martes, 15 de febrero de 2011

CRISIS EN EL PRO


SE APROXIMA OTRA CRISIS EN LA CÚPULA DEL PRO

Sucesión de Macri: el plan de Rodríguez Larreta para desplazar a Michetti

Por el Dr. Carlos Tórtora (*)

La interna del PRO por la sucesión de Mauricio Macri se está convirtiendo en un juego de suspenso entre los tres protagonistas principales: Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti. Ésta casi festejó en los últimos días los indicios que la daban como la mejor posicionada -por lo menos en las encuestas- para ser candidata a jefe de gobierno. Pero la sonrisa habría desaparecido de su cara en las últimas horas, a medida que crece la versión de que Macri intentará reunir los votos en la Legislatura no sólo para unificar las elecciones a jefe de gobierno y diputados locales con las nacionales, sino también las elecciones comunales. Por ahora, éstas tendrán lugar el 5 de junio y el plazo máximo para convocarlas será el 5 de marzo. La alarma de Michetti se refiere a lo siguiente: Rodríguez Larreta concentra el control de casi todos los CGP (Centros de Gestión y Participación), que pasarán a ser las estructuras de las futuras comunas. Si la elección de comunas es conjunta, este enorme aparato le serviría a Rodríguez Larreta para traccionar votos para las candidaturas de jefe de gobierno y presidente. En otras palabras, que mejoraría su posicionamiento para ser el sucesor de Macri.

En el michetismo temen que la intención final del jefe del PRO sea que su mano derecha lo suceda. Ya hay comentarios de que a Michetti le terminarían ofreciendo la senaduría nacional en el 2013. Un cheque demasiado diferido como para resultar tentador.

Dos meses atrás, el último pico de tensión entre Macri y Michetti escaló bastante. Guillermo Montenegro, el principal aliado de ella en el gabinete, terminó charlando con Amado Boudou en la oficina de este último. Aparentemente se trató de un mensaje para que Macri entendiera que las cosas podían llegar mucho más lejos.

Nadie sabe si Michetti, en caso de terminar despechada, se animará a provocar un cisma. Esta duda en sí misma ya es un factor a tener en cuenta. Por ahora, la resistencia se advierte en la reticencia de los diputados michetistas a aprobar la unificación de fechas.

Un camino sembrado de obstáculos

A todo esto, la suma de votos en la Legislatura para lograr la unificación es una carrera contra el reloj. Es que el 5 de marzo se le agota a Macri el plazo para convocar a la elección de comunas y, en caso de no hacerlo, sin contar con una ley que respalde el cambio, pasaría a ser el blanco de denuncias judiciales y cuestionamientos políticos de todo el arco opositor. Pero las sesiones ordinarias recién empezarán el 1 de marzo y, tratándose de una ley electoral, necesitará reunir dos tercios (40 votos). Y, además, que se vote la ley entre el 1 y el 5 de marzo.

Aun suponiendo que supere estas vallas y que se llegue a la unificación de fechas, entonces le espera al jefe de gobierno una prueba no menos difícil. Con la unificación, el PRO deberá aplicar el sistema de primarias nacionales también para las candidaturas locales. Yendo con lista única, el oficialismo porteño podría encontrarse con la apatía de amplios sectores del electorado, que no tendrían interés en ir a votar en una primaria de la que ya se sabe el resultado. Una baja participación de votantes en la primaria incidiría a su vez muy negativamente en la elección general.

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