miércoles, 28 de abril de 2010

SIN TAPUJOS


Nadie duda que los políticos son capaces de cualquier cosa, ahora impulsan una ley contranatura sin medir las consecuencias posteriores como la relata debajo una víctima a la que sus derechos humanos nunca valieron nada.



La noticia dice que la Honorable Cámara de Diputados debatirá la reforma de la ley del cheque y el matrimonio gay y resolverá en el recinto el destino que tendrá la media sanción del Senado para la ley del matrimonio gay.



La propuesta, cuya discusión se inició el año pasado pero no pudo llegar al recinto, cuenta con el respaldo de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (FALGBT) y de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).



La sesión fue convocada para las 11 y los cálculos indican que será un debate largo.



"El objetivo es reemplazar el requisito del consentimiento prestado por hombre y mujer para contraer matrimonio, por el consentimiento de los contrayentes, sin aludir al sexo de los mismos", explicó Vilma Ibarra, lo que permite que las parejas homosexuales "puedan acceder a la protección que otorgan las leyes argentinas".



El texto que llega al recinto unifica dos proyectos, uno de la ex diputada socialista Silvia Augsburger y otro de Vilma Ibarra (Nuevo Encuentro Popular y Sociales).



Sobre esta iniciativa, el dictamen emitido por las comisiones de Familia y Legislación General modifica el Código Civil y reemplazará las palabras "hombre y mujer" por "contrayentes" y "cónyuges".



Fuente: Agencias: DyN y Télam





Niña criada en un hogar gay publica una web para ayudar a las víctimas de este drama humano





“Explica cómo en su infancia estuvo expuesta a intercambios de parejas gays, playas nudistas y la falta de afirmación en su feminidad.



Dawn Stefanowicz es una mujer de algo más de 40 años que vive en Ontario, Canadá, con su marido de toda la vida (más de 20 años de matrimonio) y sus dos hijos, a los que ha educado en casa.



Sin embargo, su infancia fue muy desordenada: su padre era homosexual y la expuso a todo un ritmo de 'vida gay' que ella lamenta.



En su web www.dawnstefanowicz.com cuenta su testimonio, cómo le hirió el estilo de vida en el que creció, y ofrece ayuda, consejo e información para otras personas que han crecido heridas en un entorno de 'familia' gay, un estilo de 'familia' que ella no desea para nadie y que cree que las leyes españolas y canadienses no deberían apoyar.



"Me llamo Dawn Stefanowicz, crecí en un hogar homosexual en los años 60 y 70 en Toronto, expuesta a muchas personas distintas de la subcultura GLBT (gay, lesbiana, bisexual, transexual) y a prácticas sexuales explícitas.



Estuve expuesta a un alto riesgo de enfermedades de transmisión sexual debido al abuso sexual, a los comportamientos de alto riesgo de mi padre y a numerosas parejas.



Incluso cuando mi padre estaba en lo que parecían relaciones monógamas, continuaba haciendo 'cruising' buscando sexo anónimo.



Llegué a preocuparme profundamente, a amar y entender con compasión a mi padre.



Compartía conmigo lo que lamentaba de la vida. Desgraciadamente, siendo niño unos adultos abusaron sexual y físicamente de él.



Debido a esto, vivió con depresión, problemas de control, estallidos de rabia, tendencias suicidas y compulsión sexual.



Intentaba satisfacer su necesidad por el afecto de su padre, por su afirmación y atención, con relaciones promiscuas y transitorias.



Las (ex)parejas de mi padre, con los que traté y llegué a apreciar con sentimientos profundos, vieron sus vidas drásticamente acortadas por el Sida y el suicidio.



Tristemente, mi padre murió de Sida en 1991.



Las muchas experiencias personales, profesionales y sociales con mi padre no me enseñaron el respeto por la moralidad, la autoridad, el matrimonio o el amor paterno.



Me sentía temerosamente acallada porque mi padre no me permitía hablar de él, sus compañeros de casa, su estilo de vida y sus encuentros en esa subcultura.



Mientras viví en casa, tuve que vivir según sus reglas.

Sí, amaba a mi padre. Pero me sentía abandonada y despreciada porque mi padre me dejaba a menudo para estar varios días con sus compañeros.



Sus parejas realmente no se interesaban por mí. Fui dañada por el maltrato doméstico homosexual, las tentativas sexuales con menores y la pérdida de parejas sexuales como si las personas fueran sólo cosas para usar.



Busqué consuelo, busqué el amor de mi padre en diversos novios a partir de los 12 años.



Desde mi corta edad, se me expuso a charlas sexualmente explícitas, estilos de vida hedonistas, subculturas GLBT y lugares de vacaciones gay.



El sexo me parecía gratuito cuando era niña.



Se me expuso a manifestaciones de sexualidad de todo tipo incluyendo sexo en casas de baño, travestismo, sodomía, pornografía, nudismo gay, lesbianismo, bisexualidad, voyeurismo y exhibicionismo.



Se aludía al sadomasoquismo y se mostraban algunos aspectos. Las drogas y el alcohol a menudo contribuían a bajar las inhibiciones en las relaciones de mi padre.



Mi padre apreciaba el vestir unisex, los aspectos de género-neutro, y el intercambio de ropas cuando yo tenía 8 años.



Yo no veía el valor de las diferencias biológicamente complementarias entre hombre y mujer.



Ni pensaba acerca del matrimonio. Hice votos de no tener nunca hijos, porque no crecí en un ambiente de hogar seguro, sacrificial, centrado en los niños.



Más de dos décadas de exposición directa a estas experiencias estresantes me causaron inseguridad, depresión, pensamientos suicidas, miedo, ansiedad, baja autoestima, insomnio y confusión sexual.



Mi conciencia y mi inocencia fueron seriamente dañados.



Fui testigo de que todos los otros miembros de la familia también sufrían.



Hasta que no llegué a los 20 y 30 años, hasta después de hacer las elecciones importantes de vida, no empecé a darme cuenta de cómo me había afectado crecer en este ambiente.



Mi sanación implicó mirar de frente la realidad, aceptar las consecuencias a largo plazo y ofrecer perdón.



¿Podéis imaginar ser forzados a aceptar relaciones inestables y prácticas sexuales diversas desde corta edad y cómo afectó a mi desarrollo?



Mi identidad de género, bienestar psicológico, relaciones con iguales quedaron afectadas.



Desgraciadamente, hasta que mi padre, sus parejas sexuales y mi madre murieron, no pude hablar públicamente de mis experiencias.



Al final, los niños serán las víctimas reales y los perdedores del matrimonio legal del mismo sexo.



¿Qué esperanza puedo ofrecer a niños inocentes sin voz? Gobiernos y jueces deben defender el matrimonio entre hombre y mujer y excluir todos los otros, por el bien de nuestros niños.



La web de Dawn Stefanowicz declara los siguientes objetivos:



1. Servir como recurso a estas personas: -los que vienen de hogares homosexuales, bisexuales, transexuales -amigos y parientes preocupados -organizaciones familiares, médicas y de investigación -legisladores, políticos y educadores.



2. Ofrecer asistencia



3. Construir redes de apoyo



4. Compartir testimonios entre los afectados



'Si eres un adulto que creció en un hogar homosexual, bisexual, transexual, espero que veas que eres valorado por quién eres; entendemos que a veces sentirás que no puedes hablar libremente de lo que de verdad sientes; estamos aquí para ofrecerte un lugar seguro', declara Dawn a los visitantes de la web”.





http://saleconfritas.blogdiario.com/1272472278/

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