LA MUERTE DE LOS TRES EMPRESARIOS
MÁS REVELACIONES (Y TEMOR OFICIAL)
Por Christian Sanz
El día de ayer, viernes 22 de agosto, fue allanado una especie de departamento-oficina de Sebastián Forza, uno de los "empresarios" asesinados en General Rodríguez. Se trata de un complejo de oficinas en Pilar, donde los efectivos recogieron huellas y secuestraron una notebook y seis autos.
Un dato: Forza tenía varias computadoras, pero la fiscal, Ana Yacobucci, sólo se preocupó por quedarse con una. En esa máquina -de acuerdo a los propios dichos de Forza-, había datos concretos que comprometían a media docena de funcionarios del gobierno de Cristina Kirchner y al menos dos fotografías del occiso con la primera mandataria.
¿Sería ese el verdadero motivo por el cual se hizo el allanamiento? Probablemente, ya que no existen demasiados antecedentes de requisas a las propias víctimas de los delitos.
Independientemente de esto último, fuentes que participaron del operativo aseguraron que el lugar estaba revuelto. ¿Acaso hubo alguien que estuvo buscando algo específico antes de que llegara la Justicia?
Dos hombres en la mira
Como pudo verse a lo largo de la semana que pasó, los investigadores y los principales medios de comunicación refrendaron el nombre de Ibar Pérez Corradi, mencionado en exclusiva por Tribuna de periodistas hace al menos una semana, como eventual sospechoso por sus lazos con cárteles de droga mexicanos y sus propios antecedentes en el comercio de precursores químicos.
Pérez Corradi es un joven personaje que, al igual que Sebastián Forza, hizo mucho dinero en poco tiempo. En el año 2006 registró dos marcas comerciales: Biopharma y Pro Human. La primera de ellas es un laboratorio que, tal cual se publicó hace unos días en este sitio, posee sedes en la Argentina y en España y está sospechada de raros envíos "químicos" al viejo continente. Un dato: sus oficinas argentinas están en Pilar, eje central de la trama por la muerte de los tres amigos-empresarios.
Otra firma generada por Pérez Corradi es Odin Concept, dedicada a la "compra, venta, importación y exportación, incluyendo funciones de intermediación -palabra muy usada por Forza en la entrevista realizada- entre partes con residencia en el país o en el exterior, de principios activos -¿efedrina?- relativos a la industria farmacéutica".
Lo cierto es que Forza denunció en dos oportunidades a Pérez Corradi -a la sazón su ex socio- por amenazas: la primera vez lo hizo en la Comisaría 3ra de Pilar en febrero de este año, luego de que dejaran en la puerta de su negocio ubicado en la calle Viamonte al 1400 una silla de ruedas con una elocuente nota: "Ahora te perdonamos la vida. La próxima vez vas a tener que usar la silla de ruedas para siempre".
Las sospechas de Forza fueron sintomáticas: denunció a Pérez Corradi un mes más tarde ante el Juzgado Nº 30 de la Ciudad de Buenos Aires. Casualidad o no, es a este hombre a quien la viuda de Forza, Solange Bellone, le tiene profundo temor y aversión.
Otro de los personajes que está en la mira de los investigadores es José Luis Salerno, un policía bonaerense -bajo licencia médica- vinculado a la industria de los medicamentos a través de una firma denominada Fharmaz Group. Damián Ferrón, uno de los jóvenes asesinados, era empleado de él.
Como se mencionara anteriormente en este mismo periódico, existió una reunión -hoy se sabe que hubo al menos otra más- en una confitería llamada Tucson, ubicada en el shopping Unicenter, donde los tres "empresarios" se reunieron con Pérez Corradi y un mexicano al que le decían "Rodri". Allí se ultimaron los detalles para el envío de efedrina a México.
Según sospechan los investigadores, Salerno habría enviado a Ferrón en su nombre a negociar con los personajes mencionados, de ahí que el asesinato de este último lo habría alterado por completo, ya que, por carácter transitivo, es algo que podría haberle ocurrido a él. Eso explicaría el enorme temor que demuestra Salerno en cada una de sus afirmaciones.
