Por lo general, los adultos que han dejado de respirar son, para quienes los transportan hacia lugares más eternos, pesados. Los hay muertos de toda laya. Hasta muertos vivos que en las películas de terror se congratulan comiendo cerebros en actividad. Se comenta en el exterior que en Argentina los muertos vivos encuentran alimento en abundancia. Hay quienes, incluso, viven de los muertos. Es el caso de sepultureros, funebreros, floristas, carpinteros, embalsamadores. Son legión. Y hay viudas, viudos y otros deudos que hacen de las suyas.
Es obligatorio y conveniente tardar unas horas antes de enterrar al finado. No vaya a suceder que como el recordado actor Narciso Ibáñez Menta, alguien intente convertirse en el “Hombre que volvió de la muerte”. En las profundidades de la tierra, a obscuras, para el humano ningún estado cataléptico es conveniente. Afuera sí. Pero “Volver, con la frente marchita”, ¿para qué? Imaginemos por un instante que por hache o por be Belgrano, San Martín, Rosas, Roca o Sarmiento pudieran levantarse del lugar en que se encuentran y contemplar la obra de quienes los continuaron.
En el mundo de los vivos los muertos tienen su lugar: el cementerio. Aunque también están en el recuerdo, el corazón, la mente, en cuadros colgados en las paredes y en mesas de luz. Como se observa, los muertos pueden llegar a ser un producto necesario y en algunos casos, herencias mediante, de mucha utilidad.
Argentina no termina de velar a sus difuntos famosos. Y los vuelve a levantar como si estuviesen vivos. A veces lo hace extrañamente tarde. Este es el caso del líder sindical José Ignacio Rucci a quienes familiares y caciques gremiales comienzan a recordar en público a 35 años de su asesinato exigiendo conocer los autores intelectuales y materiales de su muerte.
Otra tapa de ataúd que se ha levantado nuevamente es la de Juan Domingo Perón. Después de casi dos décadas de olvido, el año electoral 2007 lo encontró principalmente en boca del matrimonio presidencial a pesar que, hasta el 2005 había prohibido, como la Revolución Libertadora del 55, pronunciar su nombre y el uso de los símbolos partidarios. Y todos los peronistas, incluso aquellos que se dicen serlo, festejarán mañana en distintos puntos del país un nuevo 17 de octubre. Distinto.
Pero además, levantar el muerto significa en el lunfardo hacerse cargo de un pago muy pesado, pago que, por lo general, los piolas dejan que se haga cargo el gilardo de turno de la barra: un vulgar Paganini. Los muy vivos nunca gatillan una cuenta porque no da chapa pero la cosa, con el tiempo, se hace fulería. Y después, cuando menos se lo espera, algún chabón que nunca falta bate a la yuta la justa. Y el asunto, con intereses más costas, siempre termina mal, más cuando los cuervos averiguan que el punto que se la daba de banca tenía las rupias bien amarrocadas y no quería gatillar porque no se le cantaba o porque se las había patinado.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no paga a sus proveedores por lo que se encuentra en claro orsái, en default. Dinero tiene, salvo que los equipos técnicos hayan hecho mal las cuentas antes de asumir. Como está hoy día la educación, es posible. Otras historias del mismo tema que se tejen por ahí, mejor las dejamos de lado. Hablamos sencillamente de plata: ¡Fabuladores, abstenerse!
Muy amablemente, los funcionarios que atendieron a CORREO DE BUENOS AIRES vía telefónica se han remitido a una ley de la Legislatura que autoriza al Ejecutivo a la cancelación de deudas con los proveedores a diciembre de 2007 a través de la emisión de un bono, por lo que sostienen que en un futuro esa deuda será saldada. La cosa tiene su miga por varios motivos: el bono aún no ha sido emitido; la fecha de aparición es incierta, y con seguridad su aplicación es claramente anticonstitucional en cuanto al ser retroactiva, trastoca las reglas de juego vigentes desde la aparición de los pliegos de licitación porque los precios son muy distintos si el pago se efectúa al contado o en bonos.
Si la actitud del Gobierno porteño no es dolosa, en mucho se le parece. Tal sería así que como contrapartida, un ministro y un contador han sido querellados penalmente por un proveedor al que se le niega el pago desde el mes de abril. En “Otro sí digo” se encontraría la formación de una "Cámara de Pequeños y Medianos Constructores en Obra Pública de la República Argentina", en la que se han agrupado todos los proveedores de ese sector que han sido damnificados por la medida del Ejecutivo y Legislativo municipal.
Quedan muchas dudas por aclarar en este episodio que trasciende en mucho la falta de pago a los proveedores de la construcción por trabajos realizados en el 2007. Hay, además, claras señales de subejecución presupuestaria del año en curso. Nos preguntamos, por si acaso, si algunas empresas del ramo no habrían cobrado lo que a otras se les niega.
SALINAS BOHIL
CORREO DE BS AS
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