martes, 8 de febrero de 2011
SI ME TIRAN.....
“SI ME TIRAN, TIRO”.
No es Aldo Rico, un personaje que goce de mi simpatía. Sus modos, y por sobre todo su arrogancia, en nada se compadecen con los de un hombre con el que podría llegar a tener siquiera una mínima relación, no sexual, obviamente. Pero, y por aquello de “al pan, pan, y al vino, vino”, me pregunto hasta que punto se puede cuestionar su frase del encabezado, cuando fue interceptado y atacado a balazos, al momento que conducía su vehículo, acompañado de su núcleo familiar. Ya transcurridos tres o cuatro días del hecho que le tuviera por protagonista, el periodismo sigue cuestionando su frase del encabezado, o poniéndola en tela de juicio, respecto al mensaje que pueda ser recogido por todo aquel que se llegara a encontrar en una situación similar, extrema.
Aldo Rico, es un hombre de Armas, y de armas llevar. Evidentemente, sabe hacer uso correcto de ellas, y el gran pecado que parece haber cometido, es el haber actuado prontamente, en defensa de su vida y la de sus seres más queridos. ¿Debió acaso haberse entregado mansamente, dejando su vida y la de éstos libradas a la voluntad de los agresores?. ¿Qué puedo esperar de un grupo mayor de forajidos que me atacan a balazos?. En lo personal, y más allá del resultado, tengo la convicción que de haber actuado de otra manera, el resultado habría sido luctuoso, cuando menos para él y su familia. Tampoco tengo dudas que más de uno hubiera festejado semejante desenlace, por sobre todo aquél o aquellos consustanciados con los DD.HH que solo han conseguido “hacer base” en nuestro país, evidentemente empeñados en acudir en defensa del homicida – producto de una sociedad que los marginó -, y conceder a la víctima, el simple lugar de “consecuencia”. Si de robustecer aún más la idea se trata, tómese el trabajo de hacer un repaso de los nombres y apellidos de los hombres y mujeres que se arrogan semejante condición. ¡Sí; es cierto que día que pasa, más se desacreditan!; pero no es menos cierto que el daño que han causado , carece de retorno, y lo que es peor aún, habida cuenta de la realidad, la sensación es que todavía les queda mucho por hacer.
Ergo: Aldo Rico, quien no goza de mi simpatía, actuó conforme a derecho, haciendo uso legítimo de su defensa…SI ME TIRAN, TIRO. Lo demás es puro cuento, y si hacemos un repaso de la suerte corrida por aquellos que no tuvieron otra opción que la de entregarse “mansamente”, llegaremos a la penosa conclusión que se hace innecesario desarrollar.
Ricardo Jorge Pareja
parejaricardo@hotmail.com
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