miércoles, 19 de enero de 2011
KONFLICTOS
MIENTRAS RECRUDECEN LOS CONFLICTOS SECTORIALES
Después de la gira, CFK seguiría esquivando las definiciones
Por el Dr. Carlos Tórtora
A su vuelta de Turquía y en los umbrales del calendario electoral, CFK se encontrará con un escenario en plena transformación. Desde la muerte de Néstor Kirchner y hasta la semana pasada, tanto el campo como el sindicalismo prácticamente no habían presionado al gobierno. El paro dispuesto por la Mesa de Enlace es un precedente riesgoso en un año electoral. Es que, si el conflicto escalara en plena campaña presidencial -o durante las internas-, podría tener un costo en votos.
En cuanto a los reclamos salariales, Hugo Moyano está objetivamente presionado, porque tanto Luis Barrionuevo como Pablo Micheli lo corren con pedidos de entre el 30 y el 35 por ciento. El camionero está postergando sin fecha las reuniones con la UIA por el cada vez más lejano acuerdo social. Pero además, actúa con cada vez más seguridad frente al gobierno. Según fuentes cegetistas, Moyano teme cada vez menos que desde Olivos se impulse su procesamiento en la causa de la mafia de los medicamentos. La razón es muy simple: a medida que se acerca el calendario electoral, el costo de castigar judicialmente al jefe de la CGT y del PJ bonaerense, se volvería en contra del propio gobierno. Con este cálculo, Moyano estaría convencido de que en Olivos se van quedando poco a poco casi inermes.
En otro campo, Daniel Scioli también advertiría que el kirchnerismo lo necesita demasiado como para devaluarlo políticamente. Es así que en su entorno siguen adelante con el armado electoral preparándose para resistirse a la arremetida que prepara la Casa Rosada para digitar las listas de candidatos.
Un error difícil de corregir
Un capítulo aparte es lo que le espera a la presidente con la seguridad. La escalada de hechos delictivos resonantes, particularmente en materia bancaria, está limando la única decisión sobre la seguridad que tomó Cristina en tres años: designar a Nilda Garré Ministro de Seguridad y crear ese Ministerio. En este punto, el kirchnerismo va camino a la profecía autocumplida. Para evitar un supuesto complot policial en su contra, el gobierno intervino la Policía Federal y empezó con las purgas. De ese modo, termina alimentando la crisis policial con riesgos cada vez mayores en un año electoral. El escándalo del vuelo del Challenger 604 cargado con cocaína subió la crisis de seguridad a un nivel que preocupa en EEUU y Europa. Un organismo de inteligencia maneja ahora la hipótesis de que la escala del Challenger en la isla de Sal tuvo por fin descargar parte de la droga. De ser así, la cantidad embarcada habría sido mucho mayor que los 940 kilos decomisados en Barcelona. La hipótesis se basa en el enorme crecimiento del ingreso de droga vía África a distintos países del sur de Europa.
La idea sería dilatar las definiciones
Mientras crecen las expectativas sobre el impacto que pueden tener estos hechos sobre la situación general, la trama política viene reproduciendo un esquema similar al que existía en vida de Néstor Kirchner. Prácticamente todos los candidatos opositores están actuando en función de dar por sentada la candidatura de CFK. Y hasta cierto punto sus estrategias dependen de que esa candidatura se concrete, porque se preparan para confrontar con ella. Justamente ésta es una de las razones centrales por las cuales la presidente demoraría al máximo la definición sobre su postulación, para no revitalizar a sus contendientes.
En lo que hace a las medidas de gobierno, la presidente se propondría anunciar en febrero un plan nacional de seguridad y tratar de reflotar el empantanado acuerdo social. Con crecientes conflictos sectoriales y bastantes dificultades para ejercer el poder en forma directa, Cristina podría inclinarse por seguir escapándole a las definiciones y mantenerse distante del aparato del PJ, rodeada por su guardia pretoriana de la Cámpora. El pronóstico de los encuestadores contratados por el oficialismo indicaría por otra parte que, luego de la fuerte caída registrada en diciembre, la intención de voto a CFK se estaría amesetando en un 30 por ciento y los más optimistas hasta hablarían de la posibilidad de un alza.
Los que esperan novedades resonantes después de la gira, es probable entonces que se vean decepcionados.
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