DISPARATES

Aerolíneas y el Congreso



por Roberto Roth



Cuando el Congreso recibió el convenio entre el Estado Argentino y Aerolíneas Argentinas tenía dos opciones: aceptarlo o rechazarlo. Hasta se podría argumentar con fundamento jurídico que carecía de la opción de rechazarlo, dado que el Estado le habría dado un principio de ejecución al desapoderar al accionista mayoritario (Marsans) y nombrarle gerente a la empresa.

El Congreso no puede aceptar la cesión del manejo de la empresa que ha hecho su accionista controlante y rechazar a la vez el mecanismo para determinar el precio de la cesión que el gobierno ha convenido con el accionista en cuestión. Tampoco puede modificar el convenio sin la aprobación del accionista. Aún menos puede el Estado negociar modificaciones al convenio bajo amenaza de expropiación, ya que estaría incurriendo en el delito de extorsión..

Como las inversiones españolas están amparadas por uno de los tantos convenios de garantías de inversión de la época de Cavallo, al hacer lo que no se puede – jurídicamente hablando – el Congreso está haciendo incurrir al Estado Argentino en responsabilidad por sus actos contrarios a derecho. Esta responsabilidad, conforme a los convenios, serà determinada por la comisión que hace las veces de tribunal creada al efecto por el Banco Mundial, cuyo procedimiento es notoriamente adverso a nuestros intereses. Además, ya es casi tradición que el estado pierda sus juicios en sedes internacional.

Cada uno de los discursos en la cámaras del Congreso, tanto los del oficialismo como los de la oposición, están contribuyendo argumentos a la previsible demanda del Sr. Marsans,

No solo nos va a costar mas que los hipotéticos 900 millones de deuda de la empresa que no queremos pagar, sino que por los diez o veinte años que durará previsiblemente el pleito nuestra política aerocomercial continuará paralizada a la espera de sus resultados.

Entre tantos disparates vamos a asistir a uno más, que no nos va a costar menos que los anteriores
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