PANORAMA SEMANAL
DESPEJADO EL TABLERO, EL ENEMIGO SIGUE ADENTRO
Por Gabriela Pousa (*)
Desde el 28 de Octubre pasado, la política argentina parece haber comenzado su receso de verano, lo que no puede definirse todavía es si acaso, la oposición se está tomando un tiempo de gracia tras su aplazo para volver a rendir en Marzo, o si esta “liberación” del escenario es un regalo más para los otros 4 años de gobierno kirchnerista. Hay ausencias notables y silencios extraños que abren paso a fundadas dudas acerca de lo que sucede con los actores políticos que, mal o bien, recibieron un aval de más del 50% del electorado, es decir que recibieron un respaldo mayor en su conjunto al que recibiera Cristina Fernández de Kirchner.
Alguna responsabilidad les cabe a quienes durante la campaña prometieron ser alternativa y no ahorraron críticas hacia la reelección encubierta que significó el armado de la fórmula oficialista. Sin embargo, apenas se escuchó días atrás la voz de Elisa Carrió opinando sobre el gabinete. Posteriormente, el ARI y la Coalición Cívica hicieron implosión. Hoy no hay certezas de acuerdos ni de apoyos concretos. Peor aún resulta el mutismo de Roberto Lavagna. Tanta puja por liderar el espacio opositor para que, habiendo pasado apenas 15 días de la elección, ya está vacante sin nadie que demande fehacientemente tomar el timón. En el caso del titular de UNA, el silencio abre paso a la especulación, y hay fundamentos para dudar si acaso su actitud responde al esmerilamiento o al proceso de cooptación que está llevando a cabo el gobierno. Quizás, Lavagna, esté considerando que pertenecer sigue teniendo sus privilegios…
Como sea, nada justifica dejar liberado al gobierno para hacer y deshacer a su antojo sin nadie que ejerza un poder de contralor y equilibre fuerzas como requiere una democracia real y concreta. No le está resultando difícil al oficialismo esmerilar, como se dice hoy en día, al “adversario”. En rigor, de verdad, vuelven a encontrar despejado el camino. Eso explica que no haga falta siquiera modificar caras ni metodología. Los actuales ministros han sido funcionales al primer objetivo kirchnerista: permanecer...
Los únicos obstáculos siguen siendo ellos mismos y sus pujas por los espacios de poder dentro de los despachos oficiales. Aunque las desavenencias en el seno del Ejecutivo sirven para distraer de los problemas que siguen sin resolverse (basta observar que pese a dos portadas de un principal matutino expresando que la prioridad de la sociedad es la seguridad, no ha habido aún respuesta oficial), las internas desgastan a la gente que debe hacerse cargo un periodo más de la administración nacional. Es evidente que, quienes no pudieron gobernar para paliar el flagelo de la violencia antes, tampoco podrán hacerlo ahora y el grado de tolerancia de la ciudadanía es comparable únicamente con el grado de intolerancia oficial a cualquier opinión adversa a sus filas.
En ese sentido, la ausencia de la oposición solamente sirve para que salga a la luz la desconfianza que reina en el grupo de funcionarios. El matrimonio presidencial no confía ni en su sombra, sin embargo, nada justifica que hasta los ministros y secretarios de Estado estén siendo espiados y controlados violando incluso las leyes y normativas. Todos contra todos o tal vez, la misma interna de siempre queriendo sumar espacios dentro del “nuevo” gabinete: Alberto Fernández versus Julio De Vido, Aníbal Fernández versus Nilda Garré y está contra el “jefe” del Ejército (valgan las comillas) Ellos denuncian y ellos desmienten simultáneamente. No se entiende demasiado pero si está claro que los recelos en el gabinete complican el segundo mandato kirchnerista. Cierto es que todo queda en trascendidos, declaraciones, desmentidas y silencio de radio. Se equivocan en las formas y en el fondo pero nadie paga el costo.
La oposición no factura, y la política comunicacional del kirchnerismo seguirá siendo el arma más poderosa a través de un mecanismo de “secado” de noticias por el cual, aquello que sucedió ayer, parece haber sucedido hace años, y maniobras de distracción que hacen que temas banales pasen a ser portada de grandes diarios. ¿Cómo se explica sino que una operación política entre dos ministros con un General de Inteligencia echado termine marcando el debate cotidiano? ¿Cómo puede decirse que hubo escuchas telefónicas y desmentirlas en menos de 48 horas? Nilda Garré ha dado pruebas contundentes de ineficacia en su cargo, sin embargo, es factible que, cuánto más afrentas reciba mayor sea el respaldo que consiga teniendo en cuenta el afán del matrimonio presidencial por mantener todo aquello que moleste al sector castrense. Basta observar como resiste el Jefe del Ejército con causas en su contra, con ausencia absoluta de respeto en sus filas y sin diálogo siquiera con la Ministro. ¿Cuántos uniformados podrían tolerar el mal trato, el ser denostado permanentemente y el ninguneo de sus pares y subordinados? No es la eficacia ni la capacidad lo que explica la continuidad de ciertos nombres sino la indignidad para agachar la cabeza y dejar valores, códigos y lealtades de lado.
