sábado, 30 de agosto de 2008

GOLPE DE MERKADO

Quieren provocar un golpe de mercado?

La Presidenta Cristina Kirchner tiene que analizar cual es la intencion de los colaboradores que le sugirieron atacar al Banco de España. Si se trata de personas que entienden como funcionan los mercados de capitales, ella deberia advertir que con esa actitud están alentando un golpe de mercado.

Por Domingo Cavallo

No cabe otra interpretación racional.

Cualquiera que lea y, luego del asombro inicial, relea esas declaraciones, tiene que concluir que el gobierno piensa plantear un nuevo default de la deuda pública.

Sólo así se entiende que la Presidenta le enrostre al Banco de España haberse equivocado en abril de 2001 cuando sostuvo; "después de un período de turbulencia política el gobierno consiguió la aprobación de un ambicioso plan" cuyos objetivos fueron "reactivar la economía, cumplir los compromisos fiscales ligados a la ayuda del FMI, equilibrar el saldo exterior y recuperar la confianza de los inversores y prestamistas internacionales".

Según La Nación, ya exaltada, la Presidenta lanzó: "Textual. Abril del 2001, o sea, a meses del mayor incendio que recuerde nuestra sociedad" y explicó, a continuación, que en 2001 el país estaba "planteando el megacanje", operación que calificó como "una formidable maniobra" de asientos contables para que "los capitales que habían especulado durante décadas en la Argentina pudieran retirarse sostenidos por los propios dineros de los argentinos".

Si quienes asesoran a la señora Presidenta consideran que el megacanje fue una "formidable maniobra" de asientos contables, siendo que gracias a esa operación se logró que voluntariamente los acreedores de Argentina por 30 mil millones de dólares aceptaran extender los plazos de sus acreencias a la misma tasa que ya reflejaba el mercado, se debe concluir que su gobierno descarta totalmente ofrecer un canje de deuda por los vencimientos de capital de los próximos dos años.

Descartado un canje voluntario quedaría como alternativa colocar nueva deuda a la tasa de 15 % anual, algo que en julio de 2001, cuando yo era Ministro de Economía me negué a hacer. En la práctica el gobierno de Cristina Kirchner ya ha descartado también esta alternativa al disponer la recompra de los bonos que había colocado sólo tres semanas atrás. Debe interpretarse que advirtieron que era mucho peor que la alternativa del canje voluntario.

Descartado el canje voluntario y la emisión de nueva deuda, sólo quedan dos posibilidades: pagar con reservas del Banco Central, como lo ha sugerido el ex Ministro Roque Fernández, o volver a declarar un default de la Deuda Pública. Cualquiera de estas dos alternativas llevarán a un desastre, algo que debería saber cualquier persona que conozca como funcionan los mercados de capitales.

Analicemos primero la propuesta de utilizar las reservas para pagar todos los vencimientos de capital de la Deuda Pública durante los dos próximos años. Son del orden de 14 mil millones de dólares. Hoy las reservas del Banco Central son equivalentes a la suma del dinero en circulación más las letras emitidas por el propio Banco Central. Si el Banco Central se desprende de 14 mil millones de reservas sin la contrapartida de una reducción en la misma proporción la circulación monetaria y las letras del propio Banco Central, la gente va a advertir que Los pesos y las letras ya no tendrán respaldo suficiente.

Es altamente probable que ante esa evidencia se produzca una corrida hacia el dólar que llevará o a una gran pérdida de reservas, o a una gran devaluación, o a un enorme aumento en las tasas de interés. O, lo más probable, a una combinación de los tres fenómenos. Eso es, ni más ni menos, uno de los tantos golpes de mercado de la economía argentina, tan típicos de la época de la estanflación, entre 1975 y 1990.

Si, descartada también la utilización de reservas, se vuelve a declarar un default de la Deuda Pública habrá una corrida contra el sistema bancario, no muy diferente del que se produjo en noviembre del 2001, cuando los rumores de default, que ciertamente no se generaban en el Banco de España, convencieron a los depositantes que se venía el default y, por ende, la insolvencia de los bancos. La sensación de la gente será la misma que en el caso del golpe de mercado.

En realidad, si la Presidente quiere evitar un golpe de mercado, tendría que hacer lo mismo que hicimos en abril de 2001, cuando ofrecimos el denominado megacanje a los acreedores que confiaban en la Argentina. Y, para tener chances de éxito, tendría que convencer al Banco de España y a otras instituciones monetarias del exterior que la intención del gobierno es evitar un default. En lugar de quitarle argumentos para predecir un nuevo default, las declaraciones de la Presidenta, prácticamente invitan a considerarlo altamente probable.

Es imposible que los colaboradores de la Presidenta que le sugieren declaraciones como la que acaba de hacer sobre el Banco de España no sepan que por este camino se termina en un golpe de mercado. Por eso, la impresión que a mi me queda es que alguien en el entorno de la Presidenta, lejos de querer ayudarla a tener éxito, está preparando un golpe de mercado para poder justificar una retirada heroica. Eso es malo para ella y peor para el País.

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