martes, 27 de abril de 2010

ABAL MEDINA


CORRUPCIÓN EN LA UBA

La conexión Abal Medina de la mafia de Ciencias Económicas


Por Alexis Di Capo

La red de negocios orquestados desde el decanato de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA se extendería también al plano internacional. El decano, Alberto Barbieri, habría conocido al célebre ex Secretario General del Justicialismo, Juan Manuel Abal Medina, en México y de esa relación habría surgido un lobby para manejar fondos del Banco Mundial con destino a la salud. De esta operatoria habrían quedado jugosas comisiones altamente rentables para la sociedad entre ambos.

Ahora, una de las estrellas junior del kirchnerismo, Juan Manuel Abal Medina hijo, Subsecretario de la Función Pública, se habría incorporado a los negocios familiares con Barbieri. Su aporte habría sido derivar a Ciencias Económicas partidas por $2.200.000 destinadas a cursos de capacitación en el Sector Público.

Rentable capacitación

El profesor Mario Krieger sería el encargado de certificar los cursos de capacitación del sector público a cambio de quedarse con un porcentaje de los fondos. Claro que también habría honores académicos de por medio. Krieger habría sido nombrado Director de un Centro de Investigación en la Facultad, cargo por el cual cobra $4.000 mensuales más otro tanto por dirigir el curso para agentes públicos. Lo notable es que Krieger no está habilitado para dirigir un Centro de Investigación, las normas lo prohíben porque no está categorizado como investigador. Esta situación provocó enorme descontento entre los investigadores reales. Además, es vastamente conocido por su poca propensión al trabajo, aunque él se defiende diciendo que es un intelectual.

Este canje de cargos académicos a cambio de la certificación de la fuga de fondos funciona sin ninguna supervisión. Nadie controla quién da las clases ni cuánto cobra. Y -según las denuncias- Giusti y Barbieri completarían la certificación con monotributistas truchos para sacar la plata.

Más operadores de la red

Otro beneficiado por este proyecto es el inefable Catalino Núñez, que cobraría también como docente aquí y además colocaría a sus amigos. El problema es que nunca trabajó en la Administración Pública. Pero igual capacita a terceros, porque él no tendría límites para facturar.

Así Núñez suma otra fuente de ingresos: posgrado, secretaría de graduados, cursos para graduados, cursos truchos para extranjeros y además cursos para la Función Pública. A su vez también entra en juego el profesor Omar Quiroga, director del Centro de Capacitación Ejecutiva y cajero del anterior Decano de la Facultad, profesor Carlos Degrossi. A éste Barbieri lo traicionó, porque formaba parte de su lista para la reelección en el año 2006 y luego se pasó de bando para darse los votos a sí mismo y ser el Decano, dejándolo a Degrossi fuera del juego. Quiroga sería un partícipe necesario, porque tiene que aprobar el programa y las certificaciones de honorarios.

Quiroga manejaba con Degrossi y Barbieri los convenios con el Estado desde 2002 hasta 2006 y conoce bien el oficio. Como se trata de apenas un profesor ajunto interino, Barbieri lo premió designándolo Director del Posgrado para Pymes y además lo puso como Titular del Seminario de Gestión de las Pymes. Por ambos cargos cobra $5.000 mensuales más sus honorarios como Director del Centro de Capacitación Ejecutiva. Percibiría así en total $10.000 al mes. Para no tener curriculum académico, ha progresado mucho, es un verdadero ejemplo. Sin embargo, aunque parece ser lo de menos, no se le conoce experiencia laboral y menos con pymes. Siempre vivió de la política. Pertenece a un selecto club de negocios, donde sobresalen Hallú, Barbieri, Giusti, Yacobity, Catalino Núñez y Krieger.

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