lunes, 26 de abril de 2010
SUELTAN AL ESTANCIERO
TODO VALE PARA MANTENER LA DISCIPLINA PARTIDARIA
Kirchner amenaza a gobernadores e intendentes con “moyanización” del PJ
Por Carlos Tórtora
Hugo Moyano tiene su propio sueño setentista: volver a la fórmula utilizada por el justicialismo en el 73, con un tercio de las candidaturas a diputados nacionales designados por la CGT y sindicalistas como candidatos a vicegobernadores. Néstor Kirchner deja que el camionero se entusiasme y hasta lo incentiva, porque mañana, por primera vez en su historia, el Consejo Nacional del PJ se reunirá en el Salón Felipe Vallese de la CGT. El proyecto neolaborista se concentra ahora en la Provincia de Buenos Aires. La grave situación de salud por la que atraviesa Alberto Balestrini hace que a Moyano, como vicepresidente del PJ local, le toque ejercer la presidencia. La línea de resistencia al avance sindical la sostienen los intendentes K del conurbano, con Hugo Curto (3 de febrero), Julio Pereira (Florencio Varela) y el “Barba” Gutiérrez a la cabeza. Los dueños del aparato político saben que Moyano está dispuesto a abrirse camino -no sólo buscando bancas en el Congreso Nacional- sino para quedarse con una parte de las listas a concejales, diputados y senadores provinciales. Y están dispuestos a impedirlo.
Kirchner encontró en esta tensión un juego apto para mantener el control de la situación. Por un lado, amenaza a los intendentes con darle aire a Moyano, como una forma de advertencia para que dejen de coquetear con Eduardo Duhalde y Francisco De Narváez. También la jugada sirve para ponerle límites a Daniel Scioli, que trabaja con dos objetivos alternativos: la gobernación o la presidencia. Pero también condiciona las pretensiones de Moyano a través del aparato partidario. Por ejemplo, podría impulsar que la conducción del PJ bonaerense quede en manos de una “mesa de conducción” que le reste poder al camionero.
El juego grande
El escenario bonaerense, aunque complicado, no es el que más inquieta a Kirchner. Lo ocurrido en el Senado en las últimas dos semanas pone en evidencia que algunos senadores disidentes, como Adriana Bortolozzi y Luis Viana, no estarían tan alejados como aparentan de sus gobernadores. La lealtad de Gildo Insfrán y hasta del ultra-k Maurice Kloss está bajo la lupa de Olivos. La sospecha es que éstos, además del salteño Juan Manuel Urtubey y de otro kirchnerista de la primera hora, el entrerriano Jorge Uribarri, apuntan a despegar la fecha de los comicios provinciales de los nacionales, dejando a la Casa Rosada sin el soporte de la movilización del aparato político local. El desdoblamiento de fechas puede convertirse en una verdadera sangría electoral para el kirchnerismo. El ahora opositor Mario Das Neves está a punto de firmar un decreto adelantando la elección provincial de Chubut para el próximo 20 de marzo. Y este ejemplo puede cundir. Contra el virus de la deserción de los gobernadores a través del adelantamiento hay pocos remedios. El más drástico -no hay que descartarlo- es un sorpresivo adelanto de la fecha de elecciones nacionales que les deje a los caudillos provinciales poco margen para despegarse.
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