martes, 26 de agosto de 2008

BAILAR O VOLAR

¿BAILAR O TAL VEZ "VOLAR..."?

Por Carlos J. González Cabral (*)

Las noticias y los comentarios que hacen pensar con pesimismo en el futuro de la Argentina son, entre otros, que el campo vuelve a estar en estado de alerta y puede volver a un nuevo plan de lucha. Que la Sra. Presidenta insistió en su alianza con los radicales pero sin Julio César Cobo. Que Scioli está marcando el récord mundial de Km. recorridos en medio de protestas. Que Eduardo Duhalde dice que no va a “internas” pero muestra un ¿Movimiento Productivo?. Que existirían hechos de corrupción por aportes a la campaña de la presidenta Cristina ligados con el apellido Forza. Que cada vez se crean menos puestos de trabajo y los narcos mexicanos son noticias de todos los días.

TERRIBLE REALIDAD:

Algo tremendamente importante que sacude a la población a diario. Según expresó Angélica Gorodischer (Perfil 23/08/2008): “Si vamos a Buenos Aires en auto o en colectivo, alguien puede destrozarnos el vidrio de una pedrada; si sacamos fotos del monumento a la bandera, alguien puede pasar en una moto y arrebatarte la cámara; si llevamos la cartera colgada del hombro, alguien que viene en una moto a contramano puede quitártela; si salimos a comer podemos encontrar a la vuelta la casa saqueada; si nos vamos del centro hacia barrios lejanos alguien puede estrangularte, violarte, apuñalarte; si le abrimos al hombre del gas o de la luz alguien que no es el hombre del gas o de la luz puede torturarte hasta que le digas en donde guardás la plata…”.

INEVITABLE

Me veo obligado a repetir opiniones y análisis que vengo publicando desde el 2002 hasta la fecha. Todo tiene actualidad pero además se ha ido empeorando. Infinidad de veces me he referido a que la actividad política partidaria sigue estancada en los métodos tradicionales y que hoy, más que nunca, se apela al asistencialismo a la miseria para sumar “tropa para el partido y votos para las urnas”. Los tiempos de elecciones son los tiempos de la limosna. Pasado el comicio todo vuelve al estado normal de “anormalidad”, con las variables de ajuste de los salarios, los aumentos de tarifas de los servicios privatizados, las limitaciones al crédito para los esfuerzos productivos de pequeñas y medianas empresas y el aumento del desempleo y la deuda externa.

NECESARIO

Nada más oportuno que recordar la advertencia del Sínodo Episcopal de 1971 realizado en Roma, cuando dice: “Si la acción política no sobrepasa y supera la nueva organización industrial y tecnológica, favorecerá la concentración de las riquezas, del poder y de la capacidad de tomar decisiones en un pequeño grupo de dirigentes públicos y privado”. También nos decía el Sínodo, refiriéndose a las nuevas formas de concebir la dignidad humana, que no sólo se debe afrontar el “cómo” transformar el país, sino “para qué” transformarlo y especialmente “para quién”. (V. “La Patria busca su futuro” de Mons. Vicente Zazpe-26/05/1997).

La verdad es que la acción política sólo ha favorecido al “nuevo orden mundial” de la esclavitud y la dependencia. Fernando Savater (escritor y filósofo argentino), nos advirtió oportunamente sobre el peligro “que los partidos políticos sean cada vez más camarillas que se autoprotegen en lugar de instituciones que alienten la participación ciudadana”. Está demostrado que la gran mayoría de los partidos actuales no tienen respuestas para el hombre común, para ayudarlo a combatir la concentración referenciada anteriormente, único signo de funcionamiento de lo que han dado en llamar “Primer Mundo”. Esta denominación, muy utilizada por el presidente Menem en sus discursos, se ha convertido hoy en simple promesa y desencanto.

