lunes, 19 de abril de 2010

USURA


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NI PERONISTAS, NI MONTONEROS; LOS KIRCHNER SON USUREROS (Segunda Parte)

Por Luis F. Calviño y Víctor E. Lapegna



Judas Iscariote fue uno de los apóstoles de Jesús de Nazaret. Siguió a su maestro durante su predicación por Judea y Galilea y, según los Evangelios, fue el apóstol traidor que reveló a los miembros del Sanedrín el lugar donde podían capturar a su Maestro sin que sus seguidores interfiriesen, tal como había anunciado el propio Jesús durante la Última Cena. (Mateo 26:14-75 y Lucas 22:20).



Su historia según los evangelios canónicos en El Evangelio de Juan expone un antecedente importante de la traición de Judas: la malversación de fondos.

“Judas era el tesorero y robaba el dinero destinado a los pobres” (Juan 12:6).





Al Estilo Soviético, los Kirchner Encubren la Usura con un Discurso de “Izquierda”



Ha de admitirse que hacer uso y abuso del gobierno del Estado para conformar un poderoso grupo económico, no es un procedimiento original de los Kirchner ni en la Argentina, ni en el mundo.



Al fin y al cabo eso es lo que hicieron y hacen jeques petroleros, dictadores africanos o asiáticos.



En cuanto a la técnica de usar testaferros para ocultar a los verdaderos propietarios de grupos económicos, su aplicación fue afinada a grados cercanos a la perfección por la cúpula soviética, que así logró disimular la expansión de sus intereses en países de Occidente.



La eficacia de la URSS para aplicar procedimientos de velo y encubrimiento que disimularan la expansión de sus intereses económicos en el exterior, fue muy notable en la Argentina, al punto que la presencia entre nosotros de muy fuertes grupos económicos de testaferros soviéticos o de asociados a intereses soviéticos fue y es casi del todo ignorada por la mayoría de la opinión pública, pese a que tuvo dimensiones iguales e incluso superiores a la de grupos económicos británicos, estadounidenses, italianos, alemanes o franceses radicados en nuestro país o a la de grupos locales asociados a esos intereses externos.



Es perceptible también la semejanza del sistema kirchnerista de ejercicio del poder político con algunos métodos soviéticos, en cuanto a tratar de disimular el objetivo esencial de acumular riquezas para sí mediante un despotismo centralista, usurario y rapaz; con el uso de un discurso encubridor de tono progresista, setentista o de izquierda, hecho de apelaciones contra el “capital concentrado” y la “oligarquía”, tan falsas como su defensa de los pobres, de la justa distribución del ingreso y de los derechos humanos.



Que esas falacias de los K hayan sido creídas por muchos compatriotas no puede sorprender si se tiene en cuenta, por dar un ejemplo, que Stalin – cuyo ejercicio del poder dictatorial lo califica para ser el mayor criminal de la historia, al menos en términos cuantitativos - y fue presentado por el sistema comunista de desinformación como el “padrecito de los pobres”, el “adalid de la paz” y el “campeón de los derechos humanos” y todas esas mentiras monstruosas fueron verdades axiomáticas para millones de personas de todo el mundo, entre ellas muchos artistas, intelectuales y científicos que integraban la pléyade del progresismo.



Tal vez una de las paradojas más monstruosas de la historia haya sido que muchas de las víctimas de las “purgas” stalinistas, al momento de ser asesinados por orden de Stalin, gritaran “Viva Stalin”.

Pero sería un error deducir que esa similitud entre el régimen kirchnerista y ciertos métodos soviéticos expresa alguna adhesión del matrimonio gobernante al “relato” (por usar un término de moda) marxista - leninista que sirvió de ideología de sostén a la nomenclatura que dominó la URSS.



Aunque algunos intelectuales críticos del que llaman “poder destituyente” quieran darle cierta base teórica a la gestión del actual gobierno, los K no adhieren a ninguna cosmovisión para interpretar la realidad y sus coincidencias con las técnicas aplicadas por la cúpula soviética podrían hacerse extensivas a todos los sistemas de dominación política que, como sucede en la Argentina actual, reniegan del valor de la palabra para decir la verdad y hacen de la mentira y el doble discurso el recurso esencial de su comunicación con la sociedad. Son Usureros.




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“Si a las tres de la mañana el virrey no ha renunciado, lo arrojaremos por la ventana de la fortaleza”. Gral Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano 1810.

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