¡Arriba las manos!
El gobierno está protegiendo tus ahorros
Gustavo Lazzari
www.atlas.org.ar
En varias oportunidades sufrí situaciones de inseguridad complicadas. La mas grave fue cuando un malhechor a punta de pistola me exigió dinero. Alguien me iluminó y le dije "tranqui, hoy laburé para vos, la que tengo es tuya". El ladrón se tranquilizó tomó su botín y se marchó.
Gracias a Dios sigo vivo y cuento esta película.
Mientras la Presidenta Cristina Kirchner anunciaba la pulverización del sistema de capitalización privado, la incautación de las cuentas individuales y la nacionalización compulsiva del sistema previsional, me acordé de aquel malhechor que me robó el dinero.
Una diferencia no menor hay entre aquel hecho de inseguridad física y éste de inseguridad jurídica. El ladrón privado sabía que yo le estaba mintiendo. Sabía perfectamente que no lo esperaba ni me había esforzado para él. Yo también sabía que él sabía. El contrato era bien claro. Se trataba de un robo.
El gobierno no fue tan sinceros como aquél ladrón. No se animaron a decir lo que estaban haciendo.
Al mejor estilo orwelliano modificaron la acepción de una palabra para ocultar la verdadera intención. Hablaron de "rescate de los fondos privados personales que se devaluaban en manos de las AFJP".
Todo el Gran Buenos Aires (Reino de la inseguridad) , no conoce un ladrón que le diga a su víctima.. "quedate tranquilo te robo el auto y así te evito el gasto en mantenimiento, patentes, combustibles, seguros, etc en realidad te estoy rescatando".
La estrategia del gobierno es imponer en el debate que se trata de un tema "previsional". Que en realidad las AFJP administraban mal los fondos de los cotizantes y ante esa falla, el estado aparece como salvador.
En rigor la discusión es PLENAMENTE FISCAL. El estado necesitaba dinero para cubrir el déficit fiscal que está a la vuelta de la esquina. El 2008, era hasta el 21 de Octubre, el año donde los intentos de voracidad fiscal fracasaban uno tras otro. En Julio el revés del aumento de las retenciones móviles, en agosto el intento fallido de "insertarse" en el mercado de crédito internacional a través del pago al Club de París y la oferta a los Hold Outs .
Argentina tiene vencimientos de deuda pública del orden de los U$S 18.000 millones promedio para los próximos tres años en un contexto de caída vertiginosa del superávit fiscal producto del enfriamiento de la economía, la baja de precios de los commodities y la caída del impuesto inflacionario.
De hecho los 35.000 millones de pesos de superávit en 2007 que eran explicados por retenciones y el impuesto al cheque este año será menor y el próximo menor aún.
Los fondos privados incautados con esta medida ascienden a un stock de 95.000 millones de pesos y a un flujo de 14.000 millones de pesos anuales más el ahorro en intereses y capital por los 55.000 millones de pesos en títulos públicos que serán "transferidos" al Anses.
Los argentinos conocemos bien la película. Los fondos serán licuados y el Anses más temprano que tarde volverá a su histórica condición deficitaria. Las futuras administraciones tendrán un sinfín de excusas para librarse de la la culpa de los magros a haberes futuros.
Todos los controles prometidos son letra muerta. "Comisiones bicamerales", "La oposición en el Anses", "publicidad de los actos", "Comisión de sindicalistas, industriales y políticos notables" son parte del humor trágico argentino.
El dato relevante para los argentinos es saber quién es la próxima víctima y cuál es el próximo botín. ¿Los seguros de retiro?, ¿los prepagos médicos?, ¿los depósitos bancarios?, ¿los plazos fijos?, ¿Las cajas de seguridad?, ¿las tenencias accionarias?, ¿las recaudaciones de los recitales de Mercedes Sosa y Madonna?, ¿La venta de entradas del próximo superclásico?, ¿la recaudación de monedas de las líneas de colectivo?, ¿las recaudaciones de la obra Evita financiada por el Estado de la Pcia de Buenos Aires?,
Cuando el estado es voraz y no hay límites, incluso lo que parece ridículo es altamente probable.
No extraño a aquel ladrón, pero ciertamente fue mucho más sincero. Estaba afanando, lo dijo, afanó y se fue. (Obviamente no lo agarraron)
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