miércoles, 21 de enero de 2009

A KONTRAMANO

'Argentina: Un país a contramano del mundo'A continuación, un UR comparte su opinión acerca del viaje de Cristina de Kirchner a Cuba, justo cuando Obama asumía la presidencia de Estados Unidos.
Los argentinos hemos perdido ya hace tiempo la capacidad de sorprendernos. Hay hechos casi a diario, a lo largo de más de cinco años del reinado de los Kirchner.

Lo que afortunadamente aún no hemos perdido es el decoro, la vergüenza y el sentido de la humillación, pese a los permanentes graves errores, burdos y groseros dislates y absurdos papelones internacionales de la pareja reinante.

La Argentina no se merece esto. No merecemos tener que avergonzarnos y pagar permanente por la equivocada acción de nuestros gobernantes.

Las ya conocidas características negativas de las condiciones personales y la absoluta falta de criterio de los Kirchner, hacen que se coloquen en la posición de ser los dueños de la verdad. Pero de su verdad, y esta es absolutamente diferente a la realidad. Su autismo no les permite ver más allá de su propio criterio. Que por otra parte, lamentablemente, está casi ausente.

Pero no solo de ellos, sino también del elenco de ministros y colaboradores del gobierno. Pareciera que el común denominador es la ignorancia, la ineptitud y la falta de capacidad profesional para el desempeño en sus cargos.

Y en aquellos pocas excepciones a lo manifestado, la obsecuencia y la exagerada sumisión al deseo de la pareja imperial, les impide disentir o manifestar sus propias opiniones.

Este corto introito viene a raíz del viaje de la reina Cristina al país que ya lleva cincuenta años de una sangrienta y dura tiranía. Una Cuba que se detuvo en el tiempo, en la mitad del siglo pasado, desvastada y empobrecida. La isla de Fidel Castro.

¿Qué está haciendo la presidente Kirchner en Cuba? ¿Qué puede estar haciendo la Reina en el país que ha vulnerado durante más de medio siglo los “Derechos Humanos”? ¿O estará acaso reclamando la devolución de los miles de millones de dólares que ese país adeuda a la Argentina?

Hoy es un día trascendental para la historia del mundo occidental y seguramente también para el resto de las naciones. Mientras todos miran expectantes hacia Washington, Cristina con llamativos anteojos oscuros [Llamó la atención que la presidenta utilizara anteojos oscuros en la noche. Según un artículo aparecido en internet, Cristina los utilizaría para ocultar los síntomas maníaco-depresivos (como se llamaban antes) o depresión bipolar (como se dice ahora), ya que siempre los usan debido a que su enfermedad se refleja en la mirada (extraviada o "sin vida") de quien la sufre] está paseando en La Habana.

Descarto que sea un nuevo viaje de compras, ya lo que le gusta a nuestra presidente no se consigue ni remotamente en Cuba. Tengo entendido que no hay allí “shoppings.” Tampoco sabemos que fueron a hacer a ese país casi un centenar de empresarios. ¿Será la cobertura ante los ojos de los argentinos, un nuevo engaño más, para justificar el viaje?

Mientras en el mundo occidental se despierta con vientos de cambio, de una nueva esperanza de una vida mejor, con la asunción de Barack Obama al poder de la principal potencia del mundo, Cristina viaja a Cuba y luego, como broche a la torpeza gubernamental, a la Venezuela del polémico y pintoresco tirano.

Nuestra Cancillería ¿no pudo aconsejar a la Presidente viajar en otra fecha? Obama, entre otros aspectos, en su discurso inicial expresó que “...nos reunimos porque elegimos la esperanza en lugar del miedo, la unidad en lugar del conflicto y la discordia...”, (¿habrá tomado nota Cristina de este párrafo?), la presidente, a unos pocos cientos de kilómetros, criticaba duramente a los EE.UU. por su política hacia Cuba.

¡Qué contrasentido! ¡Qué postura absurda! Es evidente que hay un enorme desfasaje con la racionalidad que deben tener las acciones y decisiones de un gobierno.

No caben dudas que bajo el lamentable reinado de los Kirchner, la Argentina no sólo va a contramano del mundo, sino también fuera de los límites de toda lógica elemental.

Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL

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