lunes, 10 de enero de 2011

BILLETES...BILLETES....


FALTAN BILLETES PERO NO DINERO, UNA SUTILEZA INÚTIL EN LA PRÁCTICA

Sigue el corralito y hay riesgo de que empiece el retiro de depósitos

Por Guillermo Cherashny

Los primeros 10 días de enero serían iguales o peores que todo el mes de diciembre pasado en lo que hace a la disminución de la imagen positiva y la intención de voto de CFK. La expectativa de este derrumbe para los días que vienen sería igualmente oscura, especialmente en lo que se refiere a la falta de billetes. Es que la parte que falta de los emitidos en Brasil y la probable producción de la planta de Ciccone no garantizan todo el abastecimiento de efectivo que reclama la demanda del público. Esta situación duraría hasta que se tome la decisión de emitir billetes de 200 y 500 pesos. Pero el peligro que asoma es que la gente empiece a comparar el actual corralito con el de fines del 2001. En aquel momento, con ley de convertibilidad vigente, el BCRA no podía darles redescuentos a los bancos; en cambio, ahora, no les puede entregar billetes. Técnicamente lo que falta no es dinero sino billetes, es decir, que la cantidad que se imprime no alcanza para satisfacer la demanda. Pero puede ocurrir entonces que el público no distinga entre estas dos situaciones. En la práctica, los perjuicios para el consumo y las más elementales operaciones es tan grave como si faltaran dinero y billetes.

El caso es que algunos especialistas ya trabajan sobre la hipótesis de una corrida bancaria y cambiaria y el dólar paralelo ya se vende a 4,15 por la falta de billetes. Claro está que la actual dispersión de la clase media en los centros de veraneo en alguna medida atenuaría el riesgo de un retiro masivo de depósitos, pero si la escasez de billetes se prolonga varias semanas más, podrían agravarse las reacciones.

Las barbas del vecino

La hipersensibilidad de los depositantes argentinos no sólo está avalada por abundantes antecedentes sobre las medidas tomadas por los gobiernos en retirada. En las últimas semanas se produjeron señales regionales que inquietan en el mercado local. El plan de ajuste puesto en marcha por Hugo Chávez produjo una reacción de desconfianza que se tradujo en el aumento de retiros de depósitos de los bancos. El viernes pasado, los temores quedaron justificados: el presidente venezolano anunció su decisión de devaluar el tipo de cambio de la moneda de su país con respecto al dólar de 2,15 bolívares fuertes por dólar a 2,60. Ésta será la referencia para las importaciones del sector público, de alimentos, de maquinarias e insumos del sector salud. Chávez también ha dicho que establecerá un segundo tipo de cambio para el dólar petrolero, que será de 4,30 bolívares fuertes por dólar. Todo esto en el marco del férreo control cambiario establecido en Venezuela desde 2003.

Por su parte, el malogrado tarifazo de combustibles dispuesto por Evo Morales llevó a que, en pocos días, se registraran retiros de depósitos por U$S 200 millones.

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