lunes, 2 de junio de 2008

DETALLES DE LA ESPOSA EJEMPLAR DEL TOMADOR

La Matanza. En el comedor que realizó la denuncia se entregan 150 almuerzos diarios.


María Acevedo, coordinadora de un jardín de González Catán, denunció ante la comisaría 18 de Laferrère, que Alicia Sánchez, esposa de Luis D’Elía, retenía dinero destinado a comedores comunitarios.

El dirigente kirchnerista contestó que esa demanda es “absolutamente falsa” y que se origina en un “profundo rencor” de una persona que fue dada de baja de la Subsecretaría de Tierra y Vivienda, organismo que el piquetero encabezó hasta fines de 2006.

“En seis meses se pudo haber quedado con más de 300 mil pesos destinados a alimentos de siete comedores”, dijo Acevedo, la coordinadora de “Darío y un Lugar para Todos”, tras denunciarla.

Su temor se basó en hechos concretos: durante semanas los alimentos del Fondo Participativo de Inversión Social (FOPAR) no llegaron a su comedor, y cuando arribaron, no eran los que correspondían. Sánchez era la encargada de comprar los productos con los que se alimentaban los chicos del jardín de Catán y otros seis centros, hasta que Acevedo la denunció ante la comisaría 18 y también ante la Federación de Jardines Maternales Comunitarios de La Matanza. “La primera tanda de productos llegó un mes después de cobrar el cheque. Pero lo más grave es que trajo productos que recibe la FTV del marido y que dicen claramente ‘Prohibida su venta’”, alertó.

Según Acevedo, la esposa de D’Elía se habría quedado con los seis mil pesos que el FOPAR otorga a este jardín para la compra del mes y, en su lugar, habría facturado los alimentos que percibe sin costo para la FTV. El FOPAR tiene previsto enviar para los siete jardines un total de 365.663 pesos, para la comida de seis meses.

Como en tantos otros sitios del país, en ese rincón del barrio Las Nieves la contención de los comedores es fundamental. Allí almuerzan los pibes que asisten al jardín de madres cuidadoras que coordina Acevedo. Pero de ese lugar también parten cinco o seis raciones diarias para las familias de estos chicos. Por eso, recibe una partida calculada en 150 almuerzos.

Darío y un Lugar para Todos es una de las trece salitas que forman parte de la Federación de Jardines Maternales Comunitarios de La Matanza, de la cual, hasta hace algunas semanas, Sánchez era secretaria. Tras el recambio de autoridades, ya no ocupa el cargo.

Según Acevedo, Sánchez debía cobrar el dinero de siete jardines y comprar los alimentos frescos y secos para cada uno de ellos. Pero esto –siempre de acuerdo con la denuncia– nunca ocurrió.

El 21 de abril pasado, su jardín recibió una primera entrega con productos para dos semanas. Incluía, entre otros alimentos, tres kilos de carnaza, seis paquetes de fideos y un kilo de cacao.

“Hicimos el cálculo, y lo que mandaron tenía un valor aproximado de 700 pesos. Además no alcanzaba para los 150 almuerzos que nosotros entregamos”, explicó a Crítica de la Argentina Acevedo, quien, ante esta situación, presentó una carta a la Federación de Jardines por la cual solicitó la “descentralización de los fondos” para que el dinero no fuera manejado por Sánchez y su asociación Abastecimiento Básico Comunitario Integral (ABCIN).

Días después llegó un nuevo envío. Esta vez, contenía sólo productos no perecederos con una frase clara en cada paquete: “Prohibida su venta”. “Esos alimentos no son los que deben comprarse con el dinero del FOPAR; son los que vienen en las cajas que bajan desde el Ministerio de Desarrollo de la Nación para la FTV”, aclaró Acevedo.

Aunque la federación cuenta con una serie de proveedores como el supermercado Vital y La Hermosura, Sánchez habría facturado esa comida con boletas a nombre de Claudia López y El Jagüel.

Según Acevedo, López es una de las secretarias de la esposa de D’Elía y, además, coordina Barquitos de Papel y Mis Amiguitos, dos de los siete jardines a los que Sánchez debía enviar los alimentos. Otros dos jardines estarían a cargo de Alberto, un hermano de Sánchez, y un quinto, Unidad y Lucha, en manos de Cristina Galván, otra de sus secretarias.

Tal vez ésa sea la explicación de por qué Acevedo es la única denunciante de las irregularidades en el manejo de estos fondos. Después de la segunda entrega de alimentos, Acevedo –a quien en el barrio todos conocen como Norma– presentó en la comisaría las fotos de los productos, los remitos y otros papeles en los que figuran los montos que debe recibir cada jardín mensualmente.

Los alimentos de la discordia

El Fondo Participativo de Inversión Social (Fopar) fue creado hace trece años para financiar pequeños proyectos comunitarios. Sin embargo, la crisis de 2001 lo convirtió en un programa para mejorar la problemática alimentaria. Su aplicación depende del Ministerio de Desarrollo Social y la fuente de financiamiento es el Banco Mundial.

El subsidio del Fopar debe destinarse a comprar alimentos frescos y secos para comedores y jardines comunitarios. Sin embargo, María Acevedo denunció que el monto de uno de los envíos que llegó a su jardín fue destinado sólo a no perecederos que, además, rezaban “Prohibida su venta”. Fideos, arroz, puré de tomates, aceite, dulce de batata, arvejas, picadillo, yerba y cacao fueron algunos de estos productos.

D`Elía: “Esa mujer tiene bronca”

El dirigente kirchnerista salió ayer a defender a su esposa Alicia Sánchez y dio su propia versión de los hechos denunciados por María Acevedo. “Esta mujer monta una denuncia falsa. Tiene bronca porque le dieron de baja su contrato en la Subsecretaría de Tierra y Vivienda por no presentarse a trabajar. Nosotros no sostenemos ñoquis”, aclaró.

El líder de la FTV también explicó que su mujer “aceptó” cobrar la primera cuota del FOPAR “por un problema legal, por falta de personería jurídica de ese jardín. Además, Alicia ya no es más secretaría de la Federación de Jardines”.

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