domingo, 30 de enero de 2011
VIEJOS POLVOS
GARRÉ INTENTARÍA FRENAR LA INVESTIGACIÓN DEL NARCOGATE
Cambios: CFK piensa en Bettini, Righi, Nisman y Alberto Fernández
Por Carlos Manuel Acuña
La presidente estaría próxima a efectuar nuevos cambios en el gabinete, en un clima de creciente tensión que influiría en el estado de sus nervios y obligaría a crecientes cuidados médicos. En el círculo más intimo de Olivos las discusiones irían subiendo de tono en torno a los nombres de los que deben irse o quedarse y, además, sobre el operativo clamor y qué estrategia electoral llevar adelante. Allí los optimistas esperan que las encuestas de la última quincena muestren cierto rebote de la presidente. De ocurrir esto, se daría por terminada la caída que empezó en la primera semana de diciembre. Con relación a los cambios, la ronda de nombres es amplia. Una versión confiable indica que el ideólogo jurídico del gobierno, el Procurador General de la Nación, Esteban Righi, podría hacerse cargo del Ministerio de Justicia, donde Julio Alak más bien languidece. Righi es un ícono de la izquierda y del setentismo, algo así como una garantía ideológica.
Para la Procuración, se menciona a Alberto Nisman, un fiscal muy especial, ya que se ocupa del caso AMIA. De concretarse, la designación de Nisman debería interpretarse como un intento de privilegiar la relación con el Departamento de Estado, ya que aquél actúa en estrecha relación con altos funcionarios de la administración de Obama. La causa AMIA es la perla de las relaciones con los EEUU y el único tema por el cual el gobierno recibe elogios públicos por parte de la Casa Blanca. Nisman es el ex marido de Sandra Arroyo Salgado, la resonante jueza federal de San Isidro que, entre otros casos famosos, interviene en el proceso que investiga la identidad de Felipe y Marcela Herrera de Noble.
La caída de Alak acompañaría la de su jefe político, Aníbal Fernández, cuya renuncia ya fue anunciada tantas veces que parece perder credibilidad. Carlos Bettini es nuevamente mencionado para Jefe de Gabinete. El embajador en España tiene un rol central en la cocina de los cambios y está liderando la postura anti reelección. Si se convirtiera en el ministro más importante, esto sería una señal de que CFK se inclina por retirarse del poder, tal como en privado le prometería a Bettini. Éste se estaría entendiendo con Alberto Fernández, que el día después de la muerte de Néstor Kirchner inició su proyecto de retorno a Olivos. Se encontró con no pocos escollos, entre los que cuales figuraron Aníbal Fernández y Máximo Kirchner. Ahora, el ex Jefe de Gabinete habría encontrado más espacio para moverse y hasta se lo menciona como candidato para reemplazar a Héctor Timerman, hoy abrumado por la escasa importancia que Washington le otorga a Buenos Aires en su diplomacia regional. Éstos y otros cambios en marcha se precipitarían en los próximos días por una sencilla razón. En marzo empezará la pelea electoral y la presidente quiere tener antes un gabinete en condiciones de soportar la campaña electoral.
Garré, cada vez más complicada
La investigación del narcogate que involucra a oficiales de la Fuerza Aérea sigue siendo el tema más sensible para el gobierno, por su repercusión externa. La decisión del juez penal económico Alejandro Catania de citar a declarar a una veintena de oficiales de la Fuerza Aérea inquietó al ministro de Defensa Arturo Puricelli, quien sostiene la tesis opuesta a la que el gobierno enarbola en materia de derechos humanos. Dice el ministro que el hecho de que haya integrantes de la fuerza involucrados no afecta en lo más mínimo a la institución.
Pero la realidad es que la que se sentiría más afectada es la antecesora de Puricelli y hoy Ministro de Seguridad, Nilda Garré. A ella, fuentes del gobierno le adjudican un claro interés en frenar la investigación judicial -o por lo menos desacelerarla. La causa de este interés sería evitar que salgan a luz detalles de su gestión en Defensa y en particular de sus vinculaciones con ciertas actividades de la institución. El hombre clave en la relación con Garré sería el Jefe de Estado Mayor Conjunto, Brigadier Jorge Alberto Chevallier. Del mismo modo, se menciona que un hijo de éste tendría además una estrecha relación personal con la ministro. A todo esto, un organismo de inteligencia extranjero estaría convencido de que la tonelada de cocaína que terminó en Barcelona habría ingresado a la Argentina a través de un vuelo desde Perú. En cantidad de tráfico de cocaína al exterior, Perú se ubica hoy tercero detrás de Bolivia y México y por delante de Venezuela y Brasil.
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