lunes, 2 de junio de 2008

VIGENCIA DE FRONDIZI

UNIDAD NACIONAL O DEPENDENCIA Y MISERIA

INTERMINABLE VIGENCIA DE FRONDIZI

Por Carlos J. González Cabral (*)

LA GRAN MENTIRA:

A una familia que viajaba de vacaciones se le descompuso el auto en medio de una zona desértica. Después de largas horas en soledad los niños comenzaron a inquietarse y a reclamar comida. Sus padres ya no sabían qué hacer para calmarlos hasta que uno de ellos les pidió que le contaran un cuento. Sin libros para leer en el auto y desconocedor total de la literatura les comenzó a leer un diario que había adquirido en una estación de servicio. En el mismo se había publicado el discurso de asunción del Presidente Nestor Kirchner al asumir la presidencia de la República, el 25 de mayo de 2003.

Decía Kirchner: “…nos planteamos construir prácticas colectivas de cooperación que superen los discursos individuales de oposición. En países civilizados con democracias de fuerte intensidad, los adversarios discuten y disienten cooperando. Por eso los convocamos a inventar el futuro. Venimos desde el Sur del mundo y queremos fijar, junto a todos los argentinos, prioridades nacionales y construir políticas de estado de largo plazo, para de esa manera crear futuro y generar tranquilidad. Sabemos dónde vamos y sabemos adónde no queremos ir o volver”.

Mientras los niños se dormían el padre siguió leyendo las promesas de Kirchner: “…es necesario hacer un detallado repaso de nuestros males para saber que nuestro pasado está pleno de fracasos, dolores, enfrentamientos, energías malgastadas en luchas estériles, al punto de enfrentar seriamente a los dirigentes con sus representados. Al punto de enfrentar seriamente a los argentinos entre sí”. Uno de los niños dijo: “Papá, eso no es un cuento es una gran mentira”. El padre terminó leyendo al hoy jefe peronista: “Quiero proponerles un sueño, quiero una Argentina unida. Quiero una Argentina normal. Quiero que seamos un país serio. Además quiero también un país más justo. Anhelo que por este camino se levante a la faz de la tierra un nueva y gloriosa Nación. La nuestra. Muchas gracias. Viva la Patria”. Toda la familia se quedó dormida hasta la mañana siguiente. Se habían sentido en otro mundo.

DEFINICION POLITICA EXTERIOR:

Frondizi expresó el 21 de agosto de 1961 desde el Salón Blanco de la Casa de Gobierno:“Siempre hemos creído que al gobernante no le basta con cumplir y hacer cumplir formalmente las leyes de la República. El gobernante es un intérprete de su pueblo y servidor de sus ideales e intereses. Como tal debe buscar inspiración en un diálogo ininterrumpido con sus mandantes, con los representantes de todos los sectores y de todas las opiniones sin subordinarse, por supuesto, a ninguno en particular. Por eso no consideramos impropio analizar y discutir nuestra gestión con todos aquellos que contribuyen a labrar el destino nacional, sean militares o civiles, empresarios u obreros, estudiantes, técnicos, maestros o simples ciudadanos. Pero considero también que no hay gobierno sin responsabilidad. No permaneceríamos ni un minuto en el cargo si se pretendiera que renunciáramos, siquiera parcialmente, a las responsabilidades constitucionales. Soy el jefe del Poder Ejecutivo y tengo la unipersonal responsabilidad del cumplimiento de los deberes que la Constitución le impone. Asumo íntegramente esa responsabilidad y no estoy dispuesto a rehuirla, a delegarla o a descargarla en funcionarios que cumplen lealmente las instrucciones que le imparte el presidente de la Nación. Tal conducta sería impropia de un jefe que aspira al respeto de sus subordinados.”

PROGRAMA:

“Como presidente de la Nación y dentro del marco de la división y la complementación de los tres poderes del sistema republicano, he asumido ante el pueblo la responsabilidad de ejecutar un programa de gobierno aprobado en comicios libres y que se resume en los siguientes objetivos:

1) Legalidad y vigencia plena del orden jurídico-democrático.

2) Paz social, participación activa de productores y obreros en la consolidación y progreso de la economía nacional.

3) Estabilización y desarrollo económico.

4) Política internacional al servicio del desarrollo interno y ajustada al cumplimiento estricto de las obligaciones que impone la comunidad de las naciones libres, para el afianzamiento de la paz mundial.”

“Estos objetivos no pertenecen a un gobierno determinado ni han sido inventados por mi partido o por mí. Todos ellos son imprescindibles e interdependientes. Constituyen el programa de una Nación que necesita cumplirlo totalmente, si ha de sobrevivir como comunidad civilizada. No cabe en ellos opción alguna porque no son expresiones circunstanciales ni postulados particulares sino necesidades objetivas, históricamente preestablecidas por la realidad de nuestro país y del mundo.”

