lunes, 25 de julio de 2011

TENÍA QUE SUCEDER




Por Malú Kikuchi (25/7/11)


“[..] Se puede hacer cualquier cosa, lo que no se puede es evitar las consecuencias”, decía John Maynard Keynes. Por lo tanto, lo que tenía que suceder, comenzó a suceder. Y como casi todo se hizo mal, los malos resultados empiezan a verse.

Política de cabotaje. El gobierno le otorga a una fundación destinada a la defensa de los DDHH, manejada por personas no aptas para dirigir una empresa constructora, $765 millones de los contribuyentes. Son los “Sueños compartidos” de Madres de plata de Mayo, un disparate original “made in argentina”.

El dinero y la construcción de casas para los necesitados, quedan en manos de un doble parricida, que a su vez es auditado por una exministra de economía, procesada por esconder y no poder explicar, el contenido de una bolsa con dólares, euros y pesos, escondidos en el baño de su oficina.

El final era previsible. Un fraude monumental a las personas que esperaban una casa, a los trabajadores (se construyó un 30% de lo pactado/pagado) que no cobraron sueldos, ni aguinaldos, ni indemnizaciones por despido y a los que financiamos la fiesta.

La madre nacional, mamá Hebe, deja de ser un ícono para la política de los DDHH tuertos, el gobierno le quita el manejo del plan de viviendas a la fundación, que queda totalmente desprestigiada. Tenía que suceder.

Política de cabotaje. Finalmente, después de 10 años de vejaciones a 2 huérfanos víctimas de su orfandad y culpables de haber sido adoptados por la dueña del hoy archi enemigo “Clarín”, a través del ADN comparado con infinitos ADN del banco de datos genéticos, se comprueba que no son hijos de desaparecidos.

La abuela nacional, nona Estela Barnes de Carlotto, ofuscada, mintiendo descaradamente, ¡gracias a Dios hay archivos de todo lo que dijo en años pasados!, sigue sin aceptar los hechos, insiste en continuar comparando ADNs con las generaciones por venir.

Se lamenta que ninguno de los chicos Noble Herrera sea hijo de desaparecidos. Nona Estela, otro ícono idolatrado por la política de los DDHH tuertos, ¡candidata al Nóbel de la Paz!, cae en desgracia. La verdad le saca la careta, le impide seguir vendiendo dulzura falsificada y aparece tal cual es. Tenía que suceder.

Política de cabotaje. El ejecutivo nacional se compró casi todas las encuestadoras y casi todas le vendieron encuestas acordes a lo que quería leer. No saben encuestar, o las encuestas mentían. El FPV esperaba una buena elección en la ciudad de Buenos Aires. No fue.

El ejecutivo apostó al desgaste de los 4 años del gobierno de Macri. Apostó a todas las interferencias que le impuso a la ciudad, desde no traspasar la policía, al problema de la seguridad, los cortes diarios, las huelgas docentes digitadas, hasta el invento de las escuchas.

Cristina tuvo que conformarse con Filmus como candidato, al que no le perdona una cierta autonomía en el tema ley de glaciares, pero en el FPV era el que medía mejor. Trataron de disfrazar la fenomenal derrota de todas las formas posibles. No pudieron. ¡19 puntos de diferencia son muchos! Demasiados. Tenía que suceder.

Política internacional. El enfrentamiento con los EEUU viene de lejos, no es un invento de este gobierno, aunque lo exacerbe. El sentimiento antiamericano de los argentinos tiene una larga historia, desde el tiempo en que intentábamos competir, hasta hoy, en que el fracaso nos abruma.

Más allá de la dicotomía de los argentinos que odian a los EEUU, pero sueñan con llevar a sus hijos a Disney, hacer compras en Nueva York y contar los espectáculos que vieron en Las Vegas; que ahorran en dólares, ven cine y series americanas y compran sus best sellers, el gobierno K los irrita gratuitamente. Ni relaciones carnales, ni esto. Se requiere respeto entre ambas naciones.

El país del norte tiene muchos y muy serios problemas de todo tipo, económicos, financieros, políticos, sociales e internacionales; pero cuando un mosquito, léase Argentina K, zumba y zumba y zumba, dando vueltas alrededor, en algún momento, alguien reacciona.

Desde el insulto a George W. Bush durante la XX Cumbre Iberoamericana, Mar del Plata 2005, con la contra cumbre liderada por Chávez, secundada por Maradona y D´ Elía y con la explícita complacencia de Kirchner, EEUU anota en su memoria y no olvida.

No importa que Bush sea republicano y que Obama sea demócrata, ambos presidentes de los EEUU donde las políticas de estado existen y la nación importa más que un partido. Si se ofende a un presidente, se ofende a EEUU. Si a ese disparate le sumamos un canciller, que alicate en mano rompe el candado de una valija diplomática de EEUU en pleno aeropuerto de Ezeiza, después de haber firmado como embajador la entrada de esa valija al país, las tonterías empiezan a molestar.

Si además le sumamos que el GAFI, entidad internacional para evitar el lavado de dinero, y la ONU, y el Departamento de Estado de los EEUU le hacen serios reproches a la Argentina por su permisividad en cuanto al narcotráfico, la trata de personas y el lavado de dinero, la molestia empieza a dejar de ser molestia para convertirse en problema.

Y por si esto fuera poco, Argentina anda en malas compañías. En el continente, nuestros amigos del alma no son ni Colombia, ni Brasil, ni Chile, ni Uruguay. Preferimos Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia. El club de los chicos malos para las democracias.

Sólo en julio, 2 veces el congreso de EEUU ha puesto en la picota a la Argentina. Advierten que “no integra el abanico de los países que acatan las normas internacionales y promueven en profundidad los valores de la democracia”. La sanción para Argentina la pide Connie Mack, republicano, diputado por Florida y presidente del subcomité para el Hemisferio Occidental de la comisión de RREE.

La sanción concreta, no tiene importancia: consiste en suprimir US$96 millones anuales de ayuda para capacitación y desarrollo que recibe Argentina del Departamento de Estado. La sanción es apoyada por algunos diputados demócratas, que se preocupan “por la libertad de expresión en la Argentina, donde una legislación regulatoria enmascaró en realidad un intento por controlar a la prensa.” Las malas compañías pesan demasiado. Los ejemplos de Cuba, Venezuela y Ecuador están demasiado cerca.

El hecho de estar del lado de los poco democráticos, de los que no respetan las libertades individuales, de los que atentan contra la prensa, de los que expropian y regulan en nombre de un estado todopoderoso e ineficiente, de los que digitan la economía y terminan estrangulándola, no es un buen indicio y saca a la Argentina del universo de los países serios.

¿Quién, en estas condiciones va a invertir en el país? Un país que necesita inversiones serias y a largo plazo en materia energética. En vez de esperar inversiones, los argentinos compran dólares y los llevan afuera. Kirchner también compraba dólares. De a 2 millones. Lo que tenía que suceder, está sucediendo.

Se han hecho muchas cosas y se las ha hecho mal. Las consecuencias no se pueden evitar, pero se pueden morigerar. Es tiempo de elecciones. Si se vota pensando en la Argentina del mañana, hay esperanzas de cambio. Los votos deciden.


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1 comentario:

carancho dijo...

Los votos deciden, y estamos demostrando a estos cràpulas que clase de paìs queremos.
Que no es el que ellos intentan mostrarnos.