domingo, 25 de enero de 2009

KRETINA A LA KUBANA


CRISTINA Y LA DICTADURA CUBANA por Héctor B. Trillo

El viaje de la presidenta a Cuba y su reunión con el dictador en retiro efectivo y con su hermano muestran con claridad meridiana dónde estamos como país y dónde están quienes nos gobiernan en materia de los llamados "derechos humanos".
No vamos a entrar en las disquisiciones de propios y extraños acerca de que no debería haberse efectuado la visita a la isla comunista durante la asunción de Barack Obama en EEUU. La verdad, no nos parece relevante como hecho concurrente.
Sí nos resulta preocupante que el séquito presidencial pretenda hacer migas con los hermanos Castro, cuyas actitudes a lo largo de 50 años han demostrado un grado de autoritarismo, intolerancia y hasta de falta de compasión directamente alucinantes.
No diremos nada que no se sepa si hablamos de los fusilamientos masivos a comienzos de los 60, de los millones de exiliados, de los encarcelados políticos y hasta de las sospechas de asesinato de Camilo Cienfuegos o de la prisión de Huber Matos por no adherir a los forjadores del marxismo leninismo insular.
Fidel Castro ha representado, y representa aún, lo más granado del llamado "revolucionarismo", es decir, el personal criterio de hablar y hablar de "revolución" en lugar de llevarla a cabo. Ya que revolucionario es quien gesta en silencio el destino de su pueblo, y no quien vocifera a los cuatro vientos enfundado en un uniforme verde y autotitulándose "comandante" que lo suyo es una "revolución".
Los asesinatos y encarcelamientos de disidentes, los millones de exilios, la falta absoluta de libertades básicas en la isla y tantas barbaridades más, no han sido motivo siquiera de una expresión de súplica, de tímido pedido aunque no más fuera de conmiseración para con el pueblo cubano.
Nada.
Siempre quienes resaltan supuestas virtudes muestran en los hechos carecer de ellas. Y está claro que el gobierno kirchnerista ha repetido hasta el cansancio que él se ocupa de "los derechos humanos" cuando
claramente no ha hecho eso en estos años. Meter presos a conspicuos torturadores oficiales, no lo exime de haberse rodeado de montoneros vergonzantes y toda la calaña del resentimiento que los acompaña.
No es influyendo en la supuestamente independiente justicia argentina sobre temas como la "lesa humanidad" que se resuelven las cosas.
Los criminales son criminales. Aunque los capitostes kirchneristas digan que sus crímenes prescribieron. Habrán prescripto, no lo sabemos. Pero son criminales y punto.
Y sentarse junto a criminales a intentar juzgar a otros criminales dista de ser un comportamiento ético. Moralmente es cualquier cosa, bah.
Ahora bien, volviendo a Cuba. ¿La presidenta no debió decir algo del caso de Hilda Molina? Más allá de que nos guste o no esta mujer tiene a sus nietos argentinos. El tema no es menor.
Escuchábamos días pasados al periodista Víctor Hugo Morales explicar que la Dra. Molina había sido adherente al régimen castrista y por lo tanto señalar que allí se juegan otras cosas. ¿Qué otras cosas Víctor Hugo?. ¿Qué es lo que se juega para no tener un gesto humanitario con una médica que quiere salir a visitar a su hijo y a sus nietos? Dicho de otra manera: ¿hay "cosas" que justifiquen impedir que alguien salga de su territorio sin estar procesado o condenado?.
Es terrible. Realmente es terrible.
La Dra Kirchner estaba exultante por haberse reunido con uno de los tiranos más sanguinarios de todos los tiempos, al tiempo que en EEUU, precisamente, Barack Obama anunciaba la suspensión de los juicios seguidos a presos de Guantánamo (Cuba).
Mientras EEUU reconoce haber hecho las cosas mal en esa base, reconoce que allí ha habido torturas, suspende juicios y somete a revisión lo actuado, Cristina Fernández se reúne con el patético dictador que
durante décadas jamás dejó que Amnistía Internacional visitara sus cárceles políticas. Y se vanagloria de que la hubiera "recibido".
Hemos oido también a ciertos funcionarios mencionar hasta el cansancio los temas en los cuales se hace hincapié en el supuesto éxito de la Cuba comunista. Hemos planteado reparos sobre esos temas muchísimas veces, como por ejemplo en el adoctrinamiento, en la falta de libertad de lectura o de Internet (temas que incluso pueden verse en la película cubana "Fresa y Chocolate"). Hemos señalado que la salud no les llega a los opositores que son depositados en balsas con la anuencia del régimen. Hemos sostenido que el sistema de salud es precario para el propio pueblo cubano por más que se hubiera avanzado en ciertas áreas.
El atraso es evidente en tecnología. Las mujeres se enteran de sus embarazos mediante tacto. Muchas cosas deberían revisarse empezando por reconocer que los excluidos del régimen son los exiliados y los presos.
Los disidentes.
Y son millones.
Pero no.
Es mejor hablar del bloqueo norteamericano. Bloqueo que no es tal, ya que se trata de un embargo económico, simplemente. Un embargo que tiene como razón de ser las expropiaciones castristas de los años 60 sin indemnización (parecidas a lo que acaban de hacer los kirchner con las AFJP) y que los yanquis no perdonan.
El discursito pro derechos humanos ha vendido mucho en estos años. Incluso pese a la recalcitrancia de doña Hebe y sus barbaridades cotidianas. Antidemocrática, amenazante, defensora de los crímenes del terrorismo no solamente argentino.
Probablemente una parte de la población coma vidrio. Ello dejando de lado a quienes fueron víctimas del accionar de un grupo de militares nazifascistas como los que operaron en la Argentina, empezando por el
propio Perón, aunque luego vengan a censurar el episodio de Los Simpson.
Pero la mayoría de la gente, pese a la distribución de ignorancia de los grupos sindicales encargados del "gremio" de los maestros, sabe de qué se trata. Puede verlo en Internet. Y si no tiene compu, en un locutorio.
No hay como la tecnología para terminar con la mentira.
Y lo de Cristina en Cuba es una mentira. No caben dudas.
Y ni hablar lo de Venezuela.
Héctor Trillo

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