Desde la dictadura militar de 1976 hasta la transición democrática incluida, en la Argentina el único beneficiado ha sido el sistema financiero internacional. Para llegar a esto el país transitó por la estatización de la deuda externa privada, la convertibilidad, el 1 peso 1 dólar, el Plan Brady, el “blindaje” financiero, la privatización indiscriminada de los bienes del Estado, la destrucción de las Fuerzas Armadas y el retorno del ministro Domingo Cavallo con la mochila cargada de poderes extraordinarios otorgados por una dirigencia política caduca y atrapada por los negocios y negociados.

DEFRAUDACION

La República Argentina vive cada vez más en un clima político incoherente y confuso, al extremo que los intereses personales priman por sobre los de la Nación.

Debe reiterarse que jamás en su historia el pueblo argentino se sintió, en general, tan defraudado como en estos momentos por la gran mayoría de sus dirigentes.

El grueso de la clase dirigente y quienes se erigen candidatos actúan, negocian y se traicionan mientras declaman un conglomerado de discursos demagógicos y volátiles, con lo que logran alterar día a día las preferencias que acusan los índices de las encuestas. Por este camino se crea mayor confusión e incertidumbre en el pueblo el que a su vez cree en su gran mayoría que puede ser víctima.

La sociedad argentina está atravesando uno de los momentos más difíciles de su historia como sostén de su Nación, actualmente inmersa en una realidad grave y declinante. Se han debilitado sus reacciones, confundido su entendimiento y agotadas las esperanzas de una vida mejor. Está haciendo un desesperado esfuerzo para interpretar circunstancias muy particulares de su desenvolvimiento en cuanto al orden moral, la insensibilidad ante los que sufren, la falta de amor a la Patria y la imparcialidad de la Justicia. Lamentablemente se trata de integrantes de la misma Nación que cuando celebró su centenario era la quinta potencia mundial.

El hombre argentino está muy angustiado y extremadamente confundido. Se resiste a convencerse que haya tanta declinación e irresponsabilidad en las clases dirigentes. Aún sin ofertas creíbles y consciente que lo hacía en el marco de una democracia meramente formal siguió votando esperanzado, pese a ser testigo que los partidos hegemónicos aceptaron como propia la teoría que en el mundo se ha impuesto un solo modelo económico, social y político, regulado por la economía de mercado

ADVERTENCIA

El pueblo argentino, por sobre sus dirigentes, comenzó a expresar su malestar cortando las rutas del país y las calles de las ciudades. Sigue manifestándose con particular reiteración la imposibilidad de por lo menos sobrevivir en un país que lo ha hecho prisionero del hambre y la inseguridad. Si en cualquier país del mundo un científico dedicado a la química mezclara en un recipiente de laboratorio dosis de pobreza, corrupción generalizada, Justicia lenta y sospechada de parcialidad, desocupación, deterioro educativo, falta de asistencia social, indefensión, inseguridad pública y de una deuda externa imposible de pagar, obtendría como resultado una extremadamente poderosa “bomba social”.

La característica sobresaliente de la misma consistiría en que puede explotar en cualquier momento sin necesidad de espoleta o control remoto. La energía se desprendería de las reacciones en cadena de las protestas y reclamos de una sociedad que no es escuchada ni tenida en cuenta con la sensibilidad de que es merecedor el ser humano. Simplemente explotaría matando e hiriendo a muchos inocentes. Claro que también perecería el químico que se aferra a no desactivarla (Sra.Cristina por mandato de N.K.) para no contradecir al establishment angloamericano del cual recibe órdenes. Se destruiría incluso el laboratorio, en este caso la Nación. Este es el momento que esperan ansiosos los “chatarreros” internacionales y algunos socios vernáculos, para comprar en remate público los escombros. Con toda seguridad que colocarían en el terreno un gran cartel con la inscripción: “Aquí se construirá la Argentina Sociedad Anónima. Sus acciones se cotizarán en bolsa”.

