sábado, 14 de agosto de 2010

OTRO AGRAVIO DE TILINGA


OTRO AGRAVIO A LA REPÚBLICA: CRISTINA INTENTA DISCIPLINAR AL PODER JUDICIAL
Es sencillamente inadmisible algunas conductas de la presidente Cristina Fernández de Kirchner. Conductas que son lisa y llanamente un verdadero atentado al sistema democrático, que nuestro país busca afanosamente afianzar, luego de casi tres décadas de la vuelta a la democracia prevista en nuestra Constitución Nacional.
La gestión gubernamental del matrimonio Kirchner se caracterizó permanentemente en avanzar sobre la independencia de los otros poderes del Estado.
Tanto el Legislativo como el Judicial fueron presionados de diferentes maneras a lo largo de estos siete años de gobierno. Particularmente esta presión se intensifica y agudiza cuando el gobierno se enfrenta a problemas que no sabe o no puede solucionar.
No sabe por su incapacidad, o no puede por su incompetencia.
Emplea el conocido recurso de los mediocres, desviar la atención, endilgándole la responsabilidad o la culpa a un tercero, al clásico chivo emisario.
El incremento de la inseguridad, en particular en la Capital y en el área metropolitana ha sobrepasado por mucho los altos índices de los últimos años, que la presidente y su sumiso y engañoso vocero, el Jefe de Gabinete, a la sazón Ministro de Seguridad y Justicia calificaron como una “sensación de inseguridad”.
Ante la actual cruda y cruel evidencia, ese pueril argumento ya no sirve y se busca derivar la responsabilidad de la seguridad de la población al Poder Judicial. Asimismo el primer “bocón oficial” intentó minimizar su responsabilidad diciendo “que la Argentina es el país más seguro de América Latina…”. Es probable que así sea, pero una cosa no tiene que ver con la otra. Por otra parte el “servil adulón oficial” debería saber cuando uno se compara, siempre se lo hace con el mejor y no con los peores.
La presidente envió un mensaje al Poder Judicial al afirmar que “no puede haber una Justicia oficialista, pero tampoco una Justicia opositora”.
Ratificó su estrategia de responsabilizar a los jueces por ser "permisivos" con los delincuentes. En realidad parte de este problema es que algunos jueces penales están formados en las escuelas garantistas y abolicionistas que el mismo kirchnerismo impulsó.
También expresó que "el Poder Judicial debe ser independiente del gobierno pero no de los intereses del Estado, y que los jueces deberían estar siempre apuntando a la preservación del Estado y a su sustentabilidad institucional".
Es absolutamente evidente por su postura y expresiones, que la presidente efectivamente no es abogada. Es elemental hasta para un novel estudiante de abogacía, que los jueces solamente los debe guiar la aplicación de los códigos y las leyes vigentes.
Como no podía ser de otra manera los jueces rechazaron las pueriles críticas del gobierno.
En un duro comunicado, la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional (AMFJN) sostuvo que el Gobierno "pretende deslindar su propia responsabilidad" sobre la inseguridad y tiene un "inocultable propósito mediático".
Debemos recordar que en los comienzos de su gestión Cristina se comprometió a aumentar la calidad institucional de la Justicia y entre sus primeras medidas, cubrir los cargos vacantes que limitan el accionar de la justicia. Hoy, ya en el tramo final de su gobierno, la Justicia está peor que nunca con cientos de jueces sin nombrar y con juicios que se acumulan en los juzgados de por cientos de miles.
Más de medio millón de estos corresponden a demandas contra el Estado, originadas curiosamente, por fallas o incumplimientos de leyes por el mismo Estado.
Un ejemplo ilustrativo son las de los jubilados. Otro ejemplo, son los haberes de los uniformados en donde más del 50 % de sus haberes son abonados con suplementos “no remuneraciones y no bonificables”. Lisa y llanamente, asignaciones “en negro”.
Una enorme burocracia administrativa judicial y por otra parte, una forma de postergar los problemas para “más adelante” comprometiendo económicamente el futuro, ya que son todos juicios que seguramente serán fallados contra el Estado.
También Cristina en su incontenible adicción a hablar, se refirió a los juicios por los “supuestos crímenes de lesa humanidad”. Comentó que ya se están instrumentando no como venganza contra los imputados, sino con todas las garantías que otorgan nuestras leyes.
Nuevamente tergiversa la verdad. En estos juicios, verdaderas exhibiciones teatrales y mediáticas, se vulneran principios jurídicos elementales vigentes en todos los países del mundo. En absoluto están dadas las garantías que otorgan nuestras leyes. Tanto es así que se hicieron las denuncias del caso ante los organismos internacionales correspondientes.
Si recién empiezan los juicios, después de siete años de gobierno kirchnerista, es una muestra clara de las dificultades y el temor que tienen los jueces actuantes para armar una función teatral, buscando darle un mínimo de aspecto de un acto judicial real en las cuales se cumplen las normas del debido proceso.
Llegado el momento esos jueces serviles, temerosos y prevaricadores deberán justificar sus oscuros y falaces procedimientos jurídicos y su mala fe procesal.
Por otra parte alguien de su círculo íntimo, debería aconsejarle a la presidente que trate de cerrar la boca y medirse en su raid de discursos y monsergas ya que cuando habla, indefectiblemente dice alguna mentira, incongruencia o estupidez que daña seriamente la imagen y la institución presidencial.

13-Ago-10 Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL
alfredo@weinstabl.com.ar

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