Néstor Kirchner, de la euforia a la preocupación extrema
Por Mariano Obarrio
Miércoles 22 de octubre de 2008
Desde temprano, Néstor Kirchner pasó de la euforia por el anuncio de la restatización de las jubilaciones privadas a la preocupación extrema. Monitoreó la reacción de los mercados locales y de España. Conversó una y otra vez con Julio De Vido y con Sergio Massa.
La orden al ministro de Planificación fue aclarar ante las empresas españolas que se garantizará la seguridad jurídica. En un clima de nerviosismo, en tanto, el jefe del Gabinete, en cambio, mantuvo reuniones con otros ministros y con el titular de la Anses, Amado Boudou.
Los rumores de desconfianza en el mercado local llegaron a Olivos rápidamente. También las versiones de que en el sector financiero no se renuevan depósitos a plazo fijo. La preocupación se agudizó hacia el mediodía cuando el índice Ibex de la Bolsa de Madrid cayó hasta un 8% y las acciones de Telefónica y Repsol se desplomaron.
El temor en Madrid radica en que con los nuevos fondos, Kirchner decida que el Estado recompre parte o todas las empresas privatizadas de capitales españoles. La presidenta Cristina Kirchner autorizó la decisión de Kirchner de que De Vido recibiera en su despacho a las autoridades de Telefónica de España y visitara a los directivos de YPF en sus oficinas de Diagonal Norte. De Vido dijo al salir de YPF que "en la Argentina las empresas tienen seguridad jurídica".
Las versiones sobre un contacto entre Cristina Kirchner y su par español, José Luis Rodríguez Zapatero, fueron desmentidos por fuentes del gobierno de ese país. Sin embargo, esas mismas fuentes admitieron la incertidumbre que causó el proyecto sorpresivo para eliminar las AFJP y producir un zarpazo a los fondos previsionales de los futuros jubilados del sistema de capitalización.
No obstante, en la Casa Rosada no detienen la euforia por el horizonte político que abre esta decisión, si el Gobierno supera el trance de desconfianza financiera y económica. Fuentes muy allegadas a Kirchner aseguran que los recursos capturados servirán para "pagar toda la deuda" prevista para 2009.
Incluso la del Club de París y la de los bonistas "holdouts". Aseguró que el Gobierno retendrá los capitales "de las principales empresas que la sacaban del país y la giraban al exterior, las AFJP".
Se buscó por lo tanto neutralizar la salida de dólares y manejar la cotización y retener esos dólares hasta una futura devaluación. Se habla de un precio hipotético de 3,50 a 3,70 pesos por dólar.
Además, se usarán los fondos para acordar políticamente con gobernadores peronistas disidentes, como el cordobés Juan Schiaretti, y para gastar en un mega plan de obras públicas que se comenzará a delinear en los próximos días. El objetivo de fondo es asegurarse holgura fiscal para ganar las elecciones en 2009 y consolidar una candidatura de Néstor Kirchner como candidato a diputado bonaerense.
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