Política Nacional / Carlos Mira
Representados por lo peor
Los argentinos solemos mostrar al mundo y elegir como embajadores de nuestro ser nacional a aquellos personajes que reúnen las peores características de nuestra compleja identidad.
La inagotable capacidad de Cristina Kirchner para elegir caminos equivocados no tiene límites. Comenzó su gobierno denunciando una operación basura de los Estados Unidos que habían dado a conocer el destino último de los fondos de la valija del gordo Antonini.
No habían pasado los ecos de aquella tormenta (sobre cuya verdad de origen hoy nadie tiene la más mínima duda) cuando desató la más desopilante controversia con el principal sector económico argentino a través de la famosa resolución 125. No conforme con eso siguió avalando las más variadas mentiras que con el formato de las estadísticas que entrega el INDEC. Hace poco adornó su gestión con una estrafalaria conferencia de prensa en donde se dedicó a justificar las más extravagantes teorías económicas con la suficiencia de los sabios y el contenido de los burros.
Ahora, con el mismo tono épico con el que denuncia conspiraciones o pide un café, nos hizo amanecer hoy con la rutilante idea de proponer a Eva Perón, Maradona y el Che Guevara como figuras insignia de la Argentina para una de las reuniones culturales más importantes del mundo, la Feria del Libro de Francfort 2010. La presidente no ahorró palabras para dar a conocer en qué carácter quiere que esas personas representen al país, dijo que su referencia allí debería expresar "la argentinidad”. Para la presidente la Argentina daría le daría al mundo una muestra acabada de lo que es presentándose de la mano de la dama buena que regalaba lo ajeno (términos de extraordinaria justeza usados por José Ignacio García Hamilton para referirse a Eva), de un asesino sanguinario que firmó con su nombre la reivindicación del odio y de un extraordinario futbolista que arruinó su vida dedicándose a las drogas. Esta es la imagen que según Cristina Kirchner, la Argentina del bicentenario debería presentar en Alemania.
Yo pregunto si lo hace a propósito o si realmente cree que esto es lo que el país merece, o, peor aún, lo que el país es.
Llama la atención la extraordinaria coincidencia de los personajes propuestos con los nombres que se manejaron en el programa de televisión que el año pasado emitiera Mario Pergolini bajo el nombre de "El Gen Argentino". Es obvia la relación entre lo que el programa llamaba "gen" y lo que la presidente llama "argentinidad". De un modo u otro estamos refiriéndonos a un haz de características constitutivas de determinadas personas que coincidirían con el "promedio" de la "personalidad nacional".
Si la sociedad llamada a participar de una mega encuesta televisiva para que exprese con qué personajes se siente más identificada desde el punto de vista de "lo nacional", coquetea con los nombres de Maradona, Eva Perón o el Che Guevara, quizás la presidente tenga razón en cuanto a cómo es la "argentinidad".
El pequeño detalle aquí es que como presidente de todos, Cristina Fernández no debería guiarse por las corrientes de la demagogia, sino por la grandeza de la docencia y, desde su privilegiado lugar, emitir señales que eduquen al pueblo en la dirección correcta, que lo saquen de confusiones históricas que reivindican a demagogos, asesinos y drogadictos y que lo lleven a estadíos de progreso y superación cultural y no a seguir revolcándose en el resentimiento, la incultura y el odio.
Enfundada como Eva en las mejores ropas y adornada por las joyas más caras, Cristina Fernández sigue explotando la ignorancia de un pueblo que llegará a la reunión cultural más importante del mundo en el año de su bicentenario representado por emblemas que han insuflado los espíritus, violado la ley, arruinando sus vidas y sirviendo de mal ejemplo a todos los que decidieron imitarlos. © www.economiaparatodos.com.ar
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