El mismo estilo, la misma conducción es lo que espera a la Argentina. No sólo no se va ninguno de los funcionarios, sino que además vuelven otros. La impunidad que caracteriza al poder político en la Argentina amerita que Felisa Micelli regrese, por ejemplo, para administrar fondos públicos que suman unas cuantas bolsas como la del “error” que cometiera la ex ministra. Ahora estará a cargo de la administración de una sufrida organización que, misteriosamente, pasó a tener características más parecidas a la del rubro inmobiliario por la cantidad de hectáreas que, el mismísimo Presidente y su esposa, han dejado en sus manos. Cierto es que, dicha organización que lleva como emblema el pañuelo blanco y asesora legalmente Sergio Shocklender, merece por parte del oficialismo alguna suerte de gratificación teniendo en cuenta que ha sido la que prestó argumentos, protagonistas y elenco a los actos de gobierno cuando necesitó de un telón de fondo para ocultar realidades poco benéficas. En estos últimos días quedó claro que, madre y abuelas de Plaza de Mayo, seguirán ocupando ese rol, y que los Derechos Humanos continuarán siendo el caballito de batalla de un gobierno que representa sin eufemismos, la continuidad. Luis Patti era un eslabón necesario para ratificar que ese rumbo ante la sociedad toda. ¿Cómo se hace una defensa de los derechos humanos si no se está de acuerdo con la detención de un legislador sin banca pero electo democráticamente por el pueblo?
Desde la asunción misma de Néstor Kirchner a la Presidencia, en el 2003, la campaña proselitista en pro de la permanencia indefinida en Balcarce 50, se disfrazó de gestión. Cristina seguirá con la causa para la que fue elegida: el 2011 ya está en la mira. Sólo parece modificarse la sede de operaciones políticas: de Olivos y Balcarce pasará a instalarse en Puerto Madero, más moderno aunque menos populista…
Asimismo, pueden ya vislumbrarse cuales serán los “socios” que deberá “respetar” Cristina: la cohabitación con Hugo Moyano, aliado ya de Julio De Vido, Guillermo Moreno y hasta de Hugo Jaime que fueron celebrados por su continuidad en los sindicatos. No olvida el Ejecutivo que el sindicalismo es el que arrasó con Juan Vital Sourrouille y posteriormente con el mismísimo Raúl Alfonsín. Kirchner sabe que al enemigo se lo desarma o se lo suma a la “transversalidad” tan discutida. Así, la dirigencia seguirá comiéndose las piezas del adversario como en una partida de ajedrez, paralizando al otro y avanzando algunos casilleros. Cuando comience a debilitarse por la propia pérdida de piezas y fuerzas, las facturas comenzarán a llegar a Balcarce 50. Ese es el proceso característico de la política argentina. Lo sufrió Carlos Menem quien resultó releecto con un porcentaje aún mayor a la de la Primera Dama. Nadie facturó nada durante el primer mandato: ni la pizza y el champagne se le cuestionaron mientras el 1 a 1 daba resultados. Pasada la bonanza, todas las causas se reabrieron y la figura del ex mandatario finalmente, terminó siendo demonizada. No es extraño que pasados algunos años se vuelva a escuchar hablar de los temas hoy silenciados. Skanska, Greco, coimas, sobreprecios, bolsas en los baños, nombramientos a dedo, contrabando de armas, aprietes a empresarios, etc. serán argumentos que, antes o después, se han de debatir en los pasillos de Comodoro Py.
Mientras tanto, los argentinos habrán de observar como el próximo 10 de Diciembre, el kirchnerismo celebrará en la Argentina la capacidad de postergar todo aquello que no sabe ni puede solucionar, y festejará la utopía o el sueño de que ese retraso de los problemas sea eterno. Vinieron por todo. Van por más. Sólo tendrán que ocuparse que, antes, no se fagociten entre ellos…
(*) Lic. GABRIELA R. POUSA - Licenciada en Comunicación Social (Universidad del Salvador), Master en Economía y Ciencia Política (Eseade) y con postgrado en Sociología del Poder en Oxford University, es autora del libro “La Opinión Pública: un Nuevo factor de Poder”. Crónica y Análisis publica esta nota por gentileza de la autora, quien se desempeña como analista de coyuntura independiente, no pertenece a ningún partido ni milita en movimiento político alguno. Queda prohibida su reproducción sin mención de la fuente.
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