En la Argentina cada minuto del día es significativamente valioso para trabajar por la reconstrucción moral y la solución de los graves problemas económico – sociales que la afectan. En estos momentos la providencia le ha brindado a la Presidenta de la Nación, al Vice y a todo el entorno de funcionarios, legisladores, jueces, empresarios y gramialistas, la histórica posibilidad de extraer, con un análisis objetivo que excluya los intereses corporativos y las ambiciones personales, las verdades del pasado para iluminar así el camino hacia un venturoso porvenir. Hay que aceptar que en esas verdades están involucrados muchos de ellos con errores, traiciones y conveniencias personales. “Bien se ha dicho que la historia no es una parcialidad sino una totalidad y lo que va ocurriendo en un momento dado brinda los elementos de las etapas posteriores”.

La acción política, en estas horas sombrías de la vida del país llena de interrogantes, exige un gran esfuerzo y serenidad para contener las reacciones personalistas y el amor propio, pues el país en su conjunto está hastiado de la incertidumbre que convulsiona la vida diaria. No cumplir tal consigna constituiría un acto de alta traición a la Nación, pues se pondría en riesgo la legalidad institucional y la convivencia fraterna entre todos los argentinos. Es la hora de exterminar los rencores que siguen dividiendo a la sociedad e impiden hallar las coincidencias para liberar a nuestra economía del imperialismo y enfrentar con éxito la batalla por la recuperación de la soberanía y el bienestar del pueblo. Es tiempo de grabar a fuego en la conciencia ciudadana, que , como dijo Jacinto Benavente (1866-1954): “Los políticos son como los trajes: los desecha uno por deslucidos, una temporada en el armario y, cuado va uno a ver, están como nuevos.”

FRACASO DIRIGENCIAL

La gran mayoría de la dirigencia política, gremial y empresaria, volcada al neoliberalismo e infectada de corrupción, incluidos sobornos a parlamentarios, ha sido la causante de la tremenda crisis que afecta a la Nación Argentina. Esta dirigencia, sin renovación generacional en los tiempos adecuados y acorralada por fundamentadas sospechas y denuncias de coimas y negociados, ha demostrado, salvo honrosas excrepciones, que no está dispuesta a renunciar a ninguna banca, cargo ni privilegio. Por otra parte ha actuado sin mostrar capacidad, grandeza ni vocación nacional para transformar la estructura económica del país en beneficio del pueblo y la soberanía. Lo que si tiene es inteligencia e ingenio para delinquir sorteando los estrados de la Justicia, vivir en grandes mansiones y para girar sus dólares al exterior. Reiteradas veces disimularon impotencia para resolver los problemas del país y las angustias del pueblo, para así justificar arrodillarse ante la usura internacional. Es incontrastable que la acción de los dirigentes de todo signo mostró una irresponsabilidad sin límites al soslayar criminalmente las reales angustias de grandes sectores marginados, lo que motivó que se cedieran grandes espacios a las interpretaciones extremistas del drama nacional, realidad que está alcanzando dimensiones alarmantes y cuyas nefastas consecuencias son imposibles de prever.

La sociedad argentina, en casi su totalidad, repudia por distintos medios lo anteriormente expuesto. Ya no cree en nadie ni se siente representada por lo que dicen gobernar. De ahí los carteles y los cánticos que expresaban “Que se vayan todos”. El presente muestra a un gobierno con su estabilidad comprometida y la perspectiva de caos social y político.

Por el momento una sola cosa es segura. Si nuestra Presidenta no baila al compás de la orquesta de NK, terminará “volando”.

(*) Colaboración especial para Crónica y Análisis de Carlos J. González Cabral. Maestro normal nacional. Se desempeñó como secretario de Gobierno y Hacienda (1958-1961) y como concejal (1963-1966) en la Municipalidad de San Nicolás de los Arroyos (Bs.As.) en representación de la UCRI y del MID, respectivamente. Fue electo diputado provincial por el FREJULI (1973-1976). Entre 1989 y 1995 acompañó al ex presidente Frondizi como secretario político y privado.

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