Los fantasmas sobrevuelan Argentina
Los socialistas se encuentran a punto de asestar un nuevo mandoble a la confianza y arcas privadas estatizando las cajas de jubilación privadas: las mismas que fueron obligadas a comprar bonos del estado argentino: ¡Una garantía! La última genialidad gerenciadora fue una nueva estatización de Aerolíneas Argentinas que a partir de allí comenzó a funcionar como si los gremios aeronáuticos nunca hubiesen existido. ¡Patria sí, colonia no; las empresas privatizadas no serán negociadas!
El voraz Gobierno necesita dinero, mucho dinero. Se dice que para pagar las obligaciones de la deuda que vencen en 2009. ¿Pagar? ¡Vamos…! El problema radica en que el año próximo hay elecciones y salen tan caras que la efedrina no alcanza. Qué simpáticos son los banqueros que le van a prestar dos mil millones de dólares a la Casa Rosada para pagar los vencimientos. Pero es sabido: el que parte y reparte se queda con la mejor parte. ¿De quién estamos hablando? De los banqueros, por supuesto.
La actividad económica comenzó a declinar fuerte. Eso a pesar de las clases que la Presidenta dio en la capital del imperio sobre capitalismo y cómo manejar un país exitoso (Argentina) mientras que en los discursos blindados que daba en su país se mofaba de la situación que alcanza a todo el globo. Menos a Argentina, por supuesto.
Tímidamente, tan tímidamente que hacen parecer a CORREO DE BUENOS AIRES un fundamentalista de mercado, algunos comienzan a hablar del derroche y las desviaciones en el gasto público que han hecho los Kirchner en sus cinco años y medio de mandato. A esa crítica debería agregarse la gran cantidad de alucinaciones que han tenido como fue la construcción de trenes rápidos por una administración que resultó más rápida que los mismos “emprendimientos” que anunciaba con gran pompa ante la claque alquilada.
Frente al proyecto hegemónico de la familia reinante se encuentran otros personajes ávidos de poder. No es malo que lo tengan sino lo que hacen con él una vez obtenido. En ese sentido, las experiencias se encuentran lejos de haber sido auspiciosas y si la unión política hace la fuerza, es de lamentar que sean los menos quienes exijan de los políticos que se unan en base a propuestas y no por apetencias personales de dudosa moralidad. El conocido y tan sudamericano “en contra de” es una vía más fácil de construir y mucho más pecaminosa que la autopista que se inicia con un “a favor de”. Son muchos los que hoy están en contra del matrimonio Kirchner cuando hasta la semana pasada bebían de sus mieles. A no desesperar, lo mismo hicieron con Menem y los odiados militares. Estos personajes, a los que no se les cae de sus bolsillos una sola idea de cambio, viven en el pasado y son, en realidad, fantasmas.
Un fantasma es una ilusión, un pasado que intenta tener presencia en el presente pero que no lo puede lograr porque el presente, al existir, tiene mucha más fuerza. lamentablemente ese presente también se encuentra huérfano de ideas, por eso los espectros están siempre vigentes y los ataúdes suelen abrirse y cerrase con velocidad sorprendente de acuerdo a las necesidades “políticas” del momento.
Hospitales en donde se posponen operaciones urgentes por falta de insumos; medios de transporte públicos arcaicos y pésimamente mantenidos; falta de pago a los proveedores del Gobierno; inseguridad; gobernantes que se manejan como si fuesen reyes de la Edad Media; sistemas jubilatorios, políticos y electorales corruptos; constantes cambio de las reglas de juego, son aspectos en que los fantasmas se mueven a gusto porque son el pasado al que están encadenados. Un cambio los haría desaparecer. No hay que tenerles miedo. La versión argentina de esas sombras no tiene fuerzas ni para hacer sonar sus cadenas. Es cuestión de atreverse a enfrentarlos.
SALINAS BOHIL
CORREO DE BS AS
martes, 21 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario