La ola de paparruchadas que todo lo arrastra
Autor: Carlos Mira
Siempre se supo que los dineros aceitaban las cosas, pero también se sabía -o se presumió así hasta ahora- que Carlos Reutemann era un hombre integro, un tipo derecho que tenía sus convicciones y sus conceptos y que no bajaba a aquellos lugares donde las manos comienzan a ensuciarse.
Se cuenta que era el mejor piloto de pruebas de la Fórmula 1 de su época. Al cabo de unas vueltas a puro oído podía detectar qué le faltaba al auto para alcanzar el ideal. Al volver a boxes lo indicaba a los mecánicos y ellos se encargaban. Pero las manos se las ensuciaban otros.
Ayer esa idea cristalina del senador por Santa Fe parece haber perdido varios puntos. Kirchner, en su calidad de presidente de facto, lo citó a Olivos por el tema Aerolíneas. El proyecto del gobierno, (aun a pesar de las modificaciones y la bajada de pantalones en muchos de los puntos de lo que era una pretensión de aprobación a libro cerrado), corría riesgo de ser rechazado, incluso antes de llegar al Senado.
Pero Kirchner sabe del predicamento de Reutemann y de lo que su conformidad puede significar como imagen y señal. Por eso en la charla de anoche le propuso liberar cerca de $ 200 millones que la Nación le debe a la provincia por diversos rubros derivados de la actividad agropecuaria a cambio de su apoyo a la posición del gobierno (modificada) en el proyecto de estatización de Aerolíneas.
Y digo que llama la atención esta posición de Reutemann porque un hombre de principios como se supone es él no debería haber negociado una deuda que la Nación mantiene con la provincia a cambio de un voto. Si la deuda existe es exigible más allá de los aprietes. Sería francamente extraordinario que el deudor, encima de deber, se halle en la favorable situación de poder condicionar al acreedor a cambio del pago.
Otro de los disparates que conlleva la reunión -pero que a esta altura, su mera referencia pueda parecer una inocentada- es el lugar desde el cual Kirchner propone semejante transacción. ¿Desde cuando el esposo de una presidente o el presidente de un partido dispone de los dineros públicos como más le place y haciendo alarde de un rol institucional del cual carece por completo?
Realmente el nivel de mamarracho al que ha descendido la Argentina en materia de cosa pública es sinceramente alarmante. Y en ese contexto resulta más entendible que haya arrastrado también a uno de los hombres quizás más insípidos de su elenco político, pero al mismo tiempo, uno de los menos discutidos.
miraquienhabla@gmail.com
viernes, 22 de agosto de 2008
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