jueves, 28 de agosto de 2008

PAÍS REPETIDO

Un país que se repite por falta de ideas y soluciones

Unas pocas medallas en las Olimpíadas, la lesión de Martín Palermo y la nueva dirección militante del canal oficial con sus juicios en vivo y en directo a los militares ayudan a que el chantaje de la “argentinización” de Aerolíneas pase con pena y sin gloria el enclenque vallado opositor que ofrece el Congreso. Al mismo tiempo una derivación en el caso de los jóvenes empresarios asesinados recientemente con ribetes mafiosos hizo que otro empresario, supuestamente vinculado comercialmente con una de las víctimas, dedicara todos sus esfuerzos a intentar planear desde un noveno piso sin el paracaídas puesto y llegara a la vereda prontamente con los resultados por todos conocidos. El caso debería adquirir proporciones de escándalo, mayor aún que los de Skanka, el maletín bolivariano o la olvidada bolsa con dinero de la ex ministro Felisa Miceli y actual colaboradora de las Madres de Plaza de Mayo, y llama al atención que la oposición política no se ocupe del tema en profundidad con semejante bocado de cardenal al alcance del tenedor, quizás, porque el tema de las contribuciones a los partidos políticos en épocas de elecciones alcanza a todos.

Comienza a destejerse la maraña de los aportes empresarios a las campañas electorales, en especial, la del oficialismo. Mientras la perdurable juez Servini de Cubría se esfuerza por publicitar su sanción a quienes no cumplieron su obligación como presidentes de mesa en la elección del 28 de octubre pasado, los recaudadores y maleteros del kirchnerismo gozan de espléndida salud. Como dijera este lunes el presidente de un importante partido político nacional a CORREO DE BUENOS AIRES en un café cercano al Palacio de Tribunales: “Deja pasar los elefantes (por la juez) y le pone barreras a los ratones”.

El informe del Banco Central de España acerca de los riesgos que tiene la economía argentina para los intereses españoles indignó a uno de los Kirchner quien, por otra parte, nada dijo de las dificultades financieras por las que atraviesa el banco francés que financiará el tren rápido debido a la pérdida de 1.500 millones de euros que tuvo en el segundo trimestre del año. En Europa las cosas no son como antes, por lo menos en lo que respecta a la Argentina. Los cantos de sirena pagos con relación a la marcha de la economía han cesado y el viaje por las principales capitales glamorosas del mundo también. Hay urgencias urgentísimas que cumplir: hoy una donación de libros, mañana la inauguración de un paso a nivel y pasado la revista a la refacción de un asilo de ancianos.

Pese a ciertas convulsiones la mesa fue servida en tiempo récord: se blanqueó la deuda externa como antes se hizo a través de los Bradys, Megacanjes, Blindajes y finalmente el canje de deuda post default que Duhalde no pudo llevar a feliz término pero sí su ministro Lavagna con Néstor Kirchner. Una nueva devaluación –anunciada con bombos y platillos, con manifestación incluida en la Plaza de Mayo encabezada por los Moyanos, D’Elías y Hebes y no como la de hecho que se muestra timorata– pondría las guirnaldas de la gran fiesta en su lugar.

Así, el oficialismo no tiene de qué preocuparse. Ni por qué explicar si se podrá fumar marihuana en un bar, por ejemplo. Se estima que sí, porque las tribunas de los estadios de fútbol son grandes fumaderos al aire libre; la oposición ha silenciado su inquietud por los guarismos del INDEC; la inflación, el financiamiento de las campañas electorales (que les toca), el accionar del narcotráfico o los problemas del sector agropecuario. Ejecutando a cuatro manos la partitura que le da el Gobierno se ocupa ahora del caso Aerolíneas. Mañana, llegará otra vez el turno del campo y vuelta a empezar.

El país se repite. Es un repetidor crónico con promoción automática. Y la dirigencia no es inocente, aunque se vista de blanco los domingos para ir a hablar con algún obispo. Los electores tampoco. No hay ideas nuevas y menos soluciones para problemas viejos. Dios proveerá. Como siempre.
SALINAS BOHIL

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