La sociedad de las ideas muertas
Con la excusa de apoyos y negaciones a reclamos independentistas por parte de terceros países, Rusia y Occidente afilan sus espadas si es que deben defender lo que creen es de su propiedad privada: petróleo y gas. Francis Fukuyama está confundido. La paz mundial no alcanza a pesar de su fin de las ideologías. La puja no termina nunca. Si no es por hache será por be: mañana será por los alimentos o por el agua. Hoy es por la energía. Como en Bolivia. O por la droga.
Mientras, el mundo subdesarrollado, tercermundista, populista económico, clientelístico, cultor de la patria grande indigenista, emergente y bolivariano en atrayente crepúsculo, comienza a sentirse poseído por cierto temblequeteo parkinsoniano. Chávez se recupera de la disfonía que le provocan sus largas alocuciones; Correa se porta bien y hace los deberes para sus tutores y Morales no pudo hacer aterrizar su helicóptero en el propio suelo boliviano. Bueno, tampoco el presidente argentino pudo viajar a Gualeguaychú donde sus aguerridos pobladores se habían pintado la cara para recibirlo con todo. Nadie es profeta en su tierra.
Por su parte, en Paraguay, reciente territorio incorporado a la égida chavista, en el día once de su mandato y cuando aún no había terminado de acomodarse en su sillón y cambiarle el agua al tereré, el flamante presidente, en total sintonía bolivariana, dij “Necesito un parlamento serio. Creo que está perdiendo el tiempo, lastimosamente, sin debatir los grandes temas nacionales como la lucha contra la pobreza. Si Fernando Lugo tuviera conocimientos de política internacional sabría que en vez de enfrentar a los legisladores es mejor política absorberlos para su redil. En esos caso lo mejor es el otorgamiento de poderes especiales a través de leyes sancionadas por los propios representantes del pueblo. Está en internet.
Aquí en Argentina todo está tan tranquilo que inquieta. La convención demócrata que nominó a Barack Obama no contó esta vez con la presencia de Cristina Fernández de Kirchner ni Daniel Scioli. Son conocidas las simpatías que goza el credo liberal en las huestes socialistas criollas. Ambos se desviven por los pobres pero de manera distinta. Unos quieren ayudarlos para que superen esa situación y los otros con sus políticas no hacen más que aumentar su número.
Eduardo Duhalde, el presidente sin banda, está preocupado porque según él “es imposible que el peronismo supere el 51% en 2011”. Se creía que estaba abocado a cuestiones de Estado pero no, a pesar de ser abogado, como buen político el punteo sigue siendo su obsesión y es raro que no haya mencionado que con un 40% se puede llegar a la Presidencia. Extraña preocupación es la que tiene el ex presidente porque de los últimos 25 años de democracia el peronismo ha gobernado 17 años en el orden nacional y sucesivos 21 en la provincia de Buenos Aires, y los resultados están a la vista.
En este gran cementerio de ideas, las tumbas 24 hs. Open se encuentran repletas de pensamientos pertenecientes al subdesarrollo mental como las destacadas más arriba. Pero hay otras, si se quiere, más simpáticas. Hay adolescentes que usurpan colegios y piden dinero para poder estudiar: ¡Pobrecitos!; un delirante (no es el único) pide trasladar los restos de San Martín al cementerio de Recoleta y ahora se sabe que un diputado nacional solicitó que se instituya al primer domingo del mes de octubre de cada año el Día Nacional de la Parrilla: ¡Un aplauso para el asador! (http://www.correodebuenosaires.com.ar/opinion.asp)
SALINAS BOHIL
sábado, 30 de agosto de 2008
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