Cielos cerrados
Por Humberto Bonanata
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Tras la votación mayoritaria del oficialismo en la sesión del jueves pasado en la Cámara de Diputados de la Nación y la rekirchnerización de senadores como Reutemann para asegurar su voto afirmativo a principios de septiembre en la Cámara Alta, la Argentina -por ahora de los Kirchner y su banda- ratificó la premisa aldoferrerista de "vivir con lo nuestro" y de espaldas al mundo.
La negativa oficial de mantener el concurso preventivo de Aerolíneas Argentinas, ya radicado en un Tribunal en lo Comercial de la Capital Federal y que ejercerá fuero de atracción de todos los recursos que se planteen sobre la reestatización de una empresa quebrada, de la que no sabemos cuánto pagaremos o si la expropiaremos "a lo macho" a pesar del vaciamiento fraudulento de la empresa Marsans en connivencia con los directores del Estado argentino, es otra de las falacias que provienen de De Vido, Jaime y sus secuaces que más temprano que tarde pedirán asilo en la Embajada de Venezuela antes de caer en las manos de la justicia argentina. Agustín Rossi, presidente del bloque de diputados oficialistas se ha convertido para el languideciente régimen en el "Hood Robin" parlamentario. Su logro de aumentar votos el pasado jueves para el "negociado en vuelo" mereció su reconocimiento en Olivos como uno de los últimos leales que les quedan. Lo único que les preocupa es llegar a las elecciones parlamentarias de octubre de 2009. No les importa saber cómo harán para transparentar tarifas sin colapso social; para doblegar las más maldita de las inflaciones que es la de la clase media que –a pesar de ellos- mantiene un automóvil, paga el garage, manda a sus hijos a un colegio privado y se cura con medicina prepaga. Aceleran la neurosis bi-rreinal y la potencial con la mitomanía. Salvo el estado de guerra civil que vivíamos en 1975 cuando Isabel Perón ordenó exterminar a la guerrilla erpiano-montonera, con un país sumido en la violencia y en los crímenes de lesa humanidad que comenzaron durante su gobierno constitucional, la anarquía que nos desgobierna se encuentra en un avanzado estado de descomposición social y política. Cuando opositores y oficialistas comienzan a "contar los porotos" para las elecciones legislativas están pensando en Argentina 2033; si lo hacen para 2011 es lo mismo que 2044. En lugar de hacerlo con criterio patriótico para que "el aterrizaje de la mentira kirchnerista" cause el menor daño social posible, visualizan el futuro mediato con sentido electoral como si en marzo de 2009 no existieran futuros enfrentamientos por la puja distributiva del ingreso frente al cancer que en estos cinco años los Kirchner dejaron crecer y multiplicar como metástasis: la inflación. Pero si no lo hacen los políticos con llegada social, lo debemos hacer cada uno de nosotros. Mantenernos incólumes ante la defensa de la democracia y la libertad sobre el sistema de vida que deseamos estable, aunque sea para nuestros hijos, evitar la violencia oficial frente a energúmenos como DÈlía lanzados a la calle en defensa de sus bolsillos; y que la institucionalidad supere al kirchnerato es la premisa. Parece fácil, pero no lo es. Sólo depende de nosotros. La República está sola…y espera. Humberto Bonanata Buenos Aires, Agosto 24 de 2008
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