Dice un graffiti: "Lo peor no es que los políticos nos mientan, sino que les creamos".
La verdad es tan sencilla como la frase de esa pared.
Si nos detuviéramos por un instante a escuchar o leer sin apasionamientos que nos son propios por naturaleza, quedaríamos asombrados de la cantidad de mentiras que a diario se nos dice.
Lo peor es que persiguen un fin económico escondido en apariencias altruístas.
El presidente nos quiere hacer creer que después de él: la nada, excepto su esposa Cristina heredera del legado sagrado de salvar el país.
¿Por qué no creerle?
Sencillo, las palabras valederas están refrendadas por las acciones, los hechos son los que demuestran las verdaderas intenciones.
Si al matrimonio Kirchner le interesa tanto el bienestar de los argentinos deberían desprenderse aunque fuese en parte de sus bienes.
Cristina debería de ser austera y sencilla pero la vemos con costosas ropas y joyas.
Por supuesto que no va a vestir como una pordiosera, nadie le pide eso, tan solo el recato moral de quien pretende hacer un cambio profundo en una sociedad donde miles de pobres aún revuelven la basura para comer.
Por eso las intenciones dichas en palabras mueren asesinadas por los actos impiadosos de este gobierno que nos quiere hacer creer que es nuestra salvación.
Un gobierno que con descaro total se hace cargo de las cosas positivas, así no sean producto de sus planes sino de la casualidad como lo es la explosión del desarrollo económico mundial que tanto lo ha favorecido.
Lo negativo siempre es culpa de los otros, la crisis energética, la inflación, la inseguridad, es como si ellos se hubiesen hecho cargo ayer y no llevasen cuatro largos años de gobierno.
Si los precios suben echen a los empleados del INDEC, si los medios de prensa critican comprarlos y si no acceden acusarlos de golpistas, si falta energía echarle la culpa a Menem a quien ellos apoyaron y con quien se beneficiaron.
Si la mala publicidad por sus acciones es imposible de ocultar siempre está a mano el viejo recurso de distraer a los ciudadanos con las noticias amarillas o los escandalosos programas de televisión o la oportuna recuperación de un hijo de desaparecido o el juicio de algún represor.
Así los Kirchner hacen honor al graffiti y nosotros también.
Fte:Tabano
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