martes, 27 de abril de 2010

EVIDENCIAS


(*) “Evidencias” Es una publicación mensual entregada en propias manos y vía e- mail diariamente cada vez que la realidad se imponga con urgencia. Pretende facilitar elementos de juicio para que cada lector saque sus consecuencias. Difundirá datos, y cifras e informes en forma exclusiva que serán distribuidas entre sus suscriptores.

EDITOR: Luis Pico Estrada
El gobierno trepa muy lentamente en los números. El agrio frente promovido desde Olivos echa sal en las heridas, no las cicatriza. El mal humor de los centros urbanos es consistente. La lucha contra los medios da por resultado una exacerbación bélica entre las partes que ofende al lector o espectador de medios. El resultado –cuanto menos- daña las expectativas del hombre de a pie sobre oficialistas y opositores. Hay anomia. Hay vacío. Hay frustración en la calle. Y hay denuncias sobre corrupción –ya instalada- y fatiga sobre el ir y venir de los políticos en su afán de diferenciarse. Síntesis: muchos productos en oferta y poca demanda. La política sube al cadalso. Otra vez.
Alguien reflexiona sobre el día después? Alguien analiza como abrir y administrar los vientos que disparará la Caja de Pandora? Si, los hay. Les llegará el tiempo para el diseño de una Argentina posible, en un horizonte donde la Argentina tiene mucho por ganar.

Jorge Lapeña ha consagrado su vida al estudio de la cuestión energética. Aquí van algunas de sus ideas básicas:

· Hay un déficit económico: los consumidores nos hemos acostumbrado en estos 10 años a no pagar por la energía lo que cuesta producirla: el gobierno que cometió el error garrafal de crear esta situación cada vez es más confuso: ahora nos notifica con carteles en nuestras facturas con un letrero cruzado en letras rojas que dice. “Consumo con Subsidio del Estado Nacional“; que es como decirnos: todos estamos en falta.

· El atraso de los precios es fenomenal y su corrección exigirá sacrificios y explicaciones. El problema derivado de esa situación anómala es simple: no hay inversión privada; no hay crédito para nuevos proyectos; y a causa de ello para evitar males mayores se ha convertido a nuestro sector energético en un sumidero gigantesco donde se consumen fondos públicos.

· Hay también un déficit productivo: cada vez producimos menos gas natural y menos petróleo, cada vez importamos más. Es preocupante: nuestra demanda energética aumenta y entonces la brecha de la dependencia se agranda.

Sintéticamente los mayores desafíos estructurales que enfrenta nuestro sector energético en la próxima década son los siguientes:
1. Los consumidores debemos pagar lo justo por la energía.
2. Las empresas deben invertir y producir en forma creciente para satisfacer una demanda siempre creciente.
3. El gobierno debe garantizar y asegurar ese proceso con políticas energéticas adecuadas y con planes de largo plazo factibles.

· La lista podría terminar allí, pero nuestra integración al mundo nos exige algo más. Es cierto que debemos ampliar la oferta, pero el mundo espera de nosotros que esa oferta también sea eficiente para participar en forma global y solidaria con un mundo que intenta contener el calentamiento global. Esto nos lleva a postular que es necesario cambiar en la década que comienza la matriz energética argentina, de a poco pero a paso firme y seguro, y digámoslo en forma directa: cambiar la matriz es más caro (requiere mayores inversiones) que dejar la matriz como está.

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