lunes, 31 de enero de 2011

ASALTO A LA ALCANCÍA


La diferencia entre lo público y lo privado no parece estar demasiado clara para este ejecutivo que hoy está en el poder, muchas son las muestras de total desprecio por las normas y las formas que el kirchnerismo ha dado en estos últimos años.
Aún no se ha olvidado la utilización de medios públicos que el hoy extinto ex presidente hizo en las pasadas elecciones, cuando se trasladaba de mitin a mitin con el helicóptero presidencial o utilizaba equipos técnicos de canal 7 para cubrir dichos eventos cuando no ocupaba ningún tipo de cargo en el gobierno más que ser el primer caballero.
Otro caso paradigmático fue la utilización que la primera damita hizo durante mucho tiempo, desde la concurrencia a clase en el helicóptero de la presidencia hasta la frívola utilización del tango 01 para asistir a la fiesta de cumpleaños de una compañera de la primaria, como si de un asunto de Estado se tratara.
Estos ejemplos dados son más que suficientes para demostrar claramente el problema conceptual que alberga el kirchnerismo frente a la específica separación entre lo público y lo privado, aunque no son más que ejemplos banales, que dañan a la forma pero no al fondo.
Otro problema que no es tan trivial sino más bien todo lo contrario, es la incapacidad para entender y respetar las diferencias existentes entre el gobierno y el Estado, el kirchnerismo tiende a confundir con demasiada frecuencia una cosa con la otra mostrando un desprecio absoluto o una ignorancia suprema por las leyes que rigen a este país.
Desgraciadamente los ejemplos de esto último están por doquier, todos los días los argentinos sufren una nueva afrenta en este sentido, hasta tal punto que ya empiezan a estar acostumbrados o lo que es aún peor, a dejar de ver el groso error en el que se incurre.
La utilización sistemática que el ejecutivo hace de las reservas del Banco Central o de los fondos de la ANSeS demuestra sin dudas que esta fundamental diferencia no es tenida en cuenta para desgracia del país todo.
En esta época pre electoral es preocupante el destino que tendrán esos fondos duramente adquiridos, pensar que el fondo destinado a brindar tranquilidad a los jubilados termine financiando cartelería proselitista no es un tema menor, es más bien un crimen sin castigo.
El problema radica es que estos excesos se suelen heredar, los que tendrán que enfrentar las consecuencias de estas irresponsabilidades son los próximos gobernantes, si es que la cordura prevalece y en los próximos comicios la ciudadanía jubila finalmente a estos irresponsables que a pesar de ser solo un gobierno tienen a pensar que son el mismísimo Estado.
Ricardo.g.medrano@hotmail.com

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