contra pese a estar fundada.

También es cierto que Casación ha sido objeto de duros cuestionamientos por parte del kirchnerismo, que acusó a algunos de sus miembros de demorar los juicios contra militares por los crímenes de la dictadura, y que la presión del oficialismo obligó a renunciar a uno de sus integrantes, Alfredo Bisordi.

Todo esto confirma que, tal como lo denunciara el presidente de la Asociación de Magistrados, Ricardo Recondo, existen presiones del Gobierno sobre los jueces y hay magistrados que temen avanzar en causas abiertas contra el kirchnerismo.

Pero esta lamentable realidad no alcanza para justificar que el miedo de los jueces, comprensible desde ya, los inhiba de actuar. Si ceden al temor, incumplen su obligación y le confirman al Gobierno que la presión es el método efectivo para domesticar a la Justicia. Lo demuestran las palabras de Kunkel, a quien le pareció "comprensible" que los jueces de Casación se apartaran. Toda una definición.

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