LUJURIA ESTATAL
Durante cinco años, nuestro gobierno concretó la mayor orgía del gasto público, dilapidando la riqueza producida con el trabajo por nuestra sociedad. Para él todo era producto de su eficiente gestión y el resto del mundo no incidía en el éxito, pero cuando la “burbuja” entró en crisis, es la responsable de que se hayan quedado sin recursos. Muchos adictos a las drogas, cuando agotan su dinero, para comprarlas recurren al robo, que es exactamente lo que viene haciendo el gobierno, diplomándose con un sobresaliente como timador, al echar mano a los fondos previsionales de las AFJP, que son los ahorros de los trabajadores aportantes. Igual que en el 2001, reiteradamente y acertadamente cuestionado por la pareja gobernante. Gran parte de la sociedad percibía que esto se repetiría. La cruel realidad pone en evidencia no solo la falta de capacidad para gobernar, sino también la carencia de moral. Las cacerolas nos llaman.
Emilio Zuccalá
miércoles, 22 de octubre de 2008
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