En el mismo sentido, generan grandes sospechas sus declaraciones, tanto a la Justicia como a los medios de información, plagadas de mentiras. Por caso, en su primer testimonio judicial aseguró que desconocía a Forza, lo cual se comprobó falaz poco después.
En sentido similar, aseguró que era un hombre de poco dinero (1), otra mentira. Salerno posee jugosas cuentas bancarias, tiene al menos cuatro propiedades -todas en zona oeste del conurbano- y ha hecho gruesos negocios con el PAMI en la localidad de Morón. "A Salerno se lo presume testaferro de un ex senador muy poderoso de la provincia de Buenos Aires y a un intendente de la misma zona. Es una persona que ostenta mucho dinero", aseguró a este medio una fuente relacionada a la investigación.
Más allá de su posible responsabilidad -o no- en el triple crimen, el policía sabe más de lo que cuenta. No casualmente sus últimos dos abogados lo abandonaron a su suerte, luego de descubrir que no les revelaba toda la verdad acerca de su papel en la causa.
Por otro lado, según la familia Ferrón, hay al menos un apriete hecho por Salerno a Damián en el marco de una discusión comercial que este último no quería llevar a cabo. ¿Tendrá que ver con el encuentro mencionado más arriba?
A esta altura, es imposible saberlo.
Cárteles y remedios
Las principales líneas de investigación por la muerte de los tres jóvenes al día de hoy son dos: el robo y adulteración de medicamentos, y los negocios truncos con narcotraficantes mexicanos o colombianos. Para algunos de los especialistas, una cosa no quita a la otra.
Por caso, cuando Forza se encontró con este cronista en mayo de este año, refirió temor por sus vínculos con la "mafia farmacéutica", pero nada habló sobre precursores químicos ni cárteles de droga. Lo mismo aseguró a otro colega con quien se encontró un mes antes de aparecer baleado junto a sus amigos.
"Decía que lo amenazaba un tal Pablo, perteneciente a Gendarmería en Campo de Mayo y relacionado a tres empresas de seguridad que custodiaban camiones con remedios", aseguró el periodista con gran temor y rogando que se reservara el off the record. La trama es la misma que Forza había relatado oportunamente a quien escribe estas líneas, al admitir que uno de los negocios de la "mafia" a la que pertenecía estaba relacionado al robo de camiones que transportaban medicamentos y su posterior venta en un mercado paralelo.
"Ojo que algunos laboratorios están al tanto de esto, pero les sirve para cobrar el seguro y a la vez ganar por la venta paralela de los remedios", aseguró Forza.
El detalle de los ilícitos cometidos, junto a los nombres de los funcionarios que se prestaron al juego, estaban guardados en la misma notebook que la Justicia se llevó de las oficinas de Forza. ¿Casualidad?
Concluyendo
A medida que pasan las horas, la verdad se aleja más y más, y con ello la posibilidad de resolver este caso. De lo que se está a tiempo es de evitar que los cárteles de la droga sigan ingresando a la Argentina.
Para ello habrá que trabajar fuertemente, primero reconociendo el problema, luego actuando sobre las causas y, finalmente, consultando a los especialistas pertinentes.
El silencio de algunos de los protagonistas de esta historia no ayuda a trabajar en ese sentido, pero mucho menos lo hace el silencio oficial. Los funcionarios kirchneristas no dan la entidad que merece a la problemática del tráfico de drogas y esto llama la atención.
Es dable recordar al ministro de Justicia, Aníbal Fernández afirmando que la muerte de los tres amigos no tenía nada que ver con un crimen mafioso. Es el mismo funcionario que no permite la reglamentación de la ley de precursores químicos, sancionada en el año 2005.
¿Será casual o interesado?
Christian Sanz
(1) Oportunamente, Salerno aseguró que tenía un pequeño negocio, "no es una empresa grande, es una farmacia a la calle. Recién estamos teniendo cuentas en bancos. No es verdad que tenga fortuna ni que sea un empresario de mucha plata, ni mucho menos".
Buenos Aires - Argentina
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sábado, 23 de agosto de 2008
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