jueves, 1 de diciembre de 2011
LA MORAL DE NUESTROS INSECTOS
por el Lic Gustavo Adolfo Bunse 2 diciembre 2011
Analizados parte por parte … la moral y los escrúpulos de una cucaracha son un ejemplo de prudencia y sensibilidad mayúscula… comparados con cualquiera de los miembros de la banda de nuestra monarquía absolutista.
La mentirosa rampante de la Nación, ofrece un espectáculo tan insólito que convendría preguntarse si llega a tan enormes extremos de subestimación de la sociedad, porque ha perdido la noción de prójimo o porque acaso se desayuna con algún producto químico.
Para ver similitudes, quien esto escribe eligió el mejor libro de entomología
que existe en el mundo… del Profesor A.D. Imms.
Según él :
Hay solamente una alimaña de la naturaleza, que puede compararse con los dirigentes de la corona.
Trátase de un insecto diminuto que habita en casi todo el litoral marítimo brasileño y que tiene las siguientes diez características y capacidades :
1) Provoca daños realmente inauditos a los seres humanos.
2) Su picadura es para sacar sangre… aunque hoy se sabe que, insólitamente, no la necesita para sobrevivir.
3) Inocula primero un líquido anestésico (para que la víctima no se dé cuenta de nada).
4) Inocula conjuntamente un anticoagulante muy tóxico y fabrica un orificio que resulta exagerado en la piel, haciéndolo en sólo 5 segundos.
5) Ese “trabajo” lo realiza en silencio y sin que su víctima advierta o sienta nada durante el ataque
6) El daño que deja en su lugar de acción es realmente descomunal en proporción con su objetivo. La secuela es terrible.
7) Cuando se advierte el daño, ya es demasiado tarde . Y nadie puede ver al bicho depredador, ni siquiera en su huída.
8) Su tamaño es la quinta parte de un mosquito y su vida es quince veces más larga. Léase, es casi invisible… y sobrevive mucho.
9) A diferencia de otros insectos, hace daño tanto el macho como la hembra.
10) La únicas defensas conocidas para librarse de él, consisten sólo en no estar a su alcance. Es decir, hay que huir .
El bicho este… fue objeto de estudio de muchos entomólogos y la mayor parte de sus características y las causas de su silenciosa agresividad, no pudieron ser totalmente descubiertas todavía.
El insecto se conoce con el nombre de “borrachudo” y su nombre se debe a que prefiere como lugar de vivienda el árbol del gomero ( porque goma, en portugués se dice “borracha”).
Con ser muy poco lo que se sabe, el temible bicho crea sin embargo, una especie de inmunidad parcial que hace desaparecer el dolor con el tiempo, aunque no el estrago en la piel. Las marcas que deja… se notan.
Con ello, agrega una similitud extraordinaria con los políticos oficialistas :
Además de no ser advertido su daño…. con el tiempo, todas sus víctimas se acostumbran a ellos y pierden la preocupación por sus ataques.
Los “borrachudos” atacan a cualquier hora y, cualquiera que se proponga preparar una defensa, fracasa inexorablemente por cuanto saben encontrar muy rápido otras vías de ataque… tan eficaces como lo permite su tamaño diminuto.
Las personas pueden ser atacadas por varios de ellos en forma sucesiva o simultánea sin que, por tal razón, el daño sea mejor advertido.
La extraordinaria cantidad de semejanzas que tienen los borrachudos con todos y cada uno de los políticos de la corona, podría resumirse en una trilogía escalofriante :
1) Su carencia de moral y de remordimiento.
2) Su terrible capacidad depredadora.
3) Su conciencia de una formidable impunidad.
Es obvio … el insecto no se conduce con ética.
Nació sin ella.
En sus pariente (los políticos de la corona), lo que ocurre es algo peor :
Tienen una inversión de los valores éticos… y una perturbación del juicio que les impide medir el bien y el mal.
Y mucho menos establecer diferencias entre ambas cosas.
Es decir, son lisa y llanamente invertidos morales… ineptos para discernir entre la honestidad y el vicio.
Y por cierto … son absolutamente indolentes frente a la coerción social.
Biológicamente, son aún muy inferiores que estos insectos por cuanto …. como se ve … hasta carecen de aquella excusa genética.
Acaso viven adaptados a una moral aparte… y hasta hacen esfuerzos por esquivar los valores luminosos que - sin dudas - los enceguecen.
La que los inspira, es una especie de moralidad incompleta, una moralidad accidental o alternativa.
Son así… el eslabón perdido entre la honestidad y el delito. Y disfrutan de esa transición porque son simples beneficiarios de la quiebra moral y de los temperamentos vulgares que los rodean.
Tampoco ellos, saben muy bien… el motivo de su gran instinto dañino, el cual acaso les provee una sensación de mantener a todo el mundo en un estado de gran debilidad y de muy fácil vulneración.
El paralelismo que se advierte… es realmente sorprendente.
Queda la firme y segura esperanza, sin embargo, de elucidar algún día, la causa por la que hacen tantísimo daño los “borrachudos”.
Inversamente, jamás sabremos los motivos que tienen, para dañar con tanta malicia, sus parientes directos… de la corona del oficialismo.
Aunque, cualquier entomólogo, se da cuenta que lo hacen sólo para robar
Lic Gustavo A. Bunse
gabunse@yahoo.com.ar
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