jueves, 22 de abril de 2010

PROIYECTO SUR


PARA QUEDARSE CON SUS VOTOS

Kirchner quiere proscribir a Proyecto Sur y empieza por acusar a Lozano

La detención de Roberto Larrosa por robo de información sería el primer paso.

Por Guillermo Cherashny

En noches de fantasía, Néstor Kirchner soñaría con obtener el 40,1% de los votos en las presidenciales del 2011. Cuenta con encuestas dudosas que le dan el 22% contra el 22% de Julio Cobos. Pero, en realidad, los encuestadores oficiales le tiran el margen de error a favor cuando en verdad tendría sólo el 18%. En los planes de resurgimiento que se sueñan en Olivos con las reservas más los adelantos transitorios y ganancias del BCRA y del Anses, el matrimonio presidencial piensa tirar dinero al mercado y fomentar el clientelismo populista. Siguiendo este razonamiento, el kirchnerismo habría llegado a la conclusión de que, para que sus planes tengan éxito, debe sacar de la cancha al centro izquierda de Pino Solanas, Claudio Lozano, Miguel Bonasso y Victoria Donda, entre otros diputados más que totalizan 15.

El ex presidente está dispuesto mediante la reforma política a proscribir a ese sector, ya que las exigencias de la nueva ley llevarían a la caducidad de numerosos partidos de centro izquierda. En el caso de que se realicen finalmente las internas abiertas, simultáneas y obligatorias, el gobierno piensa que Proyecto Sur no logrará que 300.000 personas -que es lo que exige la Ley- voten en su interna. De ser así, Solanas quedaría fuera de carrera.

La reforma no cierra

Pero el santacruceño no piensa suicidarse; sabe que, si se realiza la interna abierta, cualquier peronista que lo enfrente le puede ganar, porque todo el antikirchnerismo podría contra él en esa interna. Por eso muchos suponen que Kirchner descarta aplicar la reforma política aunque proclame en público lo contrario.

La reforma puede caerse por vía judicial -hay un amparo prosperando en el Juzgado Federal de Formosa- o porque el Senado termine coincidiendo con la mayoría en Diputados, que votó por la derogación de la reforma, entendiendo que el Ejecutivo no vetó dos artículos sino que promulgó parcialmente la ley. De ser así, el PJ llamaría a internas cerradas, pero con la junta electoral de su parte, Kirchner proscribiría a Duhalde u otro peronista y terminaría imponiéndose el dedo y el ex presidente finalmente sería el candidato único del peronismo y trataría entonces que la justicia electoral le complique el camino a Proyecto Sur, con la idea de dejarlo fuera de la contienda electoral. En la Casa Rosada dan por hecho que los votantes de Solanas volverán al redil si éste no puede ser candidato.

Como con las escuchas de Macri

El primer paso de esta audaz estrategia habría sido atacar a Claudio Lozano como autor del robo de información privilegiada para empezar a comparar el caso con las escuchas telefónicas de Mauricio Macri y Ciro James. La idea es descalificar a Lozano ante la opinión pública como autor de actos de espionaje.

Pero la opinión pública no es tonta. Como explica la filósofa contemporánea Amalia Granata, este gobierno vive en una nube de pedos que le afecta el sentido común. La gente a lo sumo piensa que el "espionaje" de Claudio Lozano consiste en obtener información veraz sobre las cuentas públicas que son manipuladas por el INDEK o sobre las operaciones de corrupción del gobierno con el canje de deuda. Así es que el ataque a Proyecto Sur, lejos de favorecer al gobierno, acercaría la sociedad a la oposición parlamentaria. La furia del diputado bonaerense contra ese sector político se debe a que suma un 12 o 15% a nivel nacional que los K creen que es propio, ganado con su política de derechos humanos. Ahora, el plan número uno pasaría entonces por hacer desaparecer del mapa a Proyecto Sur y que ese espacio sea cubierto por Martín Sabatella y Carlos Heller, fieles satélites. Como dijimos al principio, los sueños y hasta los delirios están a la orden del día en las largas veladas en la residencia de Olivos.

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