lunes, 26 de abril de 2010

RELÁJATE Y GOZA


Argentina: si no puedes evitar la violación, relájate y goza

Por Juan Salinas Bohil

Lo de la pastera finlandesa pasó a mejor vida periodística: casi de manera inmediata una vez conocido el fallo de la Corte de La Haya. Fue tan rápido todo que a lo mejor el incidente con Uruguay nunca sucedió y se dio en el campo virtual para desaparecer del ciberespacio a la velocidad de la luz. Argentina es coherente en litigios internacionales: se caracteriza por perder siempre. "Perdimos, perdimos otra vez", dicen Les Luthiers. Aunque tengamos razón: ¡Pregúntele a los ingleses!

Aquí se pagan intereses usurarios por préstamos internacionales, a los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad se pretende juzgarlos en el exterior o existen empresas que ni por asomo se atreverían a prestar en sus países de origen los deficientes servicios que suministran aquí. Por supuesto que todo eso no podría darse sin una dirigencia que está mejor predispuesta para con el extraño que con el propio. Piénsese por ejemplo la atención médica de alta complejidad gratuita que reciben los extranjeros en los hospitales de esta ciudad que se les niega por horario de atención a los habitantes del distrito, a los provinciales o a los jubilados que deben atenderse en el terrorífico PAMI. Claro que estamos hablando de quererse un poco más entre argentinos y no de bajarse los pantalones o subirse las polleras con rapidez ante cualquier tañido de campanas que suene placenteramente.

Para que ello ocurra se conjugan dos elementos de la dirigencia argentina que por un lado son lo que podría llamarse en términos de los cincuenta "vendepatrias", habituales mercenarios que sojuzgan a connacionales a través de medidas de gobierno, enriqueciéndose y endeudando al país mucho más allá de su capacidad de repago mientras aceptan sin chistar cualquier imposición extranjera, al mismo tiempo que en cualquier acto público pago (¿cuál no lo es?) hacen buches antisépticos con palabras que incitan al patrioterismo más despreciable. Por el otro, una porción de la clase "comunicadora" embustera al servicio de la primera y de idénticos intereses, pule con esmero todos sus petates para engatuzar con un dejo de superioridad intelectual y de conocimiento de mundo a la gran masa de la tilinguería argentina que tiene bien ganado su carné habilitante de pelotudo todoterreno. Tarea poco edificante y de difícil concreción sería determinar cuál de los dos grupos es el más peligroso.

A cuatro años de aquel 5 de mayo de 2006, en el que Néstor Kirchner discurseó ante una multitud en el Corsódromo de Gualeguaychú (el lugar: ¿todo un símbolo?) acompañado de la mayoría de los gobernadores, la gran cuestión de Estado, la causa nacional, parece haber quedado con rapidez en el olvido. Ahí dij "No están ni la provincia de Entre Ríos ni la ciudad de Gualeguaychú solas en esta lucha por el derecho, está la República Argentina y el pueblo argentino todo comprometido para solucionar esta controversia" y en otra parte de su alocución expresó, "Desde el corazón les digo que sé cómo se han sentido y cómo se sienten. Mi provincia, cuando discutió el problema limítrofe por los hielos continentales, sintió muchas veces la soledad, y hubiera valorado mucho un acto como éste que muestra a todo un país acompañando al pueblo de Gualeguaychú".