SIN ODIOS NI RENCORES:

“En efecto, no hay opción alguna entre la legalidad y la anarquía; los argentinos no podemos sobrevivir si no extirpamos totalmente el odio partidista y sectario que nos divide y si no creamos las condiciones institucionales, morales y sociales que hagan posible la convivencia pacífica de todas las opiniones y todos los intereses que se ajusten a la ley. La alternativa es la dictadura o el caos, es decir el colapso de la democracia representativa.”

“Tampoco hay opción entre la paz social y el odio de clases. Un país aletargado, detenido en su crecimiento, descapitalizado en los sectores vitales de su economía, no puede entregarse a un estéril enfrentamiento por el reparto de la renta nacional que es característica de las luchas sociales en los grandes países desarrollados. El signo característico de nuestros problemas es el de su condición nacional y en ese sentido, por grandes que sean las diferencias entre los distintos sectores sociales, ellas deben quedar subordinadas a la unidad nacional frente a las dificultades externas, toda vez que si no afirmamos la independencia económica y la soberanía no habrá soluciones permanentes para nadie. Este es el único camino para construir una economía de abundancia que haga posible la justicia social perdurable. Se equivocan entonces los empresarios que hacen del provecho su única aspiración cuando tienen que reinvertir sus utilidades en la capitalización de sus empresas y cuidar celosamente ese capital fundamental e insustituible que es el trabajo y el bienestar de sus obreros. Se equivocan igualmente los dirigentes obreros que consideren que no interesa a la clase trabajadores otra cosa que el aumento nominal de sus ingresos cuando saben que ese aumento es ilusorio en una economía de subproducción y de enormes presiones inflacionarias”.

“No hay opción entre la estabilidad financiera y la inflación incontrolada. Si no extirpamos el déficit fiscal, motivado en su mayor parte por el déficit de las empresas estatales, no habrá moneda sana y, por consiguiente, no habrá estabilidad en el salario real de los trabajadores y en los precios de los artículos que consume la población”.

PARA PERONISTAS OLVIDADIZOS:

“La situación argentina no tiene solución dentro de un juego de facciones y pasiones. O entre todos los argentinos unidos y solidarios encauzamos sus problemas o esta situación queda sin arreglo posible”.

“Un partido político, ni aún un conglomerado de ellos, con una oposición sistemática de los otros, no podrá salir adelante en esta encrucijada y sus peligrosas acechanzas”.

“Las cartas están echadas: dependencia o liberación; pueblo o fuerzas obscuras de la traición. Los argentinos deben elegir. Quiera Dios iluminarnos a todos”. (General Juan D. Perón-14/12/1972).

LA NACIÓN EN PELIGRO:

El 23 de febrero de 1986 Frondizi expresó: “Frente a tantas acechanzas, la prioridad de la hora es la Unidad Nacional. ¿Cómo conseguirla? Hay un sólo camino: elaborar en conjunto un programa que consulte y responda efectivamente a todas las necesidades y aspiraciones básicas de cada sector y clase social y de todas las regiones, es decir, a los del conjunto de la Nación. ¿Por qué éste es el único camino? Porque la Nación encierra, globaliza, sintetiza y da homogeneidad a los distintos elementos que la conforman. Si entre ellos no arriban a un programa y a un compromiso sobre el desarrollo y la forma de insertarse en el mundo, no seremos una Nación. Ninguna parcialidad podrá sustituir a la Nación y la Argentina quedará al margen de los pueblos que, a través de sus Estados Nacionales, hayan conseguido coordinar y realizar sus propios objetivos”.

Considero un deber insistir en lo que expresara en la carta de lectores publicada en el diario La Nación del 15 de julio de 2005: “Deberá prevalecer la unánime decisión de fortalecer la autoridad del estado con el pleno respeto a la Constitución Nacional y el digno funcionamiento de la Justicia, mas la férrea voluntad de impulsar un vigoroso plan de desarrollo económico sobre un fundamento de justicia social y absoluta vida moral, a la vez que el Gobierno debe reimplantar la convivencia civilizada para construir una auténtica unidad nacional. Debemos asumir el compromiso irrenunciable de terminar con la Argentina presionada a negociar su dignidad para sobrevivir y con su pueblo sometido a privaciones criminales. Dios y la Patria lo demandan”.

(*) Colaboración especial para Crónica y Análisis de Carlos J. González Cabral. Maestro normal nacional. Se desempeñó como secretario de Gobierno y Hacienda (1958-1961) y como concejal (1963-1966) en la Municipalidad de San Nicolás de los Arroyos (Bs.As.) en representación de la UCRI y del MID, respectivamente. Fue electo diputado provincial por el FREJULI (1973-1976). Entre 1989 y 1995 acompañó al ex presidente Frondizi como secretario político y privado

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