AY VENEZUELA

Carta de una hermana franciscana capuchina desde Caracas - Venezuela


Río Tercero, Córdoba, 19 de noviembre de 2007

Muy queridos Hermanos y Hermanas: Paz y Bien a todos.

Les estoy adjuntando un comunicado que nos ha llegado de la Conferencia de Religiosos de Venezuela, compartiéndonos la situación por la que atraviesa el país. Hagamos eco con nuestra oración fervorosa, pues la realidad es complicada y muy dolorosa. Nuestras Hermanas, presentes en Venezuela, ya han sido objeto de atropellos en la propia Curia Provincial, y de malos tratos por la calle. Les transcribo su testimonio:

"Les escribo ésta para comunicarles que la situación del país se está complicando cada vez más. Estoy no solo preocupada, les confieso que tengo miedo. (Aunque me resuena constantemente el "YO ESTOY CON USTEDES", y quiero serle fiel).

Ayer se realizó una marcha muy nutrida de estudiantes por la Av. Panteón, detrás de casa, como habían muchos policías, los violentos afectos al presidente atropellaron personas, atracaron todo lo que podían y llegaron hasta nuestra casa, lanzaron dentro, en el pasillo que queda en la entrada, por la puerta de hierro, un cohetón de pólvora con clavos, vidrios.

La explosión rompió los vidrios, se llenó la casa de olor a pólvora, nos insultaron todo lo que les dio la gana, fue horrible, vi el odio en esas personas. Desde los edificios la gente les gritaban que no nos hicieran daño, y le respondieron con improperios, les lanzaron piedras, palos, cavillas, de todo lo que cargaban.

De verdad es impresionante ver cómo ellos responden a lo que el mismo Chávez les dice que hagan. Llamamos a la policía, vinieron y nos dijeron que esa era gente mandada por el gobierno, y que ellos nada podían hacer.

También comunicamos al Cardenal, él me dijo que habían ido a la Casa de la Conferencia hoy, y habían prendido (dado fuego), a un muñeco que lo representaba a él. También que en la madrugada habían entrado a una Iglesia en Antímano y la profanaron.

Vamos por la calle y nos persiguen, nos insultan, nos hostigan. Este es un ambiente muy tenso, doloroso, de tensión. Ayúdennos con la oración, para que seamos testigos de los valores del Reino."

(Hna. Arelys Martínez, Terciaria Capuchina, Superiora Provincial, 9 de noviembre de 2007.)