lunes, 19 de enero de 2009

NO SOLO UNA AUTOPISTA

GENERAL PABLO RICCHIERI

El General Pablo Riccheri nació el 8 de agosto de 1859 en San Lorenzo, muy cerca del famoso convento que fuera escenario de la batalla del mismo nombre. Ya en 1873 era teniente segundo de artillería en el regimiento 1 en Palermo. Eran épocas difíciles para el país. Enfrentamientos civiles que terminaban siendo militares. Mitre se sublevaba en 1874 contra el gobierno constitucional de Avellaneda y Riccheri no lo dudó: su lugar estaba del lado de la Constitución. Comenzaba una conducta que mantendría hasta su muerte. "Allí comenzó a forjarse en mi mente y en mis sentimientos el culto y el respeto por la Constitución Nacional y por las instituciones democráticas", dirá años más tarde.

Sus viajes por Europa entre 1883 y 1890 abonaron sus convicciones de la necesidad de modernizar el ejército argentino, de hacerlo más eficiente y alejarlo de las luchas políticas para orientarlo hacia sus funciones de defensa nacional. Nuevos viajes y misiones aumentan su prestigio y sus conocimientos hasta que inaugurando el siglo, el 13 de julio de 1900, el presidente de la Nación General, Julio A. Roca, le ofrece el cargo de ministro de Guerra, que asume con gran entusiasmo en septiembre de ese año.

Desde su nuevo cargo llevará adelante transformaciones profundas, entre ellas, la más recordada y trascendente será la Ley del Servicio Militar Obligatorio, que será aprobada por el Parlamento, tras seis meses de durísimos debates, el 11 de diciembre de 1901.

La "Ley Riccheri" permitió una profunda reorganización del ejército. Se adquirieron los campos de instrucción como Campo de Mayo; Campo Gral. Belgrano, en Salta; Campo Gral. Paz, en Córdoba; Campo Los Andes, en Mendoza, y Paracao, en Entre Ríos. Se modernizó el armamento y se definió claramente la función de la fuerza: "Este país no tiene el propósito de hacer la guerra a nadie para conquistar territorios o gloria militar, de todo lo cual tiene suficiente. Es evidente que el día que fuera amenazado, sabría defenderse empleando, cada vez que las circunstancias se lo permitieran, la guerra ofensiva contra el adversario". Y su profesionalismo se evidencia en frases como ésta: "Si las instituciones armadas de un pueblo se mezclan en las contiendas políticas, perdiendo su respetable y noble misión de ser los guardianes tutelares y el respeto a las leyes, siempre bajo la autoridad que marca la Constitución, ¿a quién incumbirá entonces el mantenimiento del orden y el respeto a la ley?”

La Ley tendrá, además, profundas y perdurables consecuencias sociales. La fundación de escuelas primarias en los cuarteles fue un arma poderosa en la lucha contra el todavía mayoritario analfabetismo de nuestra población.

Años más tarde, recordará el general Perón que la incorporación de ciudadanos de todos los rincones del país permitió a los oficiales un mejor conocimiento de los problemas nacionales que se evidenciaban, por ejemplo, en los exámenes médicos de admisión. La cantidad de desnutridos y de afectados por enfermedades provocadas por la miseria era alarmante en el "granero del mundo". Estaba apareciendo el país real y muchos oficiales comenzaban a cuestionarse sobre las causas y consecuencias de estos males.

El servicio militar obligatorio ayudó a difundir la idea de ciudadano y de igualdad ante la ley que obliga pero también da derechos. Determinó la elaboración de padrones oficiales que comenzaban a alejarse de los padrones amañados por los registros civiles y las parroquias manejadas por los caudillos de turno. En este sentido fue un paso importante en la lucha por comicios limpios iniciada en la famosa revolución del ’90 que culminará con la sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912.

Riccheri fue quizá uno de los pocos, sino el único general "plebiscitado" de nuestra historia. Según se cuenta, el 15 de mayo de 1904, con motivo del primer gran desfile que se efectuó a continuación del juramento a la bandera, el público allí presente tributó una larga ovación al presidente Roca y al coronel Riccheri coreando su nombre como "viva el general Riccheri". El General Roca, en el lunch que se celebró inmediatamente, saludó al ministro de Guerra con el grado de general. El 19 de mayo, el Senado de la Nación ratificó el "voto" popular, dando el acuerdo constitucional para el grado de General de Brigada.

La mayoría de la gente sólo recuerda al General Riccheri por la autopista que une a la capital con Ezeiza. Suena injusto y lo es, pero en cierta forma hay algo de justicia, porque Riccheri abrió la gran vía de comunicación del ejército con su pueblo.

"Lo único necesario para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada"

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