Ese compromiso y la soledad parecen haberse congelado porque tanto la Presidente desde Venezuela como la consejera legal de la Cancillería, Susana Ruiz Cerutti, y todo el arco oficialista se muestran exultantes por el resultado del fallo. Esta última manifestó que la Corte Internacional de Justicia de La Haya dictaminó que "Uruguay cometió tres violaciones" al estatuto del río Uruguay por la instalación de la pastera Botnia. Según la diplomática, a partir del fallo "Uruguay no podrá de ahora en adelante realizar ningún emprendimiento como el de Botnia o el de Ence sin someterse al Estatuto; ésa es la conclusión más importante del fallo porque nuevos proyectos unilaterales e inconsultos no va a haber". Y agregó la representante de la violada (la señora Argentina): "La primera impresión es que estamos satisfechos, de los 14 jueces, trece se pronunciaron a favor de la Argentina (su defendida)". Satisfechas, dijo, hablando por la víctima, no por una sino por tres violaciones cometidas por el mismo sujeto. Por suerte, 13 de los 14 jueces fallaron a favor de Argentina porque qué hubiesen hecho 40 millones de argentinos si votaban en contra. A la violada, que está en tratamiento psiquiátrico desde hace décadas, los jueces internacionales le han negado evidente justicia. Pero de ahora en más -y no de ahora en antes- Uruguay o la misma Argentina no podrán violar sin el consentimiento de la otra. Y. algo es algo. Todo sea por la unidad de los pueblos latinoamericanos en su lucha contra el Imperio, el MERCOSUR y el sillón de la secretaría general del UNASUR.

Sin embargo los hechos no resultan extraños para esta publicación que hace tiempo se preguntó cómo fue posible que los servicios de inteligencia argentinos no sospecharan que algo se cocinaba a todo vapor en la orilla oriental del Río de la Plata cuando por el año 1996 en Fray Bentos se comenzaba a plantar pinos, y en los principales diarios de la ciudad de Buenos Aires se explicaba con publicidades a página entera los beneficios de invertir en forestación en Uruguay. Silencio ahora y antes. Que los principales proveedores de insumos de Botnia sean empresas argentinas, que Celulosa le compre pasta y que el Responsable del Control del Precio de la Resma A4 y los cuadernos Gloria de 20 páginas también quiera hacerlo, señalan un camino sin retorno. Debería ser obligatorio para todos los alumnos de las salitas de tres años saber la causa por la cuál las pasteras no encallaron en Entre Ríos. Mientras tanto, hemos de preguntarnos si con el tiempo, Botnia recibirá madera proveniente de Entre Ríos. Pero eso es pura futurología.

Hemos dejado deliberadamente para el final de este escrito el papel cumplido por los "comunicadores" que en fina, mediana y gruesa sintonía con el Gobierno, están pidiendo a los gritos que los pobladores de Gualeguaychú levanten el corte del puente General San Martín que une la localidad uruguaya de Fray Bentos con su vecina argentina Gualeguaychú. ¡Y pensar que hace cinco años que CORREO DE BUENOS AIRES insiste en el tema! Es evidente que ha llegado el momento de callar sobre las bondades de los políticos uruguayos, su respeto a las instituciones y demás boberías con que la tilinguería argentina engaña y se engaña con su pátina de ignorancia o mala fe a cuestas porque todo lo que viende afuera es mejor, provenga de Europa o Cuba. Cree y hace creer que Punta del Este tiene algo que ver con Uruguay, de la misma manera que entiende estar en Estados Unidos cuando baja del avión en el Aeropuerto de Miami. Pero nada dicen del violador que anda suelto a la espera de otra oportunidad, porque seguramente irá por más. En este caso la castración química suele no dar resultado.

Pero como aquí no somos para nada Derechos y mucho menos Humanos es que nos preguntamos qué sucedería si Aerolíneas Argentinas comenzara a volar todos los días a Punta del Este sin pedir autorización de Uruguay; que cada uruguayo que entre en Argentina fuese desnudado en la Aduana para una revisada completa o se les prohíba atenderse en los hospitales de esta ciudad. ¿Sería eso una violación a tratados binacionales e internacionales y al don de gentes? Por supuesto que sí. Pero qué importa si después de unos años la Corte Internacional fallaría que de ahí en más deberíamos entrar en consultas con Uruguay y el país no tendría pena de ninguna índole. ¿Acaso no es eso lo que sucedió hace unos días? Nos repetimos: hay que quererse un poco más y respetarse para ser respetados. Finalmente se comprobó que los argentinos "No somos gente fina, tampoco lo peor". Hay